Fernando Aramburu
Fernando Aramburu las
letras entornadas. Novelista habemus, y de los grandes. Encuentro la perla
en el albañal, paseante azaroso por la feria del libro, harto de tanta farfolla
pseudo intelectual y bulla mediática, sólo promocionan a los que quieren
Resultado: literatura barata, propaganda de la judeocracia . Un buen novelista
como el buen paño en el arca se vende y hay que descubrirlo, puesto que no
estuvo la miel hecha para la boca del asno y hay bastante burro por estas
lindes, no me jodas. Las radios y las teles entrevistan a escritores y
novelistas que el sistema se saca de la manga pero la cosa no furrula. Nunca
salta un buen escritor así como así ni serán nunca capaces de fabricarlos los
lanzamientos "kingmakers" Es duro, tarea humilde y callada obra prima
de zapatero prodigiosa que utiliza la lezna y el tirapié de la buen frase de la
gran palabra. Todo un privilegio de las musas ser buen escritor. Se es o no se
es por la gracia de Dios y hay quien quiere serlo con obstinación. los dioses
sin embargo se ríen de tales porfías. hay muchos aspirantes en esta carrera de
ratas a alcanzar la cúspide de la cucaña pero a estos prepósteros aspirantes a,
los laureles del Olimpo habría que advertirles que pueden perecer en el intento
pues dios no les llama por el camino de la literatura. Y decirles lo que Cela
dijo en la Colmena ahí van dos maricones y uno que escribe.
El caso de este vasco que fue galardonado con el
premio Nacional de Literatura al narrar los años de hierro de Eta los asesinatos
por la espalda la muerte de policías en atentados es un caso aparte. Aramburu
el donostiarra (conocí a un tío suyo en Comillas que me hablaba del verde de
Euskalerria que era más verde que el de Santander y ninguno otro lugar) es
punto y aparte. Leerlo fue para mí este mes de junio un descubrimiento.
Nos lo cuenta en su autobiografía “Las letras entornadas” precioso libro y
maravilloso título cómo surgió en él la vocación de escritor, comprando
novelillas de la colección Austral en los tenderetes de lance, estudiando en
largas vigilias a la luz del flexo pasándose las noches en blanco, es duro el
oficio de escribir, requiere abnegaciones que son infrecuentes en otros
menesteres. Mucho tesón. Fue encarrilado por un profesor de Español que tuvo en
los Agustinos.
Domina el idioma Tiene un estilo grato y humorístico
que nos hace pensar en Baroja. Ve el mundo con compasión y desenfado. Y un dato
importante: emigrante y profesor de literatura y maestro en Hamburgo nos
refiere la vertiente alemana que desconocen gran parte de los aficionados
españoles muy influidos por el mundo anglosajón. Han leído a las hermanas
Bronte y a Jane Austen tal vez a Dickens pero desconocen a Holdering y Thomas
Mann o no saben quién es Wolfang Borchert autor de uno de los dramas y una
novelística que defiende al siglo XX Stalingrado el regreso de los soldados del
Este.
Los textos de Fernando Aramburu destilan compasión
hacia el dolor humano, es el único que ha sabido contar la guerra del
terrorismo de ETA de la misma manera que Pío Baroja plasma el terrible
conflicto de las guerras carlistas que aún colean entre nosotros.
Él es un vasco
humilde, cordial, aplicado y lleno de señorío. El gran narrador de la España de
finales del siglo XX y principios del XXI. El movimiento se demuestra andando y
el pedigrí de un autor se detecta cuando te pones a leer un par de capítulos de
sus entramados literarios, Además en su estilo resuena la profundidad del
pensamiento y el buen decir de la literatura germana (textos con hiperbatón)
cuyo fenotipo sería Thomas Mann el literato que iba a la playa con chaqueta y
con corbata.
Su muerte en Venecia, nos cuenta Aramburu, es la
crónica del ocaso de Occidente y Anuncia la llegada del poder gay. Exalta el
erotismo homo ese Tasio que mira desde los planos de la película de Bertolucci.
Sin embargo, el meticuloso Thomas Mann exaltado por la republica de Weimar y a
la postre perseguido por los nazis debió de ser bisexual. Tuvo seis hijos.
Cinco se le suicidaron. Abendamerung, Niedergang
de una cultura y de una horma burguesa de ver el mundo. Eso lo explicaba muy
bien en sus clases de literatura el profesor Cerrolaza historiador de la lengua
alemana en la Complutense hace unas décadas. Leer a Aramburu nos reconcilia con
la vida y con Alemania. Es el mejor novelista de esta generación
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