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lunes, 6 de agosto de 2018

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CICERÓN

 

Es la memoria de aquellos folletos de las clases de latín que daba don Valeriano que guardé en la cochiquera y me lo comieron loa ratones tardes de estudio parapetado detrás del Raimundo de Miguel enfrascado en las catilinarias el Lelius seu de amicitia Catón y los estoicos un lenguaje que no entendía. Un mundo sin estrenar se abría delante de mí. El tribuno de la plebe me enseñó a cabrearme con sus quosque tándem, y a pegar el taconazo. Contra los que abusan de nuestra paciencia.

Lo malo es que los libros dan hambre están crispados de pasión y no ayudan a adelgazar. Pasé toda una vida al pie de ellos.

Cicerón fue un deseo de inmortalidad un maestro de la moral natural que no creía en los dioses falsos. Tal vez haya que volver a la Ética. Hablaba de la caritas y de la pietas pero ambas virtudes no encuentran parangón en el libro de rezos cristiano. Son otra cosa. La pietas es el sentido del deber y tambien compasión y devoción a los dioses. La charitas era para los romanos sinónimo de sabiduría que era lo que ellos más estimaban. El tercer concepto filantrópico heredado de los griegos es el de inmanitas igual que barbarie falta de humanidad ferocidad. Son conceptos que explaya en su brillante tratado sobre la amistad inspirado por Lelio amigo de la infancia.

Toda la obra de este gran tribuno que tenía un gran grano en la nariz es una exaltación de la elocuencia. Sin retórica sin literatura no se puede vivir. El ser humano sin la oratoria retorna a la animalidad. Míralos: viven como gochos puede decir desde su cumbre el filósofo.

 Este es un estado de gracia y a la vez un riesgo. Por eso a mi su obra cumbre no son las catilinarias sino el libro de los oficios.

Para mí como para otros muchos latinistas el maestro Cicerón fue el que nos inició el arduo camino de la Retórica sudor y lágrimas poco dinero acusaciones y persecución pero una gran satisfacción interior. ¿Morbo? Cupiditas sapiendi (deseo de saber; no quieras entenderlo todo y controlarlo todo porque ese afán allega angustia y sensación de impotencia) malos pasos, un abrazo eterno con la pobreza y con la cárcel a veces. Marco Tulio Cicerón murió asesinado. Verdugos a sueldo de Antonio le cortaron la cabeza en Gaeta. Tenía 66 años. Pereció victima de los bandos e intrigas políticas de la República. Su influencia en la cultura de occidente es mayor. Influye en los santos padres. San jerónimo copia el estilo grandilocuente del libro de los Oficios. Cicerón está presente en la obra de san Agustín del que extrae las conclusiones del mundo platónico, así como la indiferencia ante el dolor, la enfermedad, la alegría y el gozo de los escépticos. Un repaso a sus libros tan estudiados traducidos y catalogados a lo largo de los siglos sería un buen analgésico para calmar las angustias de la hora presente. De eso es lo que se trata cuando hablamos de Humanismo.

lunes, 06 de agosto de 2018

 

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