SAN ANTONIO Y SAN JOSÉ DOS EPÍGONOS DE LA CASTIDAD VARONIL
A mis 74 años que ayer cumplí otros no llegaron no estoy para muchas tonterías pero sigo en la misma brecha de siempre.
San Antonio de Padua vino con el niño en la mano y con los días claros y radiantes los mejores del año palabra radiante Arca del Testamento y era tan elocuente que las avecicas del cielo se paraban a escuchar cuando predicaba. También entendía el idioma de los peces.
Felicidades a los Añtoñitos y Antoñitas y a los Pepes porque en nuestros pueblos era nombre común el nombre de José Antonio un binomio para unir a los dos arquetipos de la castidad.
La religión católica abandera en la teología josefina y antoniana el postulado de la virginidad varonil un tema que impugnan las otras dos religiones del Libro. El monoteísmo muslímico la rechaza como una maldición de Alá. Los judíos a su vez ven en la esterilidad un castigo. Los patriarcas del antiguo testamento tuvieron muchas mujeres. David pecó con Betsabé y decretó la muerte de su marido. Salomón se acostó con la Reina de Saba. Matusalén tuvo numerosas coimas y vivió largos días. Los cristianos sed perfectos como mi padre celestial es perfecto quisieron seguir los pasos del Maestro que nació de una virgen, guardó continencia toda su vida lo que siempre fue piedra de escándalo para los de la sinagoga, y adoptó el levirato nazareno de los que no bebían ni vino ni sidra y se guardaban de todo comercio con mujer. Los limpios de corazón verán a Dios.
Sólo a los castos les corresponde con derecho la prerrogativa de la taumaturgia.
San Antonio y san José son los santos más milagreros del añalejo y las epactas del santoral litúrgico.
Teresa de Jesús ponía bajo la protección de todos los conventos que fundara ( “el casto José me protege y no me niega nada”) a resguardo de este santo varón del que se sabe muy poco al ser citado sólo un par de veces en los evangelios, y del que los apócrifos cuentan que fue escogido para tutor de Jesucristo entre muchos galileos a los que Dios mandó ir al Templo con una vara de peral en pleno invierno.
Hubo una ordalía Con que, únicamente la vara de José floreció.
Tampoco el cándido glorioso y divino Antonio dulce santo portugués conoció mujer a lo largo de sus días. Canónigo de Coimbra cuando llegaron a Lisboa las reliquias de unos santos misioneros franciscanos que habían sido degollados por los moros de Ceuta, decidió entrar en la orden seráfica para ir a predicar a los mahometanos. Zarpó con otros frailes rumbo a Berbería pero cerca de Agadir la nave fue acometida por una borrasca y no alcanzaron su destino. La corriente les arrastró hasta un puerto italiano.
Antonio acaba en Padua. Predicador eximio martillo de herejes y el Arca del Testamento sanaba enfermos, resucitaba a los muertos, leía conciencias y delataba el porvenir a sus penitentes. Tenía el don de profecía, el don de lenguas, el de la bilocación porque lo vieron subido a un púlpito en Poitiers a la vez que en Padua. Practicante de la compasión y de la caridad, socorría a los menesterosos. El paño de lágrimas de los afligidos y el pan de los pobres era este fraile. Fue un escogido que conmovía a las multitudes europeas en el siglo XIII. Y esos poderes taumatúrgicos a decir de los entendidos emanaban del hecho de que en su vida cometió un pecado mortal. En los cuadros y su culto y su popularidad estuvieron muy extendidos en España durante el pasado siglo ▬ un cromo del santo presidía la cabecera de muchas alcobas y adornaba las paredes de comedores y salitas de antaño con un ramo de flores de azahar o con un lirio ▬ y no faltaba en muchas casas una revista que editaban los franciscanos de Palencia “El Pan de los Pobres” o el “Promotor de la Devoción”.
Igual que la vara florida del casto José. Se me vienen a la memoria aquellos siete domingos de San José en los inviernos de mi adolescencia. Fueron los padres josefinos los que me enseñaron la doctrina cristiana y los que nos prepararon para el seminario. En el esposo de la Virgen se preconiza la oscuridad y su vida oculta, su sencillez y su amor al trabajo pues dicen las escrituras “¿No es este el hijo de Maria y del carpintero no se llama su padre José y sus hermanos Jaime Juan y Judas”, se escandalizaban sus paisanos de Nazareth?
Treinta años de vida oculta y de esa humildad y sencillez de un obrero ▬ faber así lo describe san Lucas: el que trabaja con sus manos ▬ así como las dudas que debió de padecer el santo varón y padre putativo al enterarse de que su mujer estaba encinta fueron remunerados por Yavé con esas facultades extraordinarias para hacer prodigios que sólo concede a los continentes y abstinentes.
Yo me encomendé a san Antonio en agosto de 1975 cuando volaba de Madeira a Londres. Nuestro avión incendió uno de los motores pero logramos aterrizar (una verdadera odisea tengo por cierto que fue un milagro de mi santo onomástico) y mi mujer y yo regresamos de viaje de novios salimos indemnes tras lanzarnos desde el ala del aparato. Bueno; ella sólo con una fractura del tobillo. Llegó a Londres escayolada. Bien comenzaba nuestra vida nupcial…
San José por el que sienten un cariño especial los conversos o sentimos una estampa suya que llevaba adosada al pecho cuando hacia un reportaje como detentebala en Belfast me libró de los disparos de una paracaidista británica que patrullaba en un blindado por una zona donde yo hacía fotografía de suerte que ahora entiendo la frase de Santa Teresa “Soy devota del Rey David y de san José que no me niegan nada cuando acudo a ellos en auxilio”
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