CORNADA DE LOBO
Santa Paidofilia
GARCÍA TRAPIELLO
18/08/2018
18/08/2018
Quedan aterrados los que han leído ese demoledor informe de 1.500 páginas donde se relatan los más de 1.000 casos de abusos y denuncias contra 300 curas católicos del estado americano de Pensilvania que violaron o violentaron la inocencia de niños y niñas durante 70 años.
Trescientos clérigos son demasiado bulto como para seguir considerándolo penosas excepciones, algo marginal, manzanita podrida. Esa cifra-cañón debería cerrar ya toda boca indulgente y comprensiva... o seguirá abriendo todas las demás de puro espanto y estupefacción, porque ¿cuántos más casos cabe suponer al ser muy lógico el silencio o la vergüenza de tantas víctimas que jamás querrán denunciar?... monseñor calla... ¿y no es también parte o cómplice la boca que llama «debilidad humana» a la pederastia andante tratándola sólo «inter nos» o en «casa nostra» sin querer ver su viciosa reincidencia, ni atajarla, sabiendo que es la peor vileza contra la inocencia de un crío?... ¿dónde estaban las piedras de molino que manda el evangelio atar al pescuezo y tirarse al mar a todo aquel que escandalice a un niño, pues no hay en el Cielo perdón para tamaño crimen?... piedras de molino no habrá, pero piedritas de mechero, a sobrar... «si algún caso trascendiera o moviera a escándalo, trasládese al sacerdote a otra parroquia o destino»... sigilo sacramental, silencio de «ropa sucia que se lava en casa» recogido en el «manual de instrucciones para ocultación de la verdad» que cursó a las seis diócesis de Pensilvania su jerarquía eclesial, manual transcrito en el informe de la Corte Suprema que juzgará esos delitos ahora palmarios, obscenamente palmarios... ¿y cesará el «dejad que los niños se acerquen a mí»?...
Santa Paidofilia (del griego «paidós», niño), santa poco virgen y muy martirizante, patrona de los Sotanas Arremangadas, tenía muchísimos más altares y devotos de los que pudo imaginar la mente más calenturienta: Boston, Irlanda, Bélgica, Chile, Australia, Alemania, Francia... son los repetidos escenarios de telediario con cada nuevo caso de esta Santa Depredación Infantil.
Caramba, ¿y España?... ¡chssss!...
Trescientos clérigos son demasiado bulto como para seguir considerándolo penosas excepciones, algo marginal, manzanita podrida. Esa cifra-cañón debería cerrar ya toda boca indulgente y comprensiva... o seguirá abriendo todas las demás de puro espanto y estupefacción, porque ¿cuántos más casos cabe suponer al ser muy lógico el silencio o la vergüenza de tantas víctimas que jamás querrán denunciar?... monseñor calla... ¿y no es también parte o cómplice la boca que llama «debilidad humana» a la pederastia andante tratándola sólo «inter nos» o en «casa nostra» sin querer ver su viciosa reincidencia, ni atajarla, sabiendo que es la peor vileza contra la inocencia de un crío?... ¿dónde estaban las piedras de molino que manda el evangelio atar al pescuezo y tirarse al mar a todo aquel que escandalice a un niño, pues no hay en el Cielo perdón para tamaño crimen?... piedras de molino no habrá, pero piedritas de mechero, a sobrar... «si algún caso trascendiera o moviera a escándalo, trasládese al sacerdote a otra parroquia o destino»... sigilo sacramental, silencio de «ropa sucia que se lava en casa» recogido en el «manual de instrucciones para ocultación de la verdad» que cursó a las seis diócesis de Pensilvania su jerarquía eclesial, manual transcrito en el informe de la Corte Suprema que juzgará esos delitos ahora palmarios, obscenamente palmarios... ¿y cesará el «dejad que los niños se acerquen a mí»?...
Santa Paidofilia (del griego «paidós», niño), santa poco virgen y muy martirizante, patrona de los Sotanas Arremangadas, tenía muchísimos más altares y devotos de los que pudo imaginar la mente más calenturienta: Boston, Irlanda, Bélgica, Chile, Australia, Alemania, Francia... son los repetidos escenarios de telediario con cada nuevo caso de esta Santa Depredación Infantil.
Caramba, ¿y España?... ¡chssss!...
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