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miércoles, 27 de febrero de 2019

de mi libro QUO VADIS SPAIN EL GRECO PINTÓ LA MUSICA Y EL SONIDO SU ARTE ES SINFÓNICO











Greco: su pintura es música celeste

Si Velásquez, se dice, pintó el aire, el arte del Greco es música celeste y en sus cuadros se junta la tierra con el cielo. Abandono mi jolguín, dejo mi monasterio y marcho a Toledo. Lo difícil en el arte de Apeles no es el dibujo, es el manejo de los colores. Y España actualmente parece de color, volviendo la espalda a su glorioso pasado, se ha vuelto en un país neutro donde los chirridos radiales sustituyen a la polifonía de la España de otros tiempos. Me empapo del aire de Toledo y me emborracho de belleza traguillos buenos y no esa zupia que nos dan a beber en las noticias— andamos con la charrasca en la mano en plena campaña electoral insultos y palabras gruesas, menciones a la madre— nuestras radios y nuestros periódicos y no hay que pasar por alto que el Sánchez nieto de un militar fascista quiere exhumar el cadáver del hombre que a su abuelo le puso medallas en el pecho por la matanza de la plaza de Toros de Badajoz.
El Greco es nostalgia, belleza, ideal femenino, pintó siempre a una mujer doña Jerónima de las Cuevas quien debió de ser su amor platónico. De la vida de Domenicos Teutocopulos el divino se sabe poco y quizás por eso su arte está más cerca de Dios. Que era un griego cuya familia hubo de salir perseguida de Bizancio cuando el Turco se apoderó de Constantinopla. Que pasó su juventud en Italia y aprendió de Rafael y de Tiziano, que empezó como pintor de iconos en el Monte Athos. Su gran obra se fraguaría en España cuando Toledo era capital del imperio
Emigrante a aquella ciudad, habitó en la casa del rabino Samuel Levi, que anduvo en pleitos con los curas cicateros que no le pagaban sus cuadros y que tuvo un hijo que se llamaba Manuel el cual aparece de acólito en el entierro del Orgaz.  Obra que data de 1586.
Sus retratos son un friso psicológico de las costumbres del carácter de los españoles de la edad dorada: el Caballero de la Mano en el Pecho, la Dama de Armiño, el cardenal Tavera, el Soplador. Opulencia litúrgica y amor a la tradición reflejan su pasión bizantina.

En el Greco triunfa la catolicidad esto es la universalidad en sus iridisaciones, en sus escorzos, y los movimientos ascensionales de su pintura. Todo siempre hacia arriba, sus rostros se alargan y transfiguran. Para entender al Greco hay que estudiar a mi profesor Camón Aznar al que conocí y tenía casa abierta en San Martin de Luiña concejo de Cudillero. Camon nos le describe como un pintor de eternidades. Su obra es una polifonía que apela a los sentidos. Sus cuadros huelen a rosas como en el entierro del conde Orgaz aquel caballero que pereció en una batalla contra los moros en 1346. Sus frailes franciscanos. Fue devoto de la orden seráfica, son una especie de teología humanizada que nos habla de la brevedad de las cosas humanas. Es conveniente entonces mirar para el cielo.






























lunes, 25 de febrero de 2019

Bocaccio padre de la novela europea
SOBRE EL DECAMERON 
BOCCACCIO VISTO POR PASOLINI. DOS GENIOS TALIANOS CON UNA VISIÓN AMABLE Y CATÓLICA DE LA VIDA




Boccacio, metamos el pájaro en el infierno, demos gracias al fraile que nos enseñó tan bien el camino, un gallo tiene suficiente con diez gallinas pero una mujer ni con cien maridos se da por vencida, son insaciables. El Decamerón en algunos de sus pasajes nos muestra en qué consiste eso del furor uterino. En nuestra ciudad más llena de engaños que de amor y fe vivía una hermosa dama de buenos modales, muy astuta e inteligente a la vez. Boca besada no pierde frescura sino que se renueva como la luna… Y Barato con el santo talismán que dios le dio la consoló de tal modo que muy pronto ella se olvidó de Pericón, etc., etc... volví esta madrugada en que mi humor andaba pachucho y desalquilado con esto de las elecciones (Rubalcaba, ZP, las primarias, el blabla de los tertulieros que chupan cámara y aburren hasta las piedras, las sotas de Telecinco que no cubre su gallo de la quintana por ser un rufián hermafrodita y al que las mujeres deben de gustar tanto como a un perro un estacazo, los bustos parlantes de la marranería, nunca debió de haber en Europa tanto canalla en traje de eurodiputado cobrando dietas a tutiplé mientras nuestros chicos están en el paro) a las páginas del Decamerón que es un libro padre y alma mater de todos los escritores, san Giovanni Boccaccio nos de su bendición y el que no valga que lo deje porque ocupa mucho cacho, resulta que una Maripava quiere escribir novela histórica, aquí mucho y mucha novelista de pico que no podría andar un paso sin andaderas laico judaicas y los que se niegan a lamerle el culo al Bigbruder, esos, los genuinos, los autóctonos, prosa con verve que bebieron en los hontanares de los grandes maestros (Quevedo, Góngora, Rabelais, los grandes escritores rusos y un poco Shakespeare, el único católico que nos queda de los ingleses) esos no podrán publicar ni trillar ninguna parva. Anatema sint a ojos de los inquisidores del Santo Oficio laico judaico. Fortuna os de Dios, hijo que el saber no te hace y te libre del totalitarismo democrático que esto es un baile de máscaras. Pues carecen del sentido del humor, en la biblia nadie ríe, no se cuenta un solo chiste, Jehová debe de ser un dios terrible pero muy aburrido, que se calza el coturno, atruena en el Sinaí y nos habla desde la zarza incandescente, un poco como Obama con una patata en el paladar, Aquilón sopla desde Alaska y de allí y un poco más abajo nos llegan las hordas del anticristo, nunca podrán entender la chispa, el donaire, ese optimismo tolerante y picarón del catolicismo bajo medieval del que los humanistas italianos que introdujeron el soneto y la novela bizantina en las grandes literaturas europeas representan el máximo exponente.

Volviendo a Petrarca, al Dante, a Chaucer que en los Cuentos de Cantorbery imita al Decamerón uno entiende por qué estos zafios epígonos de la democracia totalitaria que padecemos entre bolchevique y socialista controlada por los banqueros de Wall Street y el capitalismo financiero que nada tiene que ver con el del trabajo que se expresan en un inglés aburrido y sansirolé, uno recupera la alegría de vivir. Todos se lo toman muy a pecho pero la vida no es más que un comentario leve más allá de las planchas y embolados del constitucionalismo.

Los textos del florentino fueron traducidos a imágenes por otro genio, Paolo Passolini, en un auténtico tour de force en el cual cinematografía y literatura se complementan. La razón de este éxito es que la novela bizantina se apoya en el relato corto y goza del dinamismo de la literatura oral en que ocurren muchas cosas en poco tiempo y a la primera sin profundidades de analisis de caracteres o complejas tramas psicológicas. Son un producto directo del genio trajinante de los siglos XIII y XIV coincidiendo con las grandes peregrinaciones a Compostela, a Cantorbery, a Roma. Los que van a esos lugares por una promesa se entretienen contando historias. Es la esfoyaza o el filandón y de las consejas al lado del fuego en las que aparece la doncella que es desfoliada por algún libidinoso clérigo, la mujer en el balcón que pasa por allí un soldado y le invita a subir un ratito y en tanto llega el marido que estaba supuestamente de caza en los montes de León y se arma la de Dios según reflejan los cancioneros. Pero mientras el Romancero castellano contempla el sexo desde su lado trágico (Eros y Tanatos vienen a ser el Castor y Pólux de la mitología cabalgando en un mismo caballo) el Decamerón lo ve como un juego, a partir de la idea de que las relaciones carnales son la vida mismo. Así que a retozar. Esto es lo mejor de la vida. Dos dará pan pues nos dio una boca y si lo puso ahí en eso es para que lo usemos… la mujer que ardía en amorosos deseos se echó en sus brazos y trasladándose a la alcoba lo hicieron muchas veces durante toda la noche.

En el cuento de Reinaldo de Asti atacado por unos bandoleros y encomendándose a san Julián gracias al santo que le guía a la casa de una viuda rica y fogosa bien acabó lo que empezó mal. El pícaro Bocacho le guiña un ojo al lector mientras denuncia las mohatras de la gazmoñería hipócrita que habría que venir con el protestantismo puritano y sin sentido del humor. Estamos en la Florencia de 1348. Acababa de pasar la guadaña de la peste sobre Europa. Al cabo de tanta mortandad había en las ciudades un intenso deseo de vivir, de reproducirse olvidándose de las bubas que cariaban las ingles y las axilas preludio de la mortaja. Unos florentinos salen al campo – Fiammetta, Pampinea, Filomena, elisa, Emilia, Laureta, Nelfila, Fanfilo, Filostrato e Idóneo- un martes por la mañana después de misa y se lían a contar chascarrillos que les hacen olvidarse de la epidemia que acababa de asolar la ciudad y en la que todos habían perdido a sus seres queridos. “Vayamos al campo donde respiraremos aire puro y gozaremos de los placeres que procuran la inocncia y la virtud”.

Yo recuerdo a Passolini que aparece al principio de la película que vi en aquel cine de Londres de Fulham Road en habito franciscano sentado en un pupitre cálamo en ristre hilvanando las crónicas del Decamerón. Creo que en esta película consiguió el italiano una de las obras maestras del séptimo arte. El del mudo y el hortelanillo de las monjas que recoge un tema de la tradición oral es uno de los más impresionantes. Masetto de Lamporequio no tenía curro. Y para inspirar lástima y compasión se hizo pasar por tonto y por mudo y fue a pedir trabajo a unas monjas. La abadesa que lo vio-era apuesto y de gallarda figura pero retrasado mental- lo encontró apto para labrarles el huerto a las monjas de aquel monasterio de Peruggia. Un dia que cogía cerezas subido a una escalera dos hermanas que pasaban por allí cantando el “dirrupisti” y la “Intemerata” vieron que debajo del jubón no llevaba prenda alguna para tapar sus vergüenzas. Quedaron ambas maravilladas ante lo bien dotado que estaba el garzón.

-Vieni… vieni anchio

Tomaron de la mano al menestral y se lo llevaron al huerto nunca mejor dicho. Y lo metieron en una cabaña donde podrían satisfacerse porque las monjas no somos de piedra. Mientras una retozaba con el mudo la otra vigilaba. Nadie se enteraría porque era mudo, nadie vería. Es lo que ellas pensaban porque les vigilaba la abadesa con ojos de Argos y detrás de cada una de las celosías del monasterio ojos encendidos de mujer contemplaban lo que adentro de la choza estaba sucediendo. Total que Massetto de Lamporoquio se pasó por la piedra a toda la comunidad siendo la más persistente de todas la madre abadesa la cual cuando acababa con las legas el hortelano, empezaba con las novicias y al final el rato más largo era para la madre superiora quien se lo llevaba a su celda para tenerlo toda la noche a su servicio:

-Vieni, vieni.

La madre abadesa, insaciable útero furente, quería más y el gallo ya no estaba para más quiquirís.

-Otra vez ni hablar, que ya no puedo con los calzones, reverenda- exclamó el hortelano dando un grito porque se resistía a obedecer a la priora.

Las religiosas que espiaban la escena desde lo alto de sus celdas, al oír hablar a un mudo, gritaron conmovidas:

-Milagro… milagro.

Con tan incesante trajín sexual había hecho recuperar el habla aquel barbián florentino consumado embaucador y experto en las artes del disimulo. El autor de una forma amable y venial critica la impostura, la simonía y la corrupción eclesiástica. Boccaccio nos cuenta que en Roma no se podía dar un paso sin un buen contacto y los mejores eran los de las meretrices y los de los efebos que entretenían los ocios cardenalicios y calentaban la cama a los prelados de su Santidad. El vicio nefando y la pasión por el dinero eran una plaga. Yo vi en Roma allá do es la santidad que todos al dinero hacían humildad, refiere el arcipreste de Hita pero estas criticas nada tienen que ver contra el deposito de la fe ni atentan al dogma y tal respecto ahí está la historia del judío Abraham que se hace bautizar en Paris por el arcediano Giannotto Civigni a la vuelta de un viaje a roma donde contempla la corrupción reinante en la Ciudad Eterna. Bujarros, bardajes, putas, bulas para comprar la vida eterna. Hay que ir con la bolsa bien preparada a San juan de Letrán pero ella demuestra que si el catolicismo no se ha acabado es porque detrás apunta el dedo de Jesucristo al que los mercachifles tratan de vender por treinta monedas.

-Esta debe de ser la religión verdadera pues tan maltratada por los eclesiásticos permanece intacta al cabo de los siglos. Yo abjuro de la fe mosaica ahora mismo- contesta el israelita ante la pila de agua bendita de Notre Dame.

Un tratante de ganados de Perusa se dirige a Nápoles a la feria buen zapato buena media buena bolsa con dinero ingenio y más inocente que un cubo se va de putas, le burlan la bolsa entre el rufián y unas comadres del barrio de Malpertugio y acaba bañándose en una privada. Olía a mierda que tiraba para atrás pero en el camino se encuentra con unos ladrones que robaban sepulturas. Aquella misma tarde acababan de llegar a Nápoles. Iban en busca de su anillo pastoral engastado de rubíes que debía de valer un dineral.

-Entra tú y pilla todo lo que encuentres dentro.

Le auparon los colegas y con un barrote abrieron la tapa de la tumba recién inaugurada. El de Perusa les fue arrimando a sus compinches, el báculo, la mitra, los guantes y las cáligas de seda bordadas en oro macizo pero se quedó el muy pícaro con el sello arzobispal de piedra de rubí.

-¿No hay más, Peruchio?

-No.

-Pues, como no nos lo das, ahí te quedas

Y en esto cerraron la tapa del sarcófago. Quedó el pobre hombre enterrado en vida junto a un difunto que empezaba a oler y peor que él. En esto quiso su ventura que entraran en la iglesia otros ladrones. La misma ceremonia, levantar y apuntalar la piedra y los mismos discutinios de quien entraba primero y ninguno se ponían de acuerdo. Pero al que entró a robar, que era un cura por cierto, le mordió el emparedado en una pierna. Ambos manilargos pies pa que os quiero, salieron del recinto de estampida y muertos de miedo. Peruchio con su joya en el bolsillo pudo regresar rico a su país olvidándose de la bolsa que le arrebataron, de las putas y de los facinerosos de la ciudad más peligrosa de Europa en el medioevo. También estuvo de su parte aquel san Julián misericordioso el hospedero celestial que socorría a los que vagaban por el mundo sin rumbo fijo. El ritmo de este relato es intensísimo y no decae un momento.

En boca de Teobaldo peregrino al Santo sepulcro pone la crítica más circunstanciada y cabal contra el abuso de poder de los clérigos. Sugiere que el confesonario no es el tribunal de la penitencia divina sino un instrumento de control como Internet en la actualidad, poco más o menos, y que la obsesión con el sexto mandamiento es una afiladísima herramienta para conseguir el derecho de pernada.

Hay algo morboso y diabólico en esa obsesión sexual de la que adolece la iglesia latina: “Esos frailes claman contra la lujuria porque de ese modo pueden holgadamente quedarse con las mujeres que otros dejan. Condenan la avaricia para que se les ofrezca a ellos lo mal ganado en diezmos y primicias y eso que llaman caridad. Los frailes quieren que os desprendáis del dinero para que vaya a parar al cepillo de la iglesia, necesitan dinero para holgazanear y acostarse con todas las mujeres y los efebos que encuentran en el camino”. A lo que parece, la pederastia y los abusos deshonestos por parte de la clase sacerdotal afligían al creyente del siglo XIII igual que al de hoy. Desde entonces han pasado un cisma en Occidente y tres concilios y la jerarquía encampanada en su soberbia vaticana no ha puesto remedio. “En resumen- concluye el peregrino su diatriba- si quieren santidad ¿por qué no siguen el evangelio? Que demuestren lo que predican. Basta ya de frailes galanteadores, mujeriegos, visitadores de mujeres e incluso de conventos”.

Un abad de Toscana con fama de santo y milagrero sólo tiene un defecto que se pirria por las mujeres en especial le gusta la mujer de un campesino Ferondo. Con ella urde una estratagema para simular su muerte y su entierro con una estancia de nueve meses en el purgatorio. Al final de este tiempo el inicuo monje que había estado refocilándose con la esposa del “difunto” lo resucita. Otra vez cunde el grito de milagro… milagro por toda la Campania. La querida del mitrado-total- se ha quedado encinta y tendrá un chico al que pondrán por nombre Benedicto. La crítica a la vida eremítica no puede ser más feroz. Ni más real porque tan truculentos sucesos eran de rubrica en aquel entonces, hoy lo siguen siendo habida cuenta del afán de la jerarquía de barrer debajo de la alfombra. El Decamerón va a influir en toda la novela moderna sobre todo en la literatura picaresca, concretamente en el Lazarillo que es un decamerón a la inversa. Lázaro de Tormes podría pasar por personaje de estas novelas Acuciado por el hambre más que por el sexo y es que debe de ser harto difícil amar cuando no se tiene la barriga llena. La idea maestra que late bajo las entrañas de este gran libro es la tolerancia, la alegría de vivir, la libertad que significa para Europa la cultura católica frente al pensamiento único y la tiranía del pensamiento único del afán trilateralista del protestantismo anglosajón. Subámonos a la torre del gran belvedere florentino para otear el horizonte. Ahora los árboles no nos dejan ver el bosque


miércoles, 20 de febrero de 2019

AZAÑA UN MANDILÓN COBARDE Y LADRÓN

Socialistas

Padre Venancio Marcos Montero, Sacerdote Falangista de las Charlas de orientación religiosa

15 de octubre de 2015 por Redacción FNFF
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Padre Venancio Marcos Montero nació el 3 de marzo de 1907, en Pino del Río, Palencia. Fue el quinto hijo de Venancio y Emiliana. Con 12 años ingresó en el Seminario de los Padres Oblatos de María Inmaculada en la localidad guipuzcoana de Urbieta. Hizo el Juniorado y Noviciado en Urnieta, a los diecisiete años de edad, y en Roma se doctoró en Filosofía y Teología. Recibió el Sacerdocio en 1929 y regresó a España.
 
   En 1934, conocida su adhesión a José Antonio y su doctrina, sus superiores le separaron del colegio de Pozuelo y le enviaron a Francia, donde fue Profesor en Lorena, para volver al año siguiente a San Sebastián como Director de La Purísima, una revista misionera.
 
   Durante la Cruzada de Liberación Nacional fue detenido en Urbieta por los rojos, y salvó la vida al ser protegido y ayudado a huir por uno de sus carceleros. En 1939, terminada la Cruzada de Liberación Nacional, fue destinado a la Comunidad de Diego de León, de Madrid, y allí permaneció hasta su muerte.
 
   De precaria salud, eligió para sus actividades apostólicas un tipo moderno de periodismo: el de las charlas religiosas radiofónicas, que durante cerca de 30 años ininterrumpidos, a partir de 1944, fueron seguidas con gran interés a través de las distintas emisoras en las que colaboró, destacando en Radio Madrid de la SER el espacio titulado Charlas de orientación religiosa, por las que alcanzó gran fama. Era una emisión de media hora que se escuchaba con gran atención. En algunas temporadas los oyentes llegaron a los cinco millones.
 
   Actúo en el cine haciendo el papel del Obispo mártir Anselmo Polanco en la película Cerca del Cielo. Publicó en prensa varias series de artículos de tema religioso-apologético que luego fueron recogidos en los libros Cartas a los no creyentes; y Cartas a un escéptico. Fue Secretario Nacional de la Hermandad Sacerdotal Española. Falangista toda su vida, participó en numerosos actos públicos. Falleció en Madrid, el día 3 de febrero de 1978, en la Clínica San Camilo, de Madrid, a los setenta años de edad. La Capilla ardiente se instaló en el Convento de los Oblatos de María Magdalena. Sus restos mortales recibieron cristiana sepultura en el Cementerio de Pozuelo de Alarcón.

lunes, 18 de febrero de 2019

SENDER CONTRA LA GAFANCIA DE LOS BORBONES
El trece mal número fatídico que cuadraba a un rey de ojos inexpresivos y mirada vacía un rey "esparrancao" aficionado al porno duro (queda por ahí alguna pelicula años veinte cine mudo en la cual participó como protagonista) al decimotercero de los Alfonsos se deben los veinte mil muertos de Annual y los doce mil de Monte Arruit, segun declara Sender en sus confesiones. Sangre española. El 13 mal numero. Enfrentado al peligro, no arrostró su obligación como hizo el último de los Romanov o su tatarabuelo Luis XVI. Los borbones traen mala suerte. Error imperdonable del dictador al reinsertarlos. Es una monarquía con bicho.
Ramón J. Sender culpa a Franco de haber desaprovechado la ocasión para desterrar a estos dinastas con mal fario y establecer el reino de la justicia social. El tercer tranco de su libro autobiografico "Crónica del Alba" es un canto de amor a España al heroismo de sus pistolos que luchan bajo el mando de una oficialidad en muchos casos corrupta. "Algunos de nuestros jefes y oficiales eran más perniciosas para la patria que el propio Abdelkrim".
 Marruecos siempre Marruecos. El Rif misterioso. Pelear contra el moro tuvimos por costumbre, pero el moro es hermano nuestro. Luego serían los soldaditos de la Yehala los que sacarían a Franco las castañas del fuego ayudandole a vencer en la guerra del 36. Una larga historia de amor y desamor, de encuentros y desencuentros. Salam malikum. Y malikum salam.
Cuando aparece en escena  el "djin" (Satanás), que malmete, estas relaciones se alborotan. Sender fue como Pedro Antonio de Alarcón como Arturo Bareao Ernesto Gimenez Caballero, Mola, Sanjurjo y tantos otros tantos escritores soldado en la guerra de Melilla. Sus páginas están impregnadas de ese sol místico de la Elvira desierta y es lo que significa la palabra elvira en árabe: desierto; su pluma tallada en las arenas del Sahara.
Sopla sobre ellas el "levante" que es una aire que enloquece.  Estuvo  Ramon J. Sender -cuatro años de mili- destacado en un regimiento de infantería de línea el Ceriñola 42 y, enamorado de una hispano-marroquí, la bella Antonia, vendería panes de munición y cartuchos a los de Abdelkrim. Libró de ser fusilado y condenado a trabajos forzados en el penal del Hacho salió libre tras la amnistía decretada por el general Berenguer.
Una vez excarcelado se dedica a buscar a su bella jarifa por todo el Rif. Vestido de moro con babuchas y chilaba encuentra a su ex en un aduar de la frontera con Argelia. Es una historia apasionante en la cual el escritor aragonés revela sus facultades narrativas y la capacidad para la intriga y  el suspense. Vierte el relato en una prosa nada alcorzada ni melindrosa. Es escritura verdad sin impostar la voz ni hacer gorgoritos efectistas al estilo de Baroja o Azorin o de Unamuno del que dice que era un pobre hombre con muy mal oído para el párrafo musical (sus páginas carecen del concento o esa disposición armónica, ese atisbo, que tanto abunda en la obra de Cela o de Valle Inclán. Por cierto, Unamuno no tenía ideas originales, toda su obra la copia de filososfos extranjeros: Hobbes, Nietzache, Holderling.  Perez de Ayala le parece al autor aragonés un asturiano insoportable que trufa sus obras de vocablos culteranos para demostrar su ascendiente jesuita curtido en lecturas clásicas.
Solo se libran de sus varapalos Cansinos Assens que era un sefardita gordo y procesional que hablaba todos los idiomas del mundo y traducía a los maestros rusos. Gomez de La Serna le parece un madrileño simpatico y castizo pero algo afrancesado.
Ramon J. Sender se expresa de una forma llama y libre a la manera de como hablaban las gentes de su  Calamera natal. Pero tambien incorpora a sus libros el lenguaje del cuartel y la trinchera. La guerra huele a mierda y a listerina, y a desinfectante hieden los cuartos de banderas.
El Bajo Aragón es tierra fronteriza de romis, muladies y aljamiados que revelan una larga convivencia y entendimiento con el Islam. Tierra de hombres cabales con nervios de acero y sangre en las venas. Pero las cosas son como son hasta que dejan de serlo. Y el español ha incorporado a la masa de su sangre virtudes y defectos de su herencia morisca. Por ejemplo, la arrogancia, el valor, la insolaridad peninsular que nos viene de los benimerines.
España sigue siendo un reino de taifas con mucho orgullo local con el riesgo de perder el sentido nacional.
Crónica del Alba es un tour de force narrativo que, en ocasiones, recuerda escenas  increibles de aduares y vuelos en alcatifa como en las Mil y una Noches; otras,  plantea escena las princesas jarifas del Romancero que regresan a la grupa del caballerodon Bueso de tierra de moros y que son en realidad cristianas cautivas. Buen pueblo pero  mala gente. Regido por políticos indotados y monarcas cenizos. !Dios, qué buen vasallo si hubiese buen señor!
Los siete trancos de esta extensa novela autobiográfica son siete arracadas o perlas colgantes que  se exhiben como el Tesoro visigótico de la cruz de Guarrazar, muestran a un escritor-verdad, que trata de interpretar la vida española en el tiempo de la republica y los años previos a la guerra civil.
Sopló un levante de locura  cainita y vinieron las gumias. El gemido de las parcas llenó el país de cantos lugubres. La catástrofe se pudo evitar si no hubieran tenido tanta fuerza los masones y los poderes en la sombra no le hubieran apretado las clavijas a los militares sublevados y el Faenasviscoso y verrugo (así llama a don Manuel Azaña) no hubiera sido tan malvado, o se hubiera dado a la fuga el monarca.
El conde Romanones bajó a despedirle a la estación de Torrelodones. Alfonso XIII abdicó.   España, ahí te quedas. No se fue el caimán por la barandilla, que se fue por Cartagena.
El pueblo asistió ignorante a aquella hecatombe y tomó las armas del bando en que se encontraba cuando estalló el Movimiento. Algunos como el propio autor se pasaron del bando nacional al republicano porque sus ideas se inclinaban hacia el progreso, la democracia y la libertad. El regimen del 14 de abril del 31, lo dice con todo su dolor Sender, fue un sistema político que malparió. Pronto vinieron los desengaños. Esto no furrula.
La republica a juicio del ex soldado aragonés que al llegar a Madrid se hizo periodista cometió el error de trocar la enseña roja y gualda [cierto que una bandera no es más que un trapo pero por defenderla y honrarla habían muerto tantos] por el carmesí. El color morado es el de los borbones y da mala suerte. El error lo han vuelto a cometer los de Podemos. Impolitica medida del Faenas Verrugadofue  también la orden de quemar conventos.
El moradillo es tintura del hematoma y de la sangre coagulada. Anticipaba la degollina. El Viscoso era un "bassani" (hijo de mala madre) para los moros que cruzaron el Estrecho. Además era un cobarde, aunque buen orador.
El amarillo sin embargo es color limpio de los campos de España donde el trigo  de los espacios de la tierra de pan llevar contrae matrimonio con el rojo de la amapola.  Se fundian así la pasión y la contemplación. Dos cromatismos fervientes que no había por qué cambiarles por el cárdeno de Villalar, que es color de la derrota.
Luego, aquello sería un desbarajuste. España abrió la puerta a todo el lumpen de Europa y de Estados Unidos. Los de las brigadas Inernacionales tenían la idea de que se alistaban con el bando de la Republica en favor de unas vacaciones pagadas. Cuando se dieron cuenta de que la cosa y que se derramaba mucha sangre en el campo de batalla pues aquyella guerra nunca fue un paseo militar, iba en serio regresaron a sus casas.  Españoles ahí os quedais.
Todas estas ideas anarquistas del escritor nacido en las riberas del Cinca y para libre Aragón ya lo dijo Baltasar Gracián volvieron a Sender sospechoso tanto a ojos de los azules como de los rojos. Barruntaban que fuera un doble agente. En Burgos y en Calamera estuvo a punto de ir al paredón. Salvaría la piel mediante ardides y subterfugios,  sin que ello le librase más tarde de las penalidades del campo de concentración francés y de la hégira primero a Mexico y despues a USA.
Su obra está plagada de aforismos y de reflexiones filosoficas fruto de su conocimiento de las lenguas clásicas y de la mitologia indoeuropea. Así escribe, verbigracia, que el Nuevo Testamento se encuentra trufado de contradicciones. Sin embargo, en abono de su divinidad declara que la narración de la Pasión del Señor, según los Evangelios Sinópticos, es el texto más maravilloso que haya podido salir de de la pluma de un hombre a lo largo de todos los tiempos. Con toda seguridad fue inspirado por Dios.
Le gusta san Agustin porque le parece el autor más humano de toda la patristica y admira a Teresa de Jesus  en su casticismo del espiritu castellano más realista, cuando conversando en tiempos de soledad y de sequedad, con Jesus se queja al Amado de sus dolencias espirituales y carnales:
- "No me extraña, Señor, que tengas tan pocos amigos a juzgar por lo mal que los tratas",
Sostiene que el cristianismo y el budismo con sus postulados de dulzura quietud y amor para con los enemigos son dos formularios de caracter femenino:(el yin de los chinos). Sin embargo, el Islam  - el yen- es una religión viril al igual que la Ley Mosaica.
Ambas religiones presentan a un dios tronitonante que no se humana, oculto en la montaña del Sinai o la piedra de la Caba. Stalin y Hitler, por ese mismo renglón, son deidades másculas que pertenecen al linaje de Maquiavelo. Nietzsche y Siva.  Así habló Zaratrusta.
Platón y Socrates honran como princiio religioso a la filosofía de la razón. Espinoza quel converso al que expulsaron de la sinagoga de de Amsterdam pulía el diamante mientras presenta para la historia un sistema envenenado de divinidad. Es el panteismo como venero del que todas las fuentes del pensamiento brotan. Fe es creer lo que no vimos dice el P. Astete . Ahi me las den todas.
A Dios nunca lo vimos pero ejerce el oficio de guardabarreras  del mundo. Un oficio en el cual en verano te escaldas en invierno te arrices y siempre te jodes. Hay que seguir buscando.
Los libros de este autor aragonés es un monumento a la hispanidad desde el espiritu libertario y anarquista total. Deberían ser preceptivos en los escuelas de la nación para que lo jovenes supieran verdaderamente qué es lo que pasó por qué pasó y cómo pasó.
La historia de España no es un cursi serial de "Cuentame" ni de "Aguila Roja". Es mucho más. Mientras no salgamos de ese circulo vicioso y expurguemos nuestras conciencias, España, acervo de las tres religiones, seguirá siendo un pais maldito malmetido por politicos trincones y periodistas buscones siempre de tertulia en alarde del pose y nadando estilo mariposa.

domingo, 17 de febrero de 2019


LA @ COMO LA Ñ SON HISPANAS. UN REGALO QUE HIZO ESPAÑA A LA HUMANIDAD
LA @ TRIUNFAL
Crecí de niño escuchando la palabreja cuando mi abuelo colgaba de las vigas de la portada el marrano morato le sacábamos el alma y el tocino las criadillas el alma el mondongo el calducho y la vejiga para zambomba.
-Ha pesado 20 arrobas, chiquitos. Estaba de buen año.
Una arroba eran 11 kilos y 502 gramos. Eso me lo sé yo desde pequeñito. En las clases de aritmética don Felipe nos decía que la @ no servía para nada. Era como la distancia de pi que está ahí pero de la que nadie se preocupa. Ahora gracias a Internet ha salido del armario y cunde en el lenguaje universal del HTML. La red lo magnifica. ¿Quién lo iba a decir a mí? Un guarismo matemático con poca fortuna hasta que lo rescató del desván de los recuerdos Billy Gates que para los ingleses era una desinencia de la preposición “ad” latina y en castellano venía a ser un sinónimo del signo de multiplicación. La arroba aunque pesara lo suyo era como estar en el limbo. Ya digo la distancia de pi por 3.1416. Es una palabra castellana castellanísima aunque arrebatada a los sarracenos en lexicográfica algarada. Castilla vino a ser un crisol de culturas y el alcaloide que fundió pareceres y les dio talante único. Viene de los árabes de Mallorca donde como ya dijimos el elemento muslímico abundaba y había muchos exaricos libertos. El catedrático Oliver Asin siguiendo la trocha por la maraña impenetrable de la historia de España que abriera el llorado don Claudio Sánchez Albornoz asegura que es étimo de “al-ribat” (servicio de defensa), lo mismo que rápita y de ahí viene la Rábida que no quiere decir otra cosa sino fortín. El “arrobt” (plural) era un servicio de descubierta o escucha llevado a cabo en la frontera por un escuadrón de jinetes. La palabra “arrabda” aparece en Mío Cid escrito por un juglar de Medinaceli muzárabe hacia 1140. las villas y ciudades tenían que pechar tributo por este servicio de protección que comprendía la rafala (vigilancia a caballo) proveniente de rahal y rafallo una voz que todavía puede escucharse en mallorquín. Para los moros el rahal o tahal es el lugar donde se vive. Bien lo saben los moriscos de Baleares. Otro servició era el de sculca (escucha a pie). Y por último la anuteba incluía otra prestación la de caballería que consistía en vigilar a los rebaños de la mesta. Porque en el Libro del Buen Amor caballería tiene otra carga semántica diferente a la que ahora se le da; es el acto de conducir y domar reses bravas. Una suerte de rodeo. Tiempo adelante se convirtió en un tributo y de ahí se transmuta en una unidad de pesos y medidas castellanas antes de que se inventase el sistema métrico decimal. Arroba tenían que pagar el yuguero Vg.: los que tenían una yunta de estos animales. Se incorpora después al léxico pastoril. La tasa de @ procede sin embargo de otra pecha que estuvo muy en boga en la alta edad media: la anúteba (anutba, anutwa) también de origen morisco (anubda). En principio era un servicio de vigilancia a los que trabajaban en fortificaciones. Los de a caballo patrullaban el perímetro. Cuando sonaba el toque de anúteba villanos pecheros infanzones ricos-hombres y clérigos había de acudir bajo las armas. Pero anúteba era un tributo lo mismo que fue la arroba por redimirse de este servicio de guerra al rey. La anúteba se documenta a partir del siglo XI en León. Está registrada en el Fuero de Brañosera. Las fronteras eran elásticas y cuando llegaba la primavera indefectiblemente venía la aceifa de la caballería árabe. Sin la vigía de la anúteba o la alerta –otra voz árabe que observaba el horizonte venían los moros y podían cortarte la cabeza. No había otra alternativa. La Fe se suponía como el valor en el soldado.
Maria Estela González documenta esta palabra el año 969 cuando el conde Fernán González otorga donación de tierras al monasterio de Santa María de Rexmondo (hoy Remondo) pueblo lindero de Valladolid que perteneció a la diócesis de Segovia y donde vive un amigo mío. Castilla estaba despoblada y la vida era muy difícil. Poco a poco fue repoblado por vascos, asturianos, gallegos y gascones allende el Pirineo. La suerte de las armas es muy mudable y alternativa. A las razzias muslímicas responden los reyes de León y los condes castellanos con algunas cabalgadas. Se arruinaban campos, se destruían iglesias, se talaban vegas, se desviaban ríos para estrechar el cerco y rendir por sed y por hambre al enemigo. No solía haber compasión con el vencido. Esto quería decir @ de arroba que hoy es un logotipo tan pacífico como la anúteba un procedimiento para salvar el pellejo a los que vivían peligrosamente “prevenidos en frontera”. La descomposición del califato de Córdoba y la toma de Toledo por Alfonso VI da un respiro a las huestes de la cruz pero así y todo no las tenían todas consigo. Los monarcas exigían a sus pecheros no sólo el vasallaje. También tributos y rentas. Castellera era un pago para retranqueo de muros y tarea de fortificaciones de castillos y fonsaderas dinero para la guerra. Reliquia de este impuesto es en Asturias la sextaferia que los castellanos llamamos obreriza por la mi tierra Aquellos cotarros de Osma y Medinaceli, Clunia o Peñafiel eran arrebatados a Alá con muchos dolores y trabajos. La vida valía poco. Se vivía menos. La reconquista fue un derroche de hombres y de caudales. No es extraño que a veces hubiera desfallecimientos.
Las tierras conquistadas se hacían por el derecho de presura simplemente tomando posesión en nombre del rey, el conde o el clavijero en las zonas de abadengo o mediante cartas pueblas y fueros que otorgan a sus súbditos en virtud del juramento de vasallaje. Así los que convierten en enfiteutas o usuarios de los territorios arrebatados a la morisma. Arrobas. Anútebas. Servicios de escucha. Labor de descubierta. Monasterios: Corias, Brañosera, Oña, Cardeña, Villadiego, Pampliega, Villalvilla. Los frailes iban igual a la guerra y fueron la reserva espiritual que permitió aquella labor titánica. Picaban espuela los obispos. Un Gelmirez. Un Ximenez de Rada. La iglesia era el gran poder. Uno expurga los tumbos, los cartularios, fueros o cartas pueblas y no encuentra otra cosa que pleitos, cartas de pago, y contiendas de diócesis contra diócesis de monasterio contra monasterio, rieptos, caloñas, hurtos y “coemptio” y tributos tan vergonzosos como el de las cien Doncellas de Otón el Gordo que viajó a Córdoba para que los galenos del Califa le curaran del mal de piedra[1].
Era un poco la fe del carbonero y no quedaba espacio para muchas teologías ni tiempo que perder. El Arcipreste proyecta su filosofía en un par de versos: “haber mantenencia y haber ayuntamiento con hembra placentera”. El leitmotiv de la existencia.
Eso sí; pecadores. Se arrepentían. Y todos creían en la vida eterna. Esta fe en el más allá hizo fuerte a la Iglesia y al Islam. Uno y otro creían en el cielo y en el Paraíso de Alá. Vivían combatiendo cada uno por su lema. Y moros y cristianos eran recios. Morían por su fe. Su ideal y por sus garbanzos.
Tenaz lucha a vida o muerte. Caballeros que llevaban en el arzón como Rodrigo Díaz que buen caballero era aquel mozárabe un icono de Santa María. Fe. Tesón. No rendirse jamás. Aquellos hombres pesaban seis arrobas pero valían un quintal de oro. La fe mueve montañas. Así que la @ es un legado de España a la humanidad, el óbolo y la ofrenda de un tiempo difícil. Veo a los mozos más granados de Castilla la gentil cabalgando hacia la muerte por aquellas parameras y tierras de pan llevar. A pagar el tributo de la arroba y la anúteba. Entonces las fronteras eran muy fluctuantes como el hambre y la sed frecuentes y si no andabas ojo avizor venía Almanzor te cortaba los árboles de tus montes te robaba las mujeres y te quemaba las cosechas[2]. Muerte y desolación. Es curioso que este signo que fue moneda de cambio en los tiempos de la Reconquista sea hoy contraseña de comunicación entre las gentes. Millones de personas en todo el mundo lo teclean miles de horas al día. Arroba. Anúteba. Hoy sigue habiendo moros en la costa. Aún no acabó la reconquista. Pero el peor enemigo no es el moro ya. Es el moro interior que todos los españoles llevamos dentro. Y ahora en este reino de tejas abajo ya se cree poco en eso de la vida eterna.
miércoles, 28 de mayo de 2008
[1] La compra en matrimonio de una mujer
[2] Hay que insistir: convendría releer la obra de Claudio Sánchez Albornoz. Es actual y gigantesca. Supera a los dos Menéndez, Pidal y Pelayo, y a Américo Castro, por supuesto