LLEGA SAN LUCAS. A ALCALÁ, PUTAS.
En las viejas universidades hoy empezaba el
curso escolar. Amanece hoy, caballeros, el día de San Lucas, autor del Tercer
Evangelio, el de san Pablo. Habla de la gentilidad y del perdón a la mujer
adúltera. El toro de san Lucas. El símbolo del minotauro campea en cada uno de
los cuatro triángulos de la cúpula en las bóvedas de pechina.
Era el buey de los sacrificios
simbología mística escoltando al león de Marcos, el águila de Patmos, que se
transforma en hombre en Mateo. Son broche que abre y que cierra la simbología del
Nuevo Testamento escrito en clave como toda la Biblia. El Verbo se
hizo carne y la palabra se hizo símbolo. Ay de aquellos que se lo quieran tomar
por la tremenda. No cojan nunca el rábano por las hojas, señores.
A la palabra sagrada hay que ir con la
humildad y todas las prevenciones de la casuística. Lo otro, el ad pedem
literae, nos lleva a errores y a desfalcos. No se puede saquear la palabra
y hacerla acomodo de nuestras apetencias, justificación de nuestras ideas,
apéndice de nuestro ego, prolongación de nosotros mismos. San Lucas es el más
humano de los cuatro evangelistas. Por lo visto era médico y pintor en sus
horas libres.
Nos legó un cuadro de la Virgen María. Es la Teotocos que reina en toda
la imaginería bizantina. De su vida poco
sabemos sólo algunas referencias de Pablo en sus cartas. A los colosenses
escritas desde la cárcel de Roma por conducto de Filemón “Lucas el querido
médico está conmigo” (Col.4, 14). Su nombre salta otra vez de la pluma del
Apóstol de las Gentes en la epístola a Timoteo “Lucas está conmigo” (2
Tim.4.11). Siempre al lado de Pablo, durante la edad media fue el Hipócrates
cristiano, santo tutelar de los estudiantes de medicina.
El 18 de octubre solía empezar el curso en
Oxford, la Sorbona ,
Coimbra, El Estudio General de Bolonia,
en Salamanca y Alcalá. Iniciábase el trimestre que los ingleses siguen llamando
Michelmass, y se escuchaban, solemnes y augustas disertaciones en latín, las
“lectio” en los salones de grados. Había fiesta de estudiantes. El viejo dicho
de a “Alcalá, putas, que viene san Lucas”
debe de ser antiquísimo. ¿Y cómo transcurrían aquellas celebraciones que
empezaban con misa cantada por el claustro en pleno y luego el ágape, y en la
tarde correr el gallo, juegos malabares, el hicuspocus, a la rayuela los
menores, pasteles de carne y soplillos en los figones, el mosto nuevo corría en
los jarros por las tascas?
Hay un episodio en el Buscón en los
que describe Quevedo el arribo de los mantisas complutenses a la capital del
saber. Don Pablos paró antes en la venta del morisco que había en Humanes y
paraban en la posada junto a un clérigo rezador y mirón unas mozas de partido.
Todos fueron robados por unos picaros estudiantes, las damas seducidas y abandonadas.
A Alcalá putas que llega san Lucas.
Parece que las estoy viendo a las misericordiosas
dueñas del amor, practicas en el oficio mas veterano del mundo y cubiertas del
polvo de los caminos, marchar detrás de los estudiantes que venían a lomo de
mulas atravesando media España con sus baúles en el que iba metido el ajuar de estudiante: la beca, la sotana, los
manteos; y las artolas hasta arriba de libros y cuadernos. Algún elixir, tres
mudas, el jubón de repuesto, un par de calzoncillos con su correspondiente
veste y sobreveste, unas tortas de jabón con la bacía y los trastos de afeitar.
Un viaje iniciatico emprendían pero la sabiduría se aprende no sólo en las
aulas y en los textos sino en las tabernas y en las posadas. No menos en las casas de lenocinio.
Había que a andar listo con la letra
muerta y la letra viva. Pablillos al poco de llegar a la universidad recibe la
primera somanta de palos y una lluvia de gargajos el día de san Lucas. Era la
novatada que solían sufrir los estudiantes primerizos. El toque de varas. La
acolada. Pasadas estas pruebas y tales sobresaltos, podían ser ordenados de
epístola (subdiáconos) y luego de evangelio (diaconos) y cantar la sequentia
secundum Lucam en tono llano. Travesuras y rondallas.
Venía la tuna y en el cortejo no
faltaban cerrando marcha “sus reverencias” de “toldo y arandela” que decían a
las mujeres de la vida. Donde había estudiantes pues en Complutum no eran tan
estrictas las costumbres y donde había frailes nunca faltaba esta tropa de
alegres mujercillas. Hoy se llaman “grupies” en Inglaterra y van detrás de los
cantantes y artistas. Abigarrada comitiva de descarriadas siguiendo a los giróvagos
de la estudiantina, eremitas exclaustrados, licenciados que colgaron la sotana
pero seguían sabiendo latín. Enamoradas de algún lindo estudiante daban puerta
a sus maridos. Raptos, duelos de comedia de capa y espada. Nunca en Alcalá
faltaron líos travesuras escolares. Siempre fue así.
La humanidad no tiene remedio y de esta
humanidad es la que se apiada san Lucas, el único de los coronistas de la vida
de Jesús que da detalles más explícitos de su Madre María (anunciación,
visitación, nacimiento, circuncisión, presentación en el templo, bodas de Canáa
y actas en las que nos da cuenta de que María presidía el cenáculo y los “apóstoles
perseveraron unánimes en la oración al lado de María la madre de Jesús y sus
hermanos) y era el que se cantaba siempre en las misas de gallo todas las
nochebuenas. Rezuma calor humano. Alegría y compasión. Abunda en la humanidad del Salvador. El que
no conoce a los hombres no conoce a los vicios. El espíritu está pronto pero la
carne es débil. El evangelio de Lucas es el más humano de los sinópticos porque
es el único que incluye el pasaje del perdón a la adultera. “el que esté libro
de pecado que tire la primera piedra” exclama el Señor. La imaginería cristiana
representan al apóstol – fue uno de los 72 elegidos en la hora undécima- con
una cálamo en la mano y a su vera un toro de lidia.
En España se celebraban las famosas ferias de
San Lucas. Era la última romería pasado verano. La última que Dios envía. E lo
religioso letanías y rogativas por la cosecha, empezaban las témporas y en lo
profano juegos de toros y cañas. La última corrida de toros. Los últimos
clarines. La última dulzaina.
viernes, 17 de octubre de 2008
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