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miércoles, 28 de febrero de 2018

ISRAEL ABRE EL SANTO SEPULCRO


Peregrinos cristianos rezan ante la Iglesia del Santo Sepulcro




JUDAÍSMO DE LA INTELIGENCIA Y EL PERDÓN PARA CAMINAR EN TIEMPOS DE PARUSÍA

 

"Si xto no ha resucitado vana es nuestra fe" Las palabras del Apóstol han retumbado en mi memoria en medio de la desazón que me causara la decisión de cerrar el Sepulcro del Señor. El gobierno israelí inspirado por la inteligencia inherente a todo judío o tal vez bajo la inspiración del Paráclito llamóse a andana y la tumba de Jesús fue abierta esta mañana a los creyentes. Triunfó el pensamiento fariseo (los fariseos creían en la otra vida) sobre el saduceo inmanentita que dijeron que no hay resurrección. Las dos ideas son aceptables porque nadie ha venido desde el otro mundo a certificarnos que tal creencia es cierta. Los cristianos cantamos en el oficio de difuntos a los que murieron "en la esperanza de la resurrección" y únicamente mediante la Fe nos sentimos seguros de que al otro lado de la Barca habrá un cielo para los buenos y un infiernos para los malos. ¿Estaré yo entre los elegidos en el rebaño de las ovejas o en la turba de los préditos o condenados? No sé. Hay casos en que la religión se reviste del ropaje del mito. Escucho los cantos de resurrección pero también me afligen los pesares, fraudes, enfermedades, injusticias, descalabros, malos pasos que acompañan al ser humano en su caminar por la tierra. "Mi reino no es de este mundo" proclamó Jesús en su prendimiento ante el sanedrín cuando canto la Passio. Señor ¿estás ahí? ¿Está el sepulcro vacío? Resurrexit sicut dixit, advirtió el angel a las santas mujeres y hago de esta frase vademecum de mi peregrinación por la tierra. Pero no puedo condenar nunca a los no creyentes. Mi religión me inclina al perdón y ver las cosas desde una perspectiva de progreso y esperanza. Odio la guerra sobre todo la guerra de Siria en la cual los sionistas tienen arte y mucha pare pero no entiendo. Señor, que vea. Abre mis ojos, llenos de arena. Libarme del odio y de la ira. Que unos y otros vivan con su idea. A pesar de todo, soy periodista y la critica y a veces la sátira que denuncia la estupidez humana son parte de mi lote. Vivamos todos en paz. Shalom. Por lo pronto la decisión del alcalde jerosolomitano de reabrir el Santo Sepulcro al culto es una sabia decisión aparte de una opción redituable para las arcas de Israel. Sigue el canto de la pasión mientras esto escribo que me recuerda que mi misión de escritor forma parte de la herencia de los diáconos: cantar las verdades del barquero y portar sobre mi estola todo el peso de la liturgia sagrada. La Parusía ya no está lejos.

lunes, 26 de febrero de 2018


ME ATACO LAS CALZAS

 

Se acaba febrero entre estertores del palabrero y me acuerdo de Cela cuando hablaba de las siete señas del hijo puta. Una de ellas era la de tener la barba en parroquias y otras zamparse a puñados los recortes de hostias. El monaguillo pillo se guarda las perras en el bolsillo y ahí está el Carrozas tan aséptico y tan oráculo del sistema repartiendo doctrina mientras hace literatura impregnando con su baba las páginas de los diarios que nadie lee. Es un alabancioso en medio de una merienda de negros. Hizo de la adulación un género periodístico. Pasó la mano por el lomo a Emilio Romero al que acercaba las putas, luego a don Felipe y al Guerra, y al verdugo de Belgrado más tarde al Aznar a cuya esposa piropeaba, se convirtió en negro de Rajoy y ahora como las ve venir, tras los desplantes, se deshace en elogios del Coletas. Ideológicamente es un parche. Nada tiene que ver con los personajes de la picaresca aunque cite mucho a Quevedo y aduzca a sus escritos frases del caló. Ha llegado la pasma y me entran ganas de darle a la frasca del peñascaró. No sabe que en el diccionario existen voces que se califican de lenguaje de germanía, idiotismos asturianos, aragoneses, salmantinos, valencianos etc. Aquí es el caso de inventarse un idioma para trincar pelas y que le hagan a uno homenajes. El escorpión extiende sus artejos amenazantes y pronto clavará el aguijón. Lo del separatismo catalán está dando de comer a muchos lelos y tontas y tontos de baba que largan espiches tautológicos desde sus sillones telemáticos y hay uno que dirige a la cuadrilla, un tal Vitor, que sigue diciendo todas las noches "pograma". Siempre contaron las faltas de ortografía pero no hay que dar de lado a los gazapos fonéticos tan importantes en español, pero estos chicos de ahora no pronuncian ni acaban la frase, tienen gramática pero parda y no la de Nebrija. El necio sube ahora como la espuma. Les ocurre lo que a la burra del gitano que sabe hablar pero no sabe pronunciar. Vida orgiástica de nuestros chicos campeones en el lodazal. Urentes manifestaciones y desplantes de doña Colau de la que dicen que es un tigre en la cama. Excogitaciones animalistas. Nos azuzan los perros. Ahí voy pero estas biznagas no son más que el Sello de la Bestia. No hagamos mucho caso. De nimis non curat praetor. Pelillos a la mar. Ladran luego cabalgamos. Estos insultos no me descabalgarán de mi montura de escritor quijotesco. Déjalos que vayan de tumbo en tumbo mientras yo me ataco mis calzas pues soy ancho de caderas y no me gusta andar descamisado. Un tal Expósito, qué nombre, le debieron de sacar a su madre por el torno de la inclusa, vocifera hambres desde Venezuela en la emisora de los curas y el Herrera tan pulido y dicharachero que no le cabe un piñón por el ojo del culo dándole cancha. Aquí todo es bla bla y no hacer nada

domingo, 25 de febrero de 2018


deECHO DE MENOS A PACO UMBRAL MORTAL Y ROSA. RECUERDOS DE MI ABUELO BENJAMÍN
domingo, 13 de abril de 2008
Antonio Parra-Galindo

Echo de menos a Umbral. Mortal y rosa. Voy a la última página del diario donde él proyectó su última época en vividura de escritor fuera borda y no encuentro su firma. Otras plumas galanas se han subido a la columna de mi difunto amigo. ¿Segundas partes fueron buenas? En este ambiente de envidias y de navajazos que es el mundillo literario periodístico madrileño Paco tuvo muchos enemigos de esos que adulan por fuera y por dentro ocultan la puñalada trapera y émulos.
Es que fuimos muchos los que quisimos escalas su columna rostral donde él se encaramó como un César. No entró en la Academia pero conoció y supo tocar los mejores registros de la lengua castellana mejor que nadie. Creo que ha sido el mejor escritor español del siglo XX. Me cupo la honra de conocerle y tratarle aunque muy de lejos y ya dicho que lo echo en falta. I miss him Expongo aquí una foto. Estábamos en la boda del poeta Florencio Martínez Ruiz que se casó allá por el 64 en los dominicos de Alcobendas. Esa iglesia moderna con esa torre tan guay mirando a la carretera de Francia y nos retratamos a los postres.
No hubo banquete sino un "lus" que dice mi madre. Un lunch. Las bodas dejaron de durar tres días y se convirtieron en meriendas a la inglesa. Florencio se casó con la hermana de un amigo mío. Juan Antonio Pérez Mateos escritor poeta periodista de Palomero (Cáceres) y aquí está el conquense y premio Adonais aquel año Diego Jesús Gimes España la santa de Umbral, yo y él con gafas de concha negra y traje cruzado.
Era muy elegante, un dandy pero como todas las inteligencias preclaras, los espíritus delicados y mentes cultivadas que no son del montón cambia. Con Felipe volvió a colocarse la pana y la camisa de rayas. Quizás no escribió la novela de nuestra generación, un título que hay que atribuir a Jesús Torrado, autor de Las Corrupciones pero Umbral, escritor químicamente puro prosista y lírico, el azadón y la pala que excava los sentimientos de la gente de la generación del 68. es un gigante. No se queda en el estilo y la música de Cela o de Delibes que son más manieristas sino que es también letra y dice cosas con la literatura.





Es también filosofo.
Vuelvo a sus libros que me confortan para empaparme de ese existencialismo de su estructura, esas ganas de vivir en rebeldía que nos caracterizó a muchos. Paco creció y maduró con el tiempo. Nos define y nos confina. Literariamente fue el vino añejo en la tinaja. Fue a más. Cela, pongamos por caso, el posterior y aunque las comparaciones ofendan, ya no era tan bueno como el primer Cela. Se agotó.

 

Lo contrario que mi amigo y admirado madrileño recriado en Valladolid.
Superó a Delibes escritor oficioso y oficialista, superó a todos y con ese dolor, ese reconcomio de la muerte inesperada, que nos arrebata a los que queremos/odiamos, me desparramo por la prosa triunfal, buida, preciosista y recalcitrante como una melodía repetitiva y con algo de hesicasmo, un eje de marcha, un gozne que da vuelta, el mimbre donde ensartaba los churros el churrero en aquellas madrugadas color lila, así es Mortal y Rosa una novela sin argumento. Sólo el dolor por el hijo muerto. La levedad del ser, la futilidad del deseo. Pura masturbación mental. Encaje de bolillos. Consultas al psiquiatra. El alma del escritor que se estampa y se retuerce ante lo incomprensible de aquellos largos y tórridos veranos del 50 en que jugábamos al gua. Rememoro de la mano del maestro vacaciones con olor a espliego-entonces los olores eran más fuerte, quizá porque no había lluvia ácida ni fertilizante, quizá porque nuestro olfato no había sido acometido por las mermas de la post modernidad y todo en nosotros estaba más entero- o con el perfume del sexo en las bragas de aquella niña con la que, inocentes, jugábamos a los médicos.
Olor también a muerte. Bandas de luto en la manga de la gabardina. ¿Quién se te ha muerto? Un primo mío que no llegó al desarrollo. O el hermano enfermo que teníamos en un sanatorio tuberculoso de Guadarrama. Alguna vez subíamos desde Segovia hasta Tablada en aquel tren tranvía dos horas y media el trayecto hasta Madrid cuando no se rompía alguna furaco de la catenaria. ¿Estas bien, hijo? Sí, madre, sí. ¿Qué te traigo, qué quieres que te haga? Nada, madre; nada. Y se tendía en aquellas chaise long de la galería. Pabellón de reposo. Tranquilidad y buenos alimentos. Enfermitos con los ojos grandes y mirada ardiente. Toses y dolor al pecho escribiendo cartas de amor, la tisis categórica y la muerte en los zancajos razón de su hiperestesia y balanos encendidos caminaban por las crujías buscando a la mujer.
"Voglio una donna" (quiero una mujer) gritaba el loco desde la copa de una encina, ah Fellini las tetas de la rubia de Armacord, el despertar de los sentidos, Eros y Tanatos hermanos mielgos, Castor y Pólux a horcajadas montando el mismo caballo, los encuentros con una moza bajo el hórreo, las parejas que buscaban os escondrijos de las peñas orillas del Eresma donde nos bañábamos en la poza del bodón y espiábamos al cura del Salvador haciendo porquerías con una de sus feligresas.

 

Yo me la llevé al río.
Hambre de sexo, hambre de amor, que nunca fuimos tan ardientes, que nunca el sexo estuvo tan entrometido con la religión que lo reprimía. He seguido soñando con los senos de la rubia de Armacord. Esa da dos azumbres, gritó un chistoso durante una reproducción en el Montija, sesiones de cine de sesión continua donde entraban dos y salían cinco. Chist un poco de formalidad, coño, ese que se calle. Acomodador… acomodador. Adolescencia y muchos andaban mal de la caja cambios. La mala alimentación. Los desastres de la guerra. Alguna noche cuajaba la sangre en la almohada.
Algunos curaban pero la mayor parte palmaban. Por las tardes en alguno de los cien campanarios de las cien iglesias y conventos de Segovia tocaban a clamor. ¿Quién se ha muerto? Don Anacleto el lectoral de la catedral. Pues no era muy viejo. ¿Y fumaba? Poco, creo que un farias los domingos después de decir su misa. Y se preparaban aquellos aparatosos entierros que eran auténticos desfiles procesionales porque no hay ciudad en el mundo que ame tantas las procesiones como la ciudad en que nací yo. A la primera de cambio, zaca; una procesión.
Mi madre me llevaba a todas aunque no fuese Semana Santa. Me veo ahora con un cirio encendido andando medio dormido mientras berreaba el amante Jesús Mío cuando se hacía la reserva en aquellos monasterios apartados extramuros adonde iba poca gente y olía como a pescado rancio. El olor a coño. ¿Es que las monjitas no se lavaban? Se lavaban poco. Y las vaharadas de ese olor se me suben a las narices cuando repaso las novelas de Umbral. ¡Cómo lo capta Paco! Parece que tenía un radar en el bolsillo. Aquellos olores plasman una época entre estertores de penas del infierno y carne lacerada por los cilicios.
El ay no me des tormento de las saetas y los jipios del amor hermoso de las tonadilleras. Ay que me estas matando Pasión de un pueblo con alma dolorista que ni amando a Dios ni fornicando no se divierte. Que guiado por su sino trágico lo toma todo por la tremenda. Masoquismo de raíces místicas. Hay pueblos donde los hombres y las mujeres se acuestan con una sonrisa y se lo pasan grande. Aquí con una navaja en la liga y parece que sufrimos.
No me diga más: violencia de genero pero hundámonos en las raíces. Hagámonos preguntas. ¿Por qué? Pues porque el sexo se entrevera con la religión entre nosotros. Es como una montaña sagrada, no un prado ameno ni un jardín de delicias. Umbral lo explica.
Un triduo, una novena, una conmemoración y ya estaban las andas preparadas y las capas del habito, los hacheros y el báculo de la hermandad del Cristo del Perdón. ¿España ha dejado de ser católica? Si me lo preguntan por ese cabo responderé que sí y no. También la muerte era un espectáculo. No se ocultaba en asépticos tanatorios donde maquillan a los muertos como si fuesen a representar una obra de teatro, con música de fondo. Han variado las costumbres pero ¿muerte donde está tu victoria? ¿Dónde tienes tu aguijón?
La imagen que me viene a la memoria son las largas visitas al hospital de la Misericordia donde siempre había alguno del pueblo o tenían a mi abuelo Benjamín cuando le operaron de la próstata. Bajábamos en las tardes de mayo por la costanilla de los Desamparados allí donde la ciudad no había perdido su perfil guerrero senda abajo por el postigo donde yo vi una vez a un templario un monje negro con una cruz blanca y roja al pecho la partesana en la mano el yelmo y la rodela fue una visión un espectro de caballero prevenido en frontera y entrábamos en aquel lazareto limpio y pobre.
Una monja paula con la toca enorme como las alas de un gigantesco finife, aquel griñón alsaciano – san Vicente de Paúl era francés y las instituyó para curar el mal gálico y las hermanitas tenían que disfrazarse a la moda del París del siglo XVII pero el gorro aséptico les prevenía contra los humores negros de la peste y la sífilis- les daba un aspecto asexuado y epiceno.
Muchas veces me preguntaba si aquellas monjitas no serían hombres pero mi madre me dijo que algunas eran muy guapas y que una Navarra era un tipazo y le entró la vocación cuando la dejó el novio. No hay mal que por bien no venga mamá. Mi madre la pobre siempre andaba de convento en convento. Se conocía a todas las religiosas de la ciudad y mira que eran unas cuantas (las de santa Rita las de san Antonio el real las de santa Isabel, las Dominicas, las Cistercienses del Barrio las Brujas, las oblatas de la Consolación, la Reparadoras, la tira y las bajaba a visitar con frecuencia porque algunas eran de su pueblo.
Me tenían muy intrigados aquellos curas aquellas monjas con aquellos capisayos. ¿Por donde mearán? ¿Tendrán eso? Sí, mi niño sí pero ¿qué cosas preguntas? Una vez mi curiosidad llegó a tal grado que recibí una tunda porque ni corto ni perezoso a Sor Conce ni corto ni perezoso pues yo siempre fue muy decidido traté de alzarle las sayas.
Me dio a besar el rosario y yo traté de levantarle los bajos del halda que le llegaba hasta los pies. ¡Pero bueno! Niño eso no se hace. Oche. Es pecado mortal. ¿Tendría la hermanita de la Caridad el pecado mortal en su sitio o era otra cosa? ¿Y que tendrían los curas pija o crija?
No me quedaron ganas de saberlo porque la bofetada que me dio mi padre que casi me estampa contra la pared aun me está doliendo y el eco de aquella hostia resuena por los ánditos de las memorias. Sor Conce cuando bajábamos a ver el abuelo creo que me cogió ley pues mi atrevimiento la debió de hacer gracias y me daba peladillas y caramelos que sabían a rancio y a convento. Al vernos llegar por la puerta carretera que abría a un patio con una fuente en el medio coronada por un virgen de escayola ya estaba sor Conce moviendo la cabeza y riéndose.
Le caí en gracia.
-Uy que chicos más gordo qué bien se te crían, Juanita.
- Con buena leche del cuartel y buenos ciscos, hermanita.-contestaba la mi madre.
Estábamos mi hermano y yo hechos unas bolas pero en aquellos tiempos del hambre la gordura era un signo de distinción.
- ¿Cómo está el abuelo?
- Pasó mejor noche.
Le operaron tres o cuatro veces a lo burro. Que bestias aquellos galenos al meterle la sonda pero no fueron capaces los urólogos de aquellos tiempos de erradicar su adenoma.
-Es que, Benjamín, tienes la próstata como la de un caballo. Salió bien de aquella y cuando le dieron de alta se fue directamente a una tienda de objetos religiosos que había en la Calle Real y compró un resucitado. Con él al hombro en el coche de línea se presentó en Fuentesoto. Lo regaló a la iglesia y mandó decir una misa a don Frutos de acción de gracias. Era un espejismo. El maldito adenoma siguió minando su paquete intestinal y sobrevino la anacrisis. Yo dormía en su misma alcoba y me dejaron al cuidado para alcanzarle el orinal o el botello cuando le entraban ganas de orinar. Fui testigo de su pasión y muerte. Hasta Dios me dio la gracia de asistir a su agonía. El abuelo debía de ver cosas en aquel trance pues con malo tregua se santiguaba. Y santiguándose entró en la vida eterna. Era una tarde calurosa de julio. Bahmontes había ganado la vuelta a Francia. Asistí de monaguillo al entierro.
El cura Saturnino el de Castro dijo las preces de mala gana y las moscas revoloteaban alrededor de la caja mientras entonamos el "Libérame Domine de morte aeterna" pues fue un verano de muchas moscas y de mucho calor.
A mi abuelo lo amortajó mi tía Dominica que era la santera de Fuentepiñel atándole las manos y los pies con un cordón de siete nudos. ¿Qué significaban los siete nudos de aquellos cíngulos? Un salvoconducto para el Paraíso. Los siete dolores de la Virgen. La credencial. Benjamín llegaba bien preparado y san Pedro no debió de vacilar en dejarle franca la puerta al buen labrador castellano después de su calvario.
-Pasa pa adentro Benjamín que te lo has ganado-debió de decirle el portero del Paraíso el señor san Pedro cuando aterrizó por aquellas alturas mi abuelo.
Tres años en un grito por culpa de aquella maldita próstata. God spare me. Sor Conce tenía un rosario de cuentas muy grandes, cantaba jotas de la Ribera que daba gusto escucharla y era todo una real moza. Medía casi dos metros y luego con aquella toca de las Hermanas de la Caridad tenía que entrar por las puertas de medio lado. Aquello no era una toca ni un griñón; era un paracaídas. Hermanita ¿va usted a la guerra con ese paraguas blanco? La decía el capitán Camilo que había luchado en el otro bando y no creía mucho en estas cosas de Dios y la religión y ella contestaba:
- Sí señor Camilo voy a la guerra del amor de Dios.
- Y entonces ¿por qué no se echa usted novio?
- Con el que tengo me vale. Pero rece, Camilo, rece para que el Señor le dé presencia de ánimo y una buena muerte.
- Se me ha olvidado hermanita.
El bueno de don Camilo se tapaba la cara con el embozo. Acaso lloraba. Santa María Madre de dios.
-Ve como sí que se acuerda.
Se daba media vuelta sor Conce y el bueno de don Camilo hacía gala de sus ideas. Entonaba el himno de Riego. Si los frailes y curas supieran la palaza que van a llevar. Japuta… japuta.
Tengo muy grabadas aquellas cosas que sucedieron en mi infancia. Sor Conce arrastrando sus peplos sus velos y sus tocas por los pasillos que estaban tan limpios que en ellos se podían comer sopas y entrando por las puertas de medio lado por causa de su inmenso gorro.
Fue un acto de caridad la reforma del Concilio que visitó a las Hijas de San Vicente de Paúl de corto otorgándolas una indumentario más funcional pero el hábito sigue siendo feo con esa toca en ángulo recto y sustituyendo el azul por el negro. Aunque dicen que el hábito no hace al monje, a la monja.
O ¿sí?
En España se quiso siempre mucho a esa Orden francesa que no la hubo ni tan militar ni tan militarizada. Franco al que asistieron en el hospital de sangre de Melilla y le salvaron la vida cuando le pegaron el tiro en el vientre mandó que hubiera una comunidad de esta Regla en todos los hospitales militares y es del de Carabanchel donde murió mi padre y del de Segovia donde estuvo mi abuelo que yo las recuerdo. Cuantos soldaditos murieron en sus brazos.
Caminaban por la crujía entre las camas blancas con mucho garbo con sus cofias esotéricas y las haldas que les llegaban hasta los pies. Debajo del delantal muchos cosas podrían caber: unas tijeras, la jeringuilla de morfina, el tarro de piramidón, la última carta del novio que la dejó, el detentebala del sobrino al que mataron en guerra y hasta los caramelos y bombones que me regalaba la sor y que sabían muy ricos aunque revenidos y con olor a monja. Los libros de Umbral que es uno de esos escritores tan sensuales que escriben como les da la gana hasta con el olfato me devuelven aquel tiempo que se fue. Traen un perfume alcanforado de cuarto de atrás y de pensión con patio de luces Estoy seguro de que no pasarán porque son definitivos y definitorios de una época de un tiempo en que todo cambió hasta la toca de sor Conce que el Vaticano recortó.
Lamento que Umbral, no lo sé, perdiera la fe. Decía glosando a Sartre diciendo que Dios es el silencio de los hombres. A mí me parece todo lo contrario. Dios es elocuente y sigue hablando a Abrahán desde la zarza.
Claro que para escucharle hay que estar atento y tender no los oídos de la carne sino los del alma. Mientras seguimos sumidos en la paradoja pues vivir y morir es una contradicción. Extrañamos a Umbral poeta puro, escritor de raza, en este melonar sembrado de patatas y de espantapájaros. Tendría que hablar del amigo Pérez Reverte el espadachín, una fábrica de churros a refritar un troquel de acuñar moneda y de hacer billetes. Que a Umbral no le llega a los zancajos.
Tiene el síndrome de los de Pueblo que Emilio Romero los malcrió y les hizo una especie de perdonavidas y de delincuentes. Nunca entenderán al escritor neto químicamente hablando. Ellos son políticos del lado que sople el viento pero ese tema lo vamos a dejar para otra día
izquierda a derecha Diego J. Jimenez, España, Antonio Parra, Paco Umbral en la boda de Florencio

 

jueves, 22 de febrero de 2018


Normandía

 

EL DÍA QUE YO NACÍ las playas de Normandía aparecieron esparcidas de cadáveres. Pasé por Lisieux para visitar la tumba de la Pequeña Flor Santa Teresita, una grandeza de Francia y los caminos de Dieppe y de Boulogne mostraban las cruces blancas de cementerios aliñados siembra de cruces y de esperanza. Creo que eso determinó un poco mi destino y de los hombres de mi generación del 68. Todos odiamos la guerra, somos rebeldes y no comulgamos con rueda de molino. Nos desplace la historia tergiversadas o manipulada pero había que plegarse a los acontecimientos. El cuartel general de Berlín dio orden a la Wehrmacht de retirada. No querían los alemanes una carnicería con el inglés. Sus divisiones acorazadas que comandaba el general Von Rundest fueron replegadas, los panzer se quedaban sin gasolina por mandato del Reich.

El Führer era un poco anglófilo, le gustaba tomar el té de las cinco y consideraba a Gran Bretaña la nación más civilizada.

Al recibir la orden del cuartel general, Von Rundest se pegó un tiro. El mariscal Rommel se tomó la cápsula de veneno que llevaba siempre consigo en la guerrera. Un gesto samurai que honra a los héroes con corona de laurel. Hay casos que el honor está por encima de la propia vida.

Hitler a los que odiaba era a los rusos y ahí puede que también se equivocara.

La Wilhem Strasse buscaba un entendimiento o una paz desesperada con Downing Street. De lo contrario aquella hecatombe podría suponer la liquidación de Europa. Más de tres cuartos de siglo después la historia parece haberle dado la razón. Se opuso Churchill apoyado por la banca judía. Esa banca que no movió un dedo por salvar a los perseguidos en el Este.

El general Franco haciendo honores a su casta sí lo hizo, pero las guerras a partir de la invasión de Normandía y los bombardeos exhaustivos y canallas de Dresde dejaron de ser ideológicas para enmarcarse en una contextura de dominación económica. Noches de fuego y de fósforo.

Los hombres y mujeres caminaban por las calles de la infeliz ciudad bombardeada convertidos en teas ambulantes. No gana aquí el que más vale sino el que más miente. El embajador norteamericano en Madrid J. N. Hayes visitaba el campo de refugiados de la Rioja casi todos judíos alemanes húngaros y sefardíes greco chipriotas a los que Franco concedió el pasaporte para emigrar a EE.UU vía Lisboa.

De este extremo y de tal labor humanitaria se han ocultado muchas evidencias y se manejan al propio tiempo tópicos y falsedades. Por supuesto que, si esa mano tendida no hubiera extendido la manga, a estas horas hubiera sido imposible California hacia donde se encaminó aquella fuga de cerebros que huía de Alemania. Acaso ello se deba en parte a la Memoria Histórica.

Pero la hipótesis que me lleva siempre a Normandía a llorar mis culpas y las ajenas quizá se encuentre en la casilla de mi horóscopo. Las estrellas bajo cuyo signo nacemos no fuerzan ni determinan pero inclinan nuestros hados hacia una parte o hacia otra.

catedra de san pedro misa hodierna

Incipit
Sacerdos paratus cum ingreditur ad Altare, facta illi debita reverentia, signat se signo crucis a fronte ad pectus, et clara voce dicit:
In nómine Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti. Amen.
2
Beginning
The priest, bowing down at the foot of the altar, makes the Sign of the Cross, from his forehead to his breast, and says:
In the Name of the Father, and of the Son, and of the Holy Ghost. Amen.

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Deinde, iunctis manibus ante pectus, incipit Antiphonam:
S. Introíbo ad altáre Dei.
M. Ad Deum, qui lætíficat iuventútem meam.
Postea alternatim cum Ministris dicit sequentem:
Ps. 42, 1-5.
S. Iúdica me, Deus, et discérne causam meam de gente non sancta: ab hómine iníquo et dolóso érue me.
M. Quia tu es, Deus, fortitudo mea: quare me reppulísti, et quare tristis incédo, dum afflígit me inimícus?
S. Emítte lucem tuam et veritátem tuam: ipsa me deduxérunt, et adduxérunt in montem sanctum tuum et in tabernácula tua.
M. Et introíbo ad altáre Dei: ad Deum, qui lætíficat iuventútem meam.
S. Confitébor tibi in cíthara, Deus, Deus meus: quare tristis es, ánima mea, et quare contúrbas me?
M. Spera in Deo, quóniam adhuc confitébor illi: salutáre vultus mei, et Deus meus.
S. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
M. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper: et in saecula sæculórum. Amen.
Sacerdos repetit Antiphonam:
S. Introíbo ad altáre Dei.
M. Ad Deum, qui lætíficat iuventútem meam.

3
Then joining his hands before his breast, he begins the Anthem:
P. I will go in unto the altar of God.
S. To God who giveth joy to my youth.
The priest alternates with the server in reciting this psalm to express his desire, joy and confidence in going to the altar of the Sacrifice.
Ps. 42, 1-5.
P. Judge me, O God, and distinguish my cause from the nation which is not holy: deliver me from the unjust and deceitful man.
S. For Thou, O God, art my strength: why hast Thou cast me off? and why go I sorrowful whilst the enemy afflicteth me?
P. Send forth Thy light and Thy truth: they have conducted me and brought me unto Thy holy mount, and into Thy tabernacles.
S. And I will go into the altar of God: to God who giveth joy to my youth.
P. To Thee, O God, my God, I will give praise upon the harp; why art thou sad, O my soul, and why dost thou disquiet me?
S. Hope in God, for I will still give praise to Him: the salvation of my countenance and my God.
P. Glory be to the Father, and to the Son, and to the Holy Ghost.
S. As it was in the beginning, is now, and ever shall be, world without end. Amen.
The priest repeats the Anthem:
P. I will go in unto the altar of God.
S. To God who giveth joy to my youth.

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Signat se, dicens:
V. Adiutórium nostrum in nómine Dómini.
R. Qui fecit coelum et terram.
Deinde iunctis manibus profunde inclinatus facit Confessionem.
Confíteor Deo omnipoténti, beátæ Maríæ semper Vírgini, beáto Michaéli Archángelo, beáto Ioánni Baptístæ, sanctis Apóstolis Petro et Paulo, ómnibus Sanctis, et vobis, fratres: quia peccávi nimis cogitatióne, verbo et opere: Percutit sibi pectus ter, dicens: mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa. Ideo precor beátam Maríam semper Vírginem, beátum Michaélem Archángelum, beátum Ioánnem Baptístam, sanctos Apóstolos Petrum et Paulum, omnes Sanctos, et vos, fratres, orare pro me ad Dóminum, Deum nostrum.
M. Misereátur tui omnípotens Deus, et, dimíssis peccátis tuis, perdúcat te ad vitam ætérnam.
Sacerdos dicit:
S. Amen,
et erigit se. Deinde Ministri repetunt Confessionem: et ubi a Sacerdote dicebatur vobis, fratres, et vos, fratres, a Ministris dicitur tibi, pater, et te, pater.
M. Confíteor Deo omnipoténti, beátæ Maríæ semper Vírgini, beáto Michaéli Archángelo, beáto Ioánni Baptístæ, sanctis Apóstolis Petro et Paulo, ómnibus Sanctis, et tibi, pater: quia peccávi nimis cogitatióne, verbo et opere: mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa. Ideo precor beátam Maríam semper Vírginem, beátum Michaélem Archángelum, beátum Ioánnem Baptístam, sanctos Apóstolos Petrum et Paulum, omnes Sanctos, et te, pater, orare pro me ad Dóminum, Deum nostrum.
Postea Sacerdos, iunctis manibus, facit absolutionem, dicens:
S. Misereátur nostri vestri omnípotens Deus, et, dimíssis peccátis nostris vestris, perdúcat nos vos ad vitam ætérnam.
R. Amen.
Signat se signo crucis, dicens:
S. Indulgéntiam, absolutionem et remissiónem peccatórum nostrórum tríbuat nobis omnípotens et miséricors Dóminus.
R. Amen.

4
The priest, signing himself with the Sign of the Cross, says:
P. Our help is in the Name of the Lord.
S. Who made heaven and earth.
Then, joining his hands, and humbly bowing down, he says the Confiteor:
P. I confess to almighty God, to the blessed Mary ever Virgin, blessed Michael the Archangel, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, to all the Saints, and to you, brothers, that I have sinned exceedingly in thought, word, and deed, Here he strikes his breast thrice. through my fault, through my fault, through my most grievous fault. Therefore I beseech the blessed Mary, ever Virgin, blessed Michael the Archangel, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, all the Saints, and you, brothers, to pray to the Lord our God for me.
S. May almighty God be merciful to thee, and forgiving thy sins, bring thee to everlasting life.
The priest answers:
S. Amen.
The server says the Confiteor.
S. I confess to almighty God, to the blessed Mary ever Virgin, blessed Michael the Archangel, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, to all the Saints, and to you, Father, that I have sinned exceedingly in thought, word, and deed, through my fault, through my fault, through my most grievous fault. Therefore I beseech the blessed Mary, ever Virgin, blessed Michael the Archangel, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, all the Saints, and you, Father, to pray to the Lord our God for me.
Then the priest, with his hands joined, says:
P. May almighty God be merciful to us thee, and forgiving thy sins, bring us thee to everlasting life.
S. Amen.

P. May the almighty and merciful Lord grant us pardon, absolution, and remission of our sins.
S. Amen.

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Et inclinatus prosequitur:
V. Deus, tu convérsus vivificábis nos.
R. Et plebs tua lætábitur in te.
V. Osténde nobis, Dómine, misericórdiam tuam.
R. Et salutáre tuum da nobis.
V. Dómine, exáudi oratiónem meam.
R. Et clamor meus ad te véniat.
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Et extendens ac iungens manus, clara voce dicit:
Orémus, ei ascendens ad Altare, dicit secreto:
Aufer a nobis, quaesumus, Dómine, iniquitátes nostras: ut ad Sancta sanctórum puris mereámur méntibus introíre. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
Deinde, manibus iunctis super Altare, inclinatus dicit:
Orámus te, Dómine, per mérita Sanctórum tuórum, Osculatur Altare in medio quorum relíquiæ hic sunt, et ómnium Sanctórum: ut indulgére dignéris ómnia peccáta mea. Amen.

5
Bowing down, he proceeds:
P. O God, Thou wilt turn again and quicken us.
S. And thy people shall rejoice in Thee.
P. Show us, O Lord, Thy mercy.
S. And grant us Thy salvation.
P. O Lord, hear my prayer.
S. And let my cry come before Thee.
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
First extending, then joining his hands, the priest says audibly Let us pray then ascending to the altar, he says secretly:
Let us pray.
Take away from us our iniquities, we beseech Thee, O Lord, that we may be worthy to enter with pure minds into the Holy of Holies, through Christ our Lord. Amen.
His hands joined, and bowing down over the altar, the priest says:
We beseech Thee, O Lord, by the merits of Thy Saints, He kisses the sacred stone whose relics are here, and of all the Saints, that Thou wouldst vouchsafe to forgive me all my sins. Amen.

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Introitus
Eccli 45:30.
Státuit ei Dóminus testaméntum pacis, et príncipem fecit eum: ut sit illi sacerdótii dígnitas in ætérnum
Ps 131:1
Meménto, Dómine, David: et omnis mansuetúdinis eius.
V. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in saecula saeculórum. Amen
Státuit ei Dóminus testaméntum pacis, et príncipem fecit eum: ut sit illi sacerdótii dígnitas in ætérnum

6
Introit
Sir 45:30
The Lord made a covenant of friendship with him, and made him a prince; that he should possess the dignity of priesthood forever.
Ps 131:1
Remember, O Lord, David and all his meekness.
V. Glory be to the Father, and to the Son, and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, and ever shall be, world without end. Amen.
The Lord made a covenant of friendship with him, and made him a prince; that he should possess the dignity of priesthood forever.

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Kyrie
Qua finita, iunctis manibus, accedit ad medium altaris et, alternatim cum Ministris, dicit:
S. Kýrie, eléison.
M. Kýrie, eléison.
S. Kýrie, eléison.
M. Christe, eléison.
S. Christe, eléison.
M. Christe, eléison.
S. Kýrie, eléison.
M. Kýrie, eléison.
S. Kýrie, eléison.

7
Kyrie

P. Lord, have mercy.
S. Lord, have mercy.
P. Lord, have mercy.
S. Christ, have mercy.
P. Christ, have mercy.
S. Christ, have mercy.
P. Lord, have mercy.
S. Lord, have mercy.
P. Lord, have mercy.

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Gloria
Postea in medio Altaris extendens et iungens manus, caputque aliquantulum inclínans, dicit, si dicendum est, Glória in excélsis Deo, et prosequitur iunctis manibus. Cum dicit Adorámus te, Grátias agimus tibi, et Iesu Christe, et Suscipe deprecatiónem, inclinat caput; et in fine dicens: Cum Sancto Spíritu, signat se a fronte ad pectus.
Gloria in excelsis Deo Et in terra pax homínibus bonæ voluntátis. Laudámus te. Benedícimus te. Adorámus te. Glorificámus te. Grátias ágimus tibi propter magnam glóriam tuam. Dómine Deus, Rex coeléstis, Deus Pater omnípotens. Dómine Fili unigénite, Iesu Christe. Dómine Deus, Agnus Dei, Fílius Patris. Qui tollis peccáta mundi, miserére nobis. Qui tollis peccáta mundi, súscipe deprecatiónem nostram. Qui sedes ad déxteram Patris, miserére nobis. Quóniam tu solus Sanctus. Tu solus Dóminus. Tu solus Altíssimus, Iesu Christe. Cum Sancto Spíritu in glória Dei Patris. Amen.

8
Gloria
Afterwards, standing at the middle of the altar, extending and then joining his hands,and bowing slightly, the priest says — except during Lent, Advent and in Masses for the Dead — the Gloria. When he says the words: We adore Thee, We give Thee thanks; Jesus Christ; and Receive our prayer, he bows, and at the end he signs himself with the Sign of the Cross from forehead to breast:
Glory be to God on high, and on earth peace to men of good will. We praise Thee. We bless Thee. We adore Thee. We glorify Thee. We give Thee thanks for Thy great glory. O Lord God, heavenly King, God the Father almighty. O Lord Jesus Christ, the only begotten Son. O Lord God, Lamb of God, Son of the Father. Who takest away the sins of the world, have mercy on us. Who takest away the sins of the world, receive our prayer. Who sittest at the right hand of the Father, have mercy on us. For Thou only are holy. Thou only art the Lord. Thou only art most high, O Jesus Christ. Together with the Holy Ghost in the glory of God the Father. Amen.

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Oratio
Deinde osculatur Altare in medio, et versus ad populum dicit:
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spiritu tuo.
Postea dicit: Orémus, et Orationes, unam aut plures, ut ordo Officii postulat. Sequitur Epistola, Graduale, Tractus, vel Allelúia cum Versu, aut Sequentia, prout Tempus aut qualitas Missæ postulat.
Orémus.
Deus, qui beáto Petro Apóstolo tuo, collátis clávibus regni coeléstis, ligándi atque solvéndi pontifícium tradidísti: concéde; ut, intercessiónis eius auxílio, a peccatórum nostrórum néxibus liberémur:

Commemoratio S. Pauli
Deus, qui multitúdinem géntium beáti Pauli Apóstoli prædicatióne docuísti: da nobis, quǽsumus; ut, cuius commemoratiónem cólimus, eius apud te patrocínia sentiámus.
Per Dominum nostrum Iesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.
Commemoratio Feria Quinta infra Hebdomadam I in Quadragesima
Devotiónem pópuli tui, quǽsumus, Dómine, benígnus inténde: ut, qui per abstinéntiam macerántur in córpore, per fructum boni óperis reficiántur in mente.
Per Dominum nostrum Iesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.

9
Collect
Then the priest kisses the altar, and turning to the people says:
V. The Lord be with you.
R. And with thy spirit.
The Collects mean the collected prayers of all the faithful assisting at the Holy Sacrifice. Raising his voice, his hands, and his sentiments to God, the priest excites the faithful to unite their prayers with his.
Let us pray.
O God, Who when giving blessed Peter, Your Apostle, the keys of the heavenly kingdom, bestowed on him the power of binding and loosing, grant that by the help of his intercession we may be delivered from the bonds of our sins.

Commemoration of St. Paul
O God, Who taught vast numbers of the Gentiles by the preaching of the blessed Apostle Paul, grant, we beseech You, that by honoring his memory, we may enjoy the benefit of his patronal intercession with You.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, ever one God, world without end.
R. Amen.
Commemoratio Feria Quinta infra Hebdomadam I in Quadragesima
We beseech You, O Lord, look graciously upon the fervor of Your people, who mortify themselves in the flesh through abstinence: that they may be refreshed in mind by the fruit of these good works.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, ever one God, world without end.
R. Amen.

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Lectio
Léctio Epístolæ beáti Petri Apóstoli.
1. Pet 1:1-7
Petrus, Apóstolus Iesu Christi, eléctis ádvenis dispersiónis Ponti, Galátiæ, Cappadóciæ, Asiæ et Bithýniæ secúndum præsciéntiam Dei Patris, in sanctificatiónem Spíritus, in oboediéntiam, et aspersiónem sánguinis Iesu Christi: grátia vobis et pax multiplicátus Benedíctus Deus et Pater Dómini nostri Iesu Christi, qui secúndum misericórdiam suam magnam regenerávit nos in spem vivam, per resurrectiónem Iesu Christi ex mórtuis, in hereditátem incorruptíbilem et incontaminátam et immarcescíbilem, conservátam in coelis in vobis, qui in virtúte Dei custodímini per fidem in salútem, parátam revelári in témpore novíssimo. In quo exsultábitis, módicum nunc si opórtet contristári in váriis tentatiónibus: ut probátio vestræ fídei multo pretiósior auro quod per ignem probatur inveniátur in laudem et glóriam et honórem, in revelatióne Iesu Christi, Dómini nostri.
R. Deo gratias.

10
Lesson
Lesson from the first letter of St Peter the Apostle
1 Pet. 1:1-7
Peter, an apostle of Jesus Christ, to the sojourners of the Dispersion in Pontus, Galatia, Cappadocia, Asia, and Bithynia, chosen unto the sanctification of the Spirit according to the foreknowledge of God the Father, unto obedience to Jesus Christ and the sprinkling of His blood: grace and peace be given to you in abundance. Blessed be the God and Father of our Lord Jesus Christ, Who according to His great mercy has begotten us again, through the Resurrection of Jesus Christ from the dead, unto a living hope, unto an incorruptible inheritance - undefiled and unfading, reserved for you in heaven. By the power of God you are guarded through faith for salvation, which is ready to be revealed in the last time. Over this you rejoice; though now for a little while, if need be, you are made sorrowful by various trials, that the temper of your faith - more precious by far than gold which is tried by fire - may be found unto praise and glory and honor at the revelation of Jesus Christ our Lord.
R. Thanks be to God.

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Graduale
Ps 106:32; 106:31
Exáltent eum in Ecclésia plebis: et in cáthedra seniórum laudent eum.
V. Confiteántur Dómino misericórdiæ eius; et mirabília eius fíliis hóminum
Matt 16:18-19
Tu es Petrus, et super hanc petram ædificábo Ecclésiam meam.
V. Et portæ ínferi non prævalébunt advérsus eam: et tibi dabo claves regni coelórum.
V. Quodcúmque ligáveris super terram, erit ligátum et in coelis.
V. Et quodcúmque sólveris super terram, erit solútum et in coelis.

11
Gradual
Ps 106:32, 31.
Let them extol him in the assembly of the people and praise him in the council of the elders.
V. Let them give thanks to the Lord for His kindness and His wondrous deeds to the children of men.
Matt 16:18-19
You are Peter, and upon this rock I will build My Church.
V. And the gates of hell shall not prevail against it; and I will give you the keys of the kingdom of heaven.
V. Whatever you shall bind on earth shall be bound in heaven.
V. And whatever you shall loose on earth shall be loosed in heaven. In Votive Masses before Septuagesima or after Pentecost, the Gradual is said, omitting the Tract and saying the following Alleluia: Alleluia, alleluia.
V. Matt. 16:18 You are Peter, and upon this rock I will build My Church. Alleluia.

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Evangelium
Si vero Sacerdos sine Diacono et Subdiacono celebrat, delato libro ad aliud cornu Altaris, inclinatus in medio, iunctis manibus dicit:
Munda cor meum, ac labia mea, omnípotens Deus, qui labia Isaíæ Prophétæ cálculo mundásti igníto: ita me tua grata miseratióne dignáre mundáre, ut sanctum Evangélium tuum digne váleam nuntiáre. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
Iube, Dómine, benedícere. Dóminus sit in corde meo et in lábiis meis: ut digne et competénter annúntiem Evangélium suum. Amen.
Deinde, conversus ad librum, iunctis manibus, dicit:
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Et pronuntians: Inítium, sive Sequéntia sancti Evangélii, signat librum, et se in fronte, ore et pectore, et legit Evangelium, ut dictum est. Quo finito, respondet Minister: Laus tibi, Christe, et Sacerdos osculatur Evangelium, dicens: per evangelica dicta, ut supra.
Sequéntia sancti Evangélii secúndum Matthǽum.
R. Gloria tibi, Domine!
Matt 16:13-19
In illo témpore: Venit Iesus in partes Cæsaréæ Philíppi, et interrogábat discípulos suos, dicens: Quem dicunt hómines esse Fílium hóminis? At illi dixérunt: Alii Ioánnem Baptístam, alii autem Elíam, alii vero Ieremíam aut unum ex prophétis. Dicit illis Iesus: Vos autem quem me esse dícitis? Respóndens Simon Petrus, dixit: Tu es Christus, Fílius Dei vivi. Respóndens autem Iesus, dixit ei: Beátus es, Simon Bar Iona: quia caro et sanguis non revelávit tibi, sed Pater meus, qui in coelis est. Et ego dico tibi, quia tu es Petrus, et super hanc petram ædificábo Ecclésiam meam, et portæ ínferi non prævalébunt advérsus eam. Et tibi dabo claves regni coelórum. Et quodcúmque ligáveris super terram, erit ligátum et in coelis: et quodcúmque sólveris super terram, erit solútum et in coelis.
R. Laus tibi, Christe!
S. Per Evangelica dicta, deleantur nostra delicta.

12
Gospel
The Missal is transferred to the other side of the altar. At Low Masses, the priest, bowing down at the middle of the altar, with his hands joined, says:
Cleanse my heart and my lips, O almighty God, who didst cleanse the lips of the prophet Isaias with a burning coal, and vouchsafe, through Thy gracious mercy, so to purify me, that I may worthily announce Thy holy Gospel. Through Christ our Lord. Amen.
Give me Thy blessing, O Lord. The Lord be in my heart and on my lips, that I may worthily and in a becoming manner, proclaim His holy Gospel. Amen.

P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
Continuation of the Holy Gospel according to Matthew
R. Glory be to Thee, O Lord.
Matt. 16:13-19
At that time, Jesus having come into the district of Caesarea Philippi, began to ask His disciples, saying, Who do men say the Son of Man is? But they said, Some say, John the Baptist; and others Elias; and others, Jeremia, or one of the prophets. He said to them, But who do you say that I am? Simon Peter answered and said, You are the Christ, the Son of the living God. Then Jesus answered and said, Blessed are you, Simon Bar-Jona, for flesh and blood has not revealed this to you, but My Father in heaven. And I say to you, you are Peter, and upon this rock I will build My Church, and the gates of hell shall not prevail against it. And I will give you the keys of the kingdom of heaven; and whatever you shall bind on earth shall be bound in heaven, and whatever you shall loose on earth shall be loosed in heaven.
R. Praise be to Thee, O Christ.
S. By the words of the Gospel may our sins be blotted out.

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Credo
Deinde ad medium Altaris extendens, elevans et iungens manus, dicit, si dicendum est, Credo in unum Deum, et prosequitur iunctis manibus. Cum dicit Deum, caput Cruci inclinat: quod similiter facit, cum dicit Iesum Christum, et simul adorátur. Ad illa autem verba Et incarnátus est, genuflectit usque dum dicatur Et homo factus est. In fine ad Et vitam ventúri saeculi, signat se signo crucis a fronte ad pectus.
Credo in unum Deum, Patrem omnipoténtem, factórem coeli et terræ, visibílium ómnium et in visibílium. Et in unum Dóminum Iesum Christum, Fílium Dei unigénitum. Et ex Patre natum ante ómnia saecula. Deum de Deo, lumen de lúmine, Deum verum de Deo vero. Génitum, non factum, consubstantiálem Patri: per quem ómnia facta sunt. Qui propter nos hómines et propter nostram salútem descéndit de coelis. Hic genuflectitur Et incarnátus est de Spíritu Sancto ex María Vírgine: Et homo factus est. Crucifíxus étiam pro nobis: sub Póntio Piláto passus, et sepúltus est. Et resurréxit tértia die, secúndum Scriptúras. Et ascéndit in coelum: sedet ad déxteram Patris. Et íterum ventúrus est cum glória iudicáre vivos et mórtuos: cuius regni non erit finis. Et in Spíritum Sanctum, Dóminum et vivificántem: qui ex Patre Filióque procédit. Qui cum Patre et Fílio simul adorátur et conglorificátur: qui locútus est per Prophétas. Et unam sanctam cathólicam et apostólicam Ecclésiam. Confíteor unum baptísma in remissiónem peccatórum. Et exspécto resurrectiónem mortuórum. Et vitam ventúri saeculi. Amen.

13
Creed
On Sundays and certain Feasts the priest recites the Creed, a summary of the Catholic Doctrine. This profession of faith was drawn up in the General Councils of Nicaea in 325 and Constantinople in 381 to condemn heretics who denied that Jesus Christ and the Holy Ghost were God.
I believe in one God, the Father almighty, Maker of heaven and earth, and of all things, visible and invisible.
And in one Lord Jesus Christ, the only begotten Son of God. And born of the Father, before all ages. God of God: Light of Light: true God of true God. Begotten, not made, consubstantial with the Father, by whom all things were made. Who, for us men, and for our salvation, came down from heaven. Here kneel down. And became incarnate by the Holy Ghost of the Virgin Mary: and was made man. He was crucified also for us, suffered under Pontius Pilate, and was buried. And the third day He rose again according to the Scriptures. And ascended into heaven, and sitteth at the right hand of the Father. And He shall come again with glory to judge both the living and the dead, of whose kingdom there shall be no end.
And in the Holy Ghost, the Lord and Giver of Life, proceeding from the Father and the Son. Who together, with the Father and the Son, is adored and glorified: Who spoke by the prophets. And in one, holy, Catholic and Apostolic Church. I confess one baptism for the remission of sins. And I look for the resurrection of the dead. And the life of the world to come. Amen.

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Offertorium
Deinde osculatur Altare, et versus ad populum, dicit:
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Postea dicit: Orémus, et Offertorium.
Orémus
Matt 16:18-19
Tu es Petrus, et super hanc petram ædificábo Ecclésiam meam: et portæ inferi non prævalébunt advérsus eam: et tibi dabo claves regni coelórum.

14
Offertory
The priest kisses the altar, and turning to the people says:
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
After saluting the people once more, the priest enters upon the Sacrifice of the Mass proper and urges the faithful to pray with him.
Let us pray.
Matt 16:18-19
You are Peter, and upon this rock I will build My Church, and the gates of hell shall not prevail against it; and I will give you the keys of the kingdom of heaven.

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Quo dicto, si est Missa sollemnis, Diaconus porrigit Celebranti Patenam cum Hostia: si privata, Sacerdos ipse accipit Patenam cum Hostia, quam offerens, dicit:
Suscipe, sancte Pater, omnipotens ætérne Deus, hanc immaculátam hóstiam, quam ego indígnus fámulus tuus óffero tibi Deo meo vivo et vero, pro innumerabílibus peccátis, et offensiónibus, et neglegéntiis meis, et pro ómnibus circumstántibus, sed et pro ómnibus fidélibus christiánis vivis atque defúnctis: ut mihi, et illis profíciat ad salútem in vitam ætérnam. Amen.

15
Then the priest reads the Offertory-verse, a short quotation from Holy Scripture which varies with the Mass of each day. This being finished, he offers the bread and wine, which, by virtue of the words of consecration, he is going to change into the adorable Body and Blood of Jesus Christ. He takes the paten with the host and offering it up, says:
Accept, O holy Father, almighty and eternal God, this unspotted host, which I, Thy unworthy servant, offer unto Thee, my living and true God, for my innumerable sins, offenses, and negligences, and for all here present: as also for all faithful Christians, both living and dead, that it may avail both me and them for salvation unto life everlasting. Amen.

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Deinde faciens crucem cum eadem Patena, deponit Hostiam super Corporale. Diaconus ministrat vinum, Subdiaconus aquam in Calice: vel si privata est Missa, utrumque infundit Sacerdos, et aquam miscendam in Calice benedicit signo crucis, dicens:
Deus, qui humánæ substántiæ dignitátem mirabíliter condidísti, et mirabílius reformásti: da nobis per huius aquæ et vini mystérium, eius divinitátis esse consórtes, qui humanitátis nostræ fíeri dignátus est párticeps, Iesus Christus, Fílius tuus, Dóminus noster: Qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus: per ómnia saecula sæculórum. Amen.

16
Making the Sign of the Cross with the paten, he places the host upon the corporal. He pours wine and water into the chalice, blessing the water before it is mixed. He pours a few drops of water into the chalice containing wine, in remembrance of the water and blood which flowed from the side of Jesus when pierced by the soldier's lance.
O God, who, in creating human nature, didst wonderfully dignify it, and still more wonderfully restore it, grant that, by the Mystery of this water and wine, we may be made partakers of His divine nature, who vouchsafed to be made partaker of our human nature, even Jesus Christ our Lord, Thy Son, who with Thee, liveth and reigneth in the unity of the Holy Ghost, God: world without end. Amen.

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Postea accipit Calicem, et offert dicens:
Offérimus tibi, Dómine, cálicem salutáris, tuam deprecántes cleméntiam: ut in conspéctu divínæ maiestátis tuæ, pro nostra et totíus mundi salute, cum odóre suavitátis ascéndat. Amen.
Deinde facit signum crucis cum Calice, et illum ponit super Corporale, et Palla cooperit: tum, iunctis manibus super Altare, aliquantulum inclinatus, dicit:
In spíritu humilitátis et in ánimo contríto suscipiámur a te, Dómine: et sic fiat sacrifícium nostrum in conspéctu tuo hódie, ut pláceat tibi, Dómine Deus.
Erectus expandit manus, easque in altum porrectas iungens, elevátis ad coelum oculis et statim demissis, dicit:
Veni, sanctificátor omnípotens ætérne Deus: Benedicit Oblata, prosequendo: et bene dic hoc sacrifícium, tuo sancto nómini præparátum.

17
Then the priest takes the chalice, and offers it, saying:
We offer unto Thee, O Lord, the chalice of salvation, beseeching Thy clemency, that it may ascend before Thy divine Majesty, as a sweet savor, for our salvation, and for that of the whole world. Amen.
The priest makes the Sign of the Cross with the chalice, places it upon the corporal, and covers it with the pall. Then, with his hands joined upon the Altar, and slightly bowing down, he says:
Accept us, O Lord, in the spirit of humility and contrition of heart, and grant that the sacrifice which we offer this day in Thy sight may be pleasing to Thee, O Lord God.
Raising his eyes towards heaven, extending and then joining his hands, the priest makes the Sign of the Cross over the host and the chalice, while he invokes the Holy Spirit.
Come, O almighty and eternal God, the Sanctifier, and bless this Sacrifice, prepared for the glory of Thy holy Name.

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Sacerdos lavat manus, dicens:
Ps. 25, 6-12.
Lavábo inter innocéntes manus meas: et circúmdabo altáre tuum. Dómine: Ut áudiam vocem laudis, et enárrem univérsa mirabília tua. Dómine, diléxi decórem domus tuæ et locum habitatiónis glóriæ tuæ. Ne perdas cum ímpiis, Deus, ánimam meam, et cum viris sánguinum vitam meam: In quorum mánibus iniquitátes sunt: déxtera eórum repléta est munéribus. Ego autem in innocéntia mea ingréssus sum: rédime me et miserére mei. Pes meus stetit in dirécto: in ecclésiis benedícam te, Dómine.
V. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in saecula saeculórum. Amen

18
The priest washes his fingers to symbolize the great purity and inner cleanliness of those who offer or participate in this great Sacrifice.
Psalm 25. 6-12
I will wash my hands among the innocent: and I will compass Thine altar, O Lord That I may hear the voice of praise: and tell of all Thy wonderous works. I have loved, O Lord, the beauty of Thy house and the place where Thy glory dwelleth. Take not away my soul, O God, with the wicked: nor my life with blood-thirsty men. In whose hands are iniquities, their right hand is filled with gifts. But I have walked in my innocence: redeem me, and have mercy on me. My foot hath stood in the direct way, in the churches I will bless Thee, O Lord.
V. Glory be to the Father, and to the Son, and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, and ever shall be, world without end. Amen.

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Deinde, aliquantulum inclinatus in medio Altaris, iunctis manibus super eo, dicit:
Súscipe, sancta Trinitas, hanc oblatiónem, quam tibi offérimus ob memóriam passiónis, resurrectiónis, et ascensiónis Iesu Christi, Dómini nostri: et in honórem beátæ Maríæ semper Vírginis, et beáti Ioannis Baptistæ, et sanctórum Apostolórum Petri et Pauli, et istórum et ómnium Sanctórum: ut illis profíciat ad honórem, nobis autem ad salútem: et illi pro nobis intercédere dignéntur in coelis, quorum memóriam ágimus in terris. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.

19
Bowing down before the middle of the alter, the priest, with joined hands, says:
Receive, O holy Trinity, this oblation which we make to Thee, in memory of the Passion, Resurrection and Ascension of our Lord Jesus Christ, and in honor of Blessed Mary, ever Virgin, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, and of all the Saints, that it may avail unto their honor and our salvation, and may they vouchsafe to intercede for us in heaven, whose memory we celebrate on earth. Through the same Christ our Lord. Amen.

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Postea osculatur Altare, et versus ad populum extendens, et iungens manus, voce paululum elevata, dicit:
S. Oráte, fratres: ut meum ac vestrum sacrifícium acceptábile fiat apud Deum Patrem omnipoténtem.
Minister, seu circumstantes respondent: alioquin ipsemet Sacerdos:
M. Suscípiat Dóminus sacrifícium de mánibus tuis vel meis ad laudem et glóriam nominis sui, ad utilitátem quoque nostram, totiúsque Ecclésiæ suæ sanctæ.
Sacerdos submissa voce dicit:
S. Amen.
Deinde, manibus extensis, absolute sine Orémus subiungit Orationes secretas.

Secreta
Ecclésiæ tuæ, quǽsumus, Dómine, preces et hóstias beáti Petri Apóstoli comméndet orátio: ut, quod pro illíus glória celebrámus, nobis prosit ad véniam.

Pro S. Paulo
Apóstoli tui Pauli précibus, Dómine, plebis tuæ dona sanctífica: ut, quæ tibi tuo grata sunt institúto, gratióra fiant patrocínio supplicántis.
Per Dominum nostrum Iesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.
Commemoratio Feria Quinta infra Hebdomadam I in Quadragesima
Sacrifícia, Dómine, quǽsumus, propénsius ista nos salvent, quæ medicinálibus sunt institúta ieiúniis.
Per Dominum nostrum Iesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.

20
The priest kisses the altar and, turning towards the people, extending, then joining his hands, says audibly:
P. Brethren, pray that my Sacrifice and yours may be acceptable to God the Father almighty.
The server answers:
S. May the Lord receive the Sacrifice from thy hands, to the praise and glory of His Name, to our benefit and that of all His holy Church.
The priest answers in a low voice:
P. Amen.
Then, with outstretched hands, he recites the Secret Prayers, not beginning with Oremus. The Secret Prayers vary with the Mass, and are found in the Mass of the Day. These being finished, the priest says or sings: P. World without end. S. Amen.

Secret
We beseech You, O Lord, may the prayer of the blessed Apostle, Peter, recommend the petitions and offerings of Your Church, so that what we celebrate in his honor may obtain forgiveness for us.

For St. Paul
O Lord, make holy the offerings of Your people, through the prayer of Paul, Your Apostle, that those things which You have established as pleasing to You may be even more pleasing through his patronal intercession.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, ever one God, world without end.
R. Amen.
Commemoratio Feria Quinta infra Hebdomadam I in Quadragesima
May these sacrificial gifts, we beseech You, O Lord, be the more effective unto our salvation since they have been aided by wholesome fasting.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, ever one God, world without end.
R. Amen.

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Praefatio
Quibus finitis, cum pervenerit ad conclusionem, clara voce dicit: Per ómnia saecula sæculórum, cum Præfatione, ut in sequentibus. Præfationem incipit ambabus manibus positis hinc inde super Altare: quas aliquantulum elevat, cum dicit: Sursum corda. Iungit eas ante pectus, et caput inclinat, cum dicit: Grátias agamus Dómino, Deo nostro. Deinde disiungit manus, et disiunctas tenet usque ad finem Præfationis: qua finita, iterum iungit eas, et inclinatus dicit: Sanctus. Et cum dicit: Benedíctus, qui venit, signum crucis sibi producit a fronte ad pectus.
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
V. Sursum corda.
R. Habémus ad Dóminum.
V. Grátias agámus Dómino, Deo nostro.
R. Dignum et iustum est.

de Apostolis
Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre: Te, Dómine, supplíciter exoráre, ut gregem tuum, Pastor ætérne, non déseras: sed per beátos Apóstolos tuos contínua protectióne custódias. Ut iísdem rectóribus gubernétur, quos óperis tui vicários eídem contulísti præésse pastóres. Et ídeo cum Angelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus cumque omni milítia coeléstis exércitus hymnum glóriæ tuæ cánimus, sine fine dicéntes:

Sanctus, Sanctus, Sanctus Dóminus, Deus Sábaoth. Pleni sunt coeli et terra glória tua. Hosánna in excélsis. Benedíctus, qui venit in nómine Dómini. Hosánna in excélsis.

21
Preface
The priest begins the preface, a call to render thanks to God the Father, through Jesus Christ, in union with all the heavenly spirits. The prayer of thanksgiving and praise varies with important Feasts. The priest begins the Preface, holding his hands over the altar:
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
P. Lift up your hearts.
S. We have lifted them up to the Lord.
P. Let us give thanks to the Lord our God.
S. It is meet and just.

of Apostles
It is truly meet and just, right and for our salvation, to entreat Thee humbly, O Lord, that Thou wouldst not desert Thy flock, O everlasting Shepherd, but, through Thy blessed Apostles, wouldst keep it under Thy constant protection; that it may be governed by those same rulers, whom as vicars of Thy work, Thou didst set over it to be its pastors. And therefore with Angels and Archangels, with Thrones and Dominations, and with all the hosts of the heavenly army, we sing the hymn of Thy glory, evermore saying:

Holy, Holy, Holy, Lord God of Sabaoth! Heaven and earth are full of Thy glory! Hosanna in the highest! Blessed is He that cometh in the Name of the Lord! Hosanna in the highest!

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Canon
Finita præfatione, sacerdos extendens, elevans aliquantulum et iungens manus, elevansque ad cælum oculos, et statim demittens, profunde inclinatus ante Altare, manibus super eo positis, dicit :
Te igitur, clementíssime Pater, per Iesum Christum, Fílium tuum, Dóminum nostrum, súpplices rogámus, ac pétimus, osculatur Altare et, iunctis manibus ante pectus, dicit: uti accepta habeas et benedícas, Signat ter super Hostiam et Calicem simul, dicens: hæc dona, hæc múnera, hæc sancta sacrifícia illibáta, Extensis manibus prosequitur: in primis, quæ tibi offérimus pro Ecclésia tua sancta cathólica: quam pacificáre, custodíre, adunáre et régere dignéris toto orbe terrárum: una cum fámulo tuo Papa nostro Francisco et Antístite nostro nomen Episcopi et ómnibus orthodóxis, atque cathólicæ et apostólicae fídei cultóribus.

22
Canon
We therefore, humbly pray and beseech Thee, most merciful Father, through Jesus Christ; Thy Son, our Lord, He kisses the altar that Thou wouldst vouchsafe to accept and bless He joins his hands and signs the oblation thrice with the Sign of the Cross. these gifts, these presents, these holy unspotted Sacrifices, Then extending his hands, he proceeds: which in the first place we offer Thee for Thy holy Catholic Church to which vouchsafe to grant peace, as also to preserve, unite, and govern it throughout the world, together with Thy servant Francis our Pope, and name of Bishop our Bishop, and all orthodox believers and professors of the Catholic and Apostolic Faith.

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Commemoratio pro vivis
Meménto, Dómine, famulórum famularúmque tuarum N. et N. Iungit manus, orat aliquantulum pro quibus orare intendit: deinde manibus extensis prosequitur: et ómnium circumstántium, quorum tibi fides cógnita est et nota devótio, pro quibus tibi offérimus: vel qui tibi ófferunt hoc sacrifícium laudis, pro se suísque ómnibus: pro redemptióne animárum suárum, pro spe salútis et incolumitátis suæ: tibíque reddunt vota sua ætérno Deo, vivo et vero.

23
Commemoration of the Living
Be mindful, O Lord, of Thy servants and handmaidens, N. et N. The priest joins his hands and prays silently for those for whom he intends to pray. Then extending his hands, he proceeds: and of all here present, whose faith and devotion are known unto Thee, for whom we offer, or who offer up to Thee, this sacrifice of praise for themselves, their families and friends, for the redemption of their souls, for the health and salvation they hope for; and who now pay their vows to Thee, the everlasting, living and true God.

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Communicántes, et memóriam venerántes, in primis gloriósæ semper Vírginis Maríæ, Genetrícis Dei et Dómini nostri Iesu Christi: sed et beati Ioseph, eiusdem Virginis Sponsi,
et beatórum Apostolórum ac Mártyrum tuórum, Petri et Pauli, Andréæ, Iacóbi, Ioánnis, Thomæ, Iacóbi, Philíppi, Bartholomaei, Matthaei, Simónis et Thaddaei: Lini, Cleti, Cleméntis, Xysti, Cornélii, Cypriáni, Lauréntii, Chrysógoni, Ioánnis et Pauli, Cosmæ et Damiáni: et ómnium Sanctórum tuórum; quorum méritis precibúsque concédas, ut in ómnibus protectiónis tuæ muniámur auxílio. Iungit manus Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.

24
We pray in union with and honor the memory, especially of the glorious ever Virgin Mary, mother of our God and Lord Jesus Christ: as also of the blessed Joseph, her Spouse,
and of the blessed Apostles and Martyrs Peter and Paul, Andrew, James, John, Thomas, James, Philip, Bartholomew, Matthew, Simon, and Thaddeus; Linus, Cletus, Clement, Xystus, Cornelius, Cyprian, Lawrence, Chrysogonus, John and Paul, Cosmas and Damian, and of all Thy Saints, through whose merits and prayers, grant that we may in all things be defended by the help of Thy protection. He joins his hands. Through the same Christ our Lord. Amen.

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Tenens manus expansas super Oblata, dicit:
Hanc igitur oblatiónem servitutis nostræ, sed et cunctae famíliæ tuæ,
quaesumus, Dómine, ut placátus accípias: diésque nostros in tua pace dispónas, atque ab ætérna damnatióne nos éripi, et in electórum tuórum iúbeas grege numerári. Iungit manus Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.

25
Spreading his hands over the oblation, he says:
We therefore beseech Thee, O Lord, graciously to accept this oblation of our service, as also of Thy whole family;
and to dispose our days in Thy peace, preserve us from eternal damnation, and rank us in the number of Thine Elect. He joins his hands. Through the same Christ our Lord. Amen.

Quam oblatiónem tu, Deus, in ómnibus, quaesumus, Signat ter super Oblata, bene díctam, adscríp tam, ra tam, rationábilem, acceptabilémque fácere dignéris: Signat semel super Hostiam, ut nobis Cor pus, et semel super Calicem, et San guis fiat dilectíssimi Fílii tui, Iungit manus, Dómini nostri Iesu Christi. Which oblation do Thou, O God, vouchsafe in all respects, He signs thrice the oblation with the Sign of the Cross. to bless, approve, ratify, make worthy and acceptable; He signs again the Host and chalice with the Sign of the Cross. that it may be made for us the Body and Blood of Thy most beloved Son Jesus Christ our Lord.
Qui prídie quam paterétur, Accipit Hostiam, accépit panem in sanctas ac venerábiles manus suas, Elevat oculos ad coelum, elevátis óculis in coelum ad te Deum, Patrem suum omnipoténtem, Caput inclinat, tibi grátias agens, Signat super Hostiam, bene dixit, fregit, dedítque discípulis suis, dicens: Accípite, et manducáte ex hoc omnes. Who, the day before He suffered, He takes the host. took bread into His holy and venerable hands, He raises his eyes to heaven. and with His eyes lifted up towards heaven unto Thee, God, His almighty Father, giving thanks to Thee, He signs the host with the Sign of the Cross He blessed it, broke it and gave it to His disciples saying: Take and eat ye all of this,
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Tenens ambabus manibus Hostiam inter indices et pollices, profert verba consecrationis secrete, distincte et attente super Hostiam, et simul super omnes, si plures sint consecrandæ.

HOC EST ENIM CORPUS MEUM.

Quibus verbis prolatis, statim Hostiam consecratam genuflexus adorat: surgit, ostendit populo, reponit super Corporale, et genuflexus iterum adorat: nec amplius pollices et indices disiungit, nisi quando Hostia tractanda est, usque ad ablutionem digitorum.

28
The words of the Consecration of the Host:

FOR THIS IS MY BODY.


After pronouncing the words of the Consecration, the priest, kneeling, adores the Sacred Host; rising, he elevates It. -- Look up at the Sacred Host, with faith, piety, and love, saying: "My Lord and my God." -- and then placing It on the corporal, again adores It. After this he never disjoins his fingers and thumbs, except when he is to take the Host, until after the washing of his fingers.

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Tunc, detecto Calice, dicit:
Símili modo postquam coenátum est, Ambabus manibus accipit Calicem, accípiens et hunc præclárum Cálicem in sanctas ac venerábiles manus suas: item Caput inclinat, item tibi grátias agens, Sinistra tenens Calicem, dextera signat super eum, bene dixit, dedítque discípulis suis, dicens: Accípite, et bíbite ex eo omnes.

29
Consecration of the Wine Then, uncovering the chalice, the priest says: v. In like manner, after He had supped, He takes the chalice with both his hands. taking also this excellent chalice into His holy and venerable hands He takes the chalice in his left hand, and with his right he signs it with the Sign of the Cross. He blessed , and gave it to His disciples, saying: Take and drink ye all of this,
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Profert verba consecrationis super Calicem, attente, continuate, et secrete, tenens illum parum elevatum.

HIC EST ENIM CALIX SANGUINIS MEI, NOVI ET AETERNI TESTAMENTI: MYSTERIUM FIDEI: QUI PRO VOBIS ET PRO MULTIS EFFUNDETUR IN REMISSIONEM PECCATORUM.


Quibus verbis prolatis, deponit Calicem super Corporale, et dicens secrete:
Hæc quotiescúmque fecéritis, in mei memóriam faciétis.
Genuflexus adorat: surgit, ostendit populo, deponit, cooperit, et genuflexus iterum adorat.

30
The words of Consecration of the Chalice

FOR THIS IS THE CHALICE OF MY BLOOD OF THE NEW AND ETERNAL TESTAMENT, THE MYSTERY OF FAITH; WHICH SHALL BE SHED FOR YOU AND FOR MANY UNTO THE REMISSION OF SINS.


After the elevation of the Chalice, the priest says in a low voice:
As often as ye do these things, ye shall do them in remembrance of Me.
The priest kneels and adores the Precious Blood; rising, he elevates the Chalice, and setting it down he covers it and adores it again.

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Deinde disiunctis manibus dicit:
Unde et mémores, Dómine, nos servi tui, sed et plebs tua sancta, eiusdem Christi Fílii tui, Dómini nostri, tam beátæ passiónis, nec non et ab ínferis resurrectiónis, sed et in coelos gloriósæ ascensiónis: offérimus præcláræ maiestáti tuæ de tuis donis ac datis, Iungit manus, et signat ter super Hostiam, et Calicem simul, dicens: hóstiam puram, hóstiam sanctam, hóstiam immaculátam, Signat semel super Hostiam, dicens: Panem sanctum vitæ ætérnæ, et semel super Calicem, dicens: et Calicem salútis perpétuæ.

31
With his hands held apart, he then proceeds
Wherefore, O Lord, we Thy servants, as also Thy holy people, calling to mind the blessed Passion of the same Christ, Thy Son, our Lord, and also His Resurrection from the dead and His glorious Ascension into heaven: do offer unto Thy most excellent Majesty of Thine own gifts, bestowed upon us, He joins his hands and signs thrice the Host and Chalice with the Sign of the Cross. a pure Host, a holy Host, an unspotted Host, He signs the Host and the Chalice, with the Sign of the Cross. the holy Bread of eternal life, and the Chalice of everlasting salvation.

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Extensis manibus prosequitur:
Supra quæ propítio ac seréno vultu respícere dignéris: et accépta habére, sicúti accépta habére dignátus es múnera púeri tui iusti Abel, et sacrifícium Patriárchæ nostri Abrahæ: et quod tibi óbtulit summus sacérdos tuus Melchísedech, sanctum sacrifícium, immaculátam hóstiam.

32
Extending his hands, he proceeds v. Upon which vouchsafe to look with a propitious and serene countenance, and to accept them, as Thou wert graciously pleased to accept the gifts of Thy just servant Abel, and the sacrifice of our patriarch Abraham, and that which Thy high priest Melchisedech offered to Thee, a holy Sacrifice, and unspotted Victim.
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Profunde inclinatus, iunctis manibus et super Altare positis, dicit:
Súpplices te rogámus, omnípotens Deus: iube hæc perférri per manus sancti Angeli tui in sublíme altáre tuum, in conspéctu divínæ maiestátis tuæ: ut, quotquot Osculatur Altare, ex hac altáris participatióne sacrosánctum Fílii tui Iungit manus, et signat semel super Hostiam, et semel super Calicem, Cor pus, et Sán guinem sumpsérimus, Seipsum signat, dicens: omni benedictióne coelésti et grátia repleámur. Iungit manus. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.

33
Bowing down, with his hands joined and placed upon the altar, he says:
We most humbly beseech Thee, almighty God, command these offerings to be borne by the hands of Thy holy Angels to Thine altar on high, in the sight of Thy divine majesty, that as many He kisses the altar. as shall partake of the most holy He joins his hand, and signs the Host and the Chalice with the Sign of the Cross. Body and Blood of Thy Son He signs himself with the Sign of the Cross. at this altar, may be filled with every heavenly grace and blessing. Through the same Christ our Lord. Amen.

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Commemoratio pro defunctis
Meménto étiam, Dómine, famulórum famularúmque tuárum N. et N., qui nos præcessérunt cum signo fídei, et dórmiunt in somno pacis. Iungit manus, orat aliquántulum pro iis defunctis, pro quibus orare intendit, deinde extensis manibus prosequitur: Ipsis, Dómine, et ómnibus in Christo quiescéntibus locum refrigérii, lucis pacis ut indúlgeas, deprecámur. Iungit manus, et caput inclinat, dicens: Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.

34
Commemoration of the Dead
Remember also, O Lord, Thy servants and handmaids N. and N., who are gone before us with the sign of faith, and rest in the sleep of peace. He joins his hands and prays for such of the dead as he intends to pray for, then extending his hands he proceeds: To these, O Lord, and to all that rest in Christ, grant, we beseech Thee, a place of refreshment, light, and peace; He joins his hands, and bows his head: Through the same Christ our Lord. Amen.

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Manu dextera percutit sibi pectus, elata aliquantulum voce dicens:
Nobis quoque peccatóribus Extensis manibus ut prius, secrete prosequitur: fámulis tuis, de multitúdine miseratiónum tuárum sperántibus, partem áliquam et societátem donáre dignéris, cum tuis sanctis Apóstolis et Martýribus: cum Ioánne, Stéphano, Matthía, Bárnaba, Ignátio, Alexándro, Marcellíno, Petro, Felicitáte, Perpétua, Agatha, Lúcia, Agnéte, Cæcília, Anastásia, et ómnibus Sanctis tuis: intra quorum nos consórtium, non æstimátor mériti, sed véniæ, quaesumus, largítor admítte. Iungit manus. Per Christum, Dóminum nostrum.

35
pronounces in a somewhat elevated tone of voice, to symbolize an act of public self-humiliation; at the same time he strikes his breast in a token of contrition.
To us also, Thy sinful servants, confiding in the multitude of Thy mercies, vouchsafe to grant some part and fellowship with Thy holy Apostles and Martyrs, with John, Stephen, Matthias, Barnabas, Ignatius, Alexander, Marcellinus, Peter, Felicitas, Perpetua, Agatha, Lucy, Agnes, Cecilia, Anastasia, and with all Thy Saints, into whose company we beseech Thee to admit us, not weighing our merits, but pardoning our offenses. He joins his hands. Through Christ our Lord.

Top  Next
Per quem hæc ómnia, Dómine, semper bona creas, Signat ter super Hostiam, et Calicem simul, dicens: sancti ficas, viví ficas, bene dícis et præstas nobis.
Discooperit Calicem, genuflectit, accipit Hostiam inter pollicem et indicem manus dexteræ: et tenens sinistra Calicem, cum Hostia signat ter a labio ad labium Calicis, dicens:
Per ip sum, et cum ip so, et in ip so, Cum ipsa Hostia signat bis inter se et Calicem, dicens: est tibi Deo Patri omnipotenti, in unitáte Spíritus Sancti,
Elevans parum Calicem cum Hostia, dicit:
omnis honor, et glória.
ponit Hostiam, Calicem Palla cooperit, genuflectit, surgit, et dicit intellegibili voce vel cantat:
Per omnia saecula saecolorum.
R. Amen.

36
By Whom, O Lord, Thou dost ever create. He signs thrice the Host and the Chalice, saying: sanctify, quicken, bless, and give unto us all these good things.
He uncovers the Chalice, and genuflects: then taking the Host in his right hand, and holding the Chalice in his left, he signs with the Sign of the Cross three times across the Chalice, saying:
By Him, and with Him, and in Him He signs twice between the Chalice and his breast. is to Thee, God the Father almighty, in the unity of the Holy Ghost,
He elevates a little the Chalice with the Host.
all honor and glory.
Replacing the Host, and covering the Chalice, he kneels down, and rising again, he says or sings:
P. World without end.
S. Amen.

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Preparatio Communionis
Iungit manus.
Orémus: Præcéptis salutáribus móniti, et divína institutione formati audemus dicere:
Extendit manus.
Pater noster, qui es in caelis, Sanctificetur nomen tuum. Adveniat regnum tuum. Fiat voluntas tua, sicut in coelo et in terra. Panem nostrum quotidianum da nobis hodie. Et dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittimus debitoribus nostris. Et ne nos inducas in tentationem:
R. Sed libera nos a malo.
S. Sacerdos secrete dicit : Amen.

37
Preparation for Communion
Let us pray. Instructed by Thy saving precepts, and following Thy divine institution, we are bold to say:
Our Father, who art in heaven, hallowed be Thy Name; Thy kingdom come; Thy will be done on earth as it is in heaven. Give us this day our daily bread. And forgive us our trespasses, as we forgive those who trespass against us. And lead us not into temptation.
M. But deliver us from evil.
P. Amen.

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Deinde manu dextera accipit inter indicem et medium digitos Patenam, quam tenens super Altare erectam, dicit secrete:
Líbera nos, quaesumus, Dómine, ab ómnibus malis, prætéritis, præséntibus et futúris: et intercedénte beáta et gloriósa semper Vírgine Dei Genetríce María, cum beátis Apóstolis tuis Petro et Paulo, atque Andréa, et ómnibus Sanctis, Signat se cum Patena a fronte ad pectus, da propítius pacem in diébus nostris: Patenam osculatur, ut, ope misericórdiæ tuæ adiúti, et a peccáto simus semper líberi et ab omni perturbatióne secúri.
Submittit Patenam Hostiæ, discooperit Calicem, genuflectit, surgit, accipit Hostiam, et eam super Calicem tenens utraque manu, frangit per medium, dicens:
Per eúndem Dóminum nostrum Iesum Christum, Fílium tuum.
Et mediam partem, quam in dextera manu tenet, ponit super Patenam. Deinde ex parte, quæ in sinistra remanserat, frangit particulam, dicens:
Qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus.
Aliam mediam partem, quam in sinistra manu habet, adiungit mediæ super Patenam positæ, et particulam parvam dextera retinens super Calicem, quem sinistra per nodum infra cuppam tenet, dicit intellegibili voce vel cantat:
V. Per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.
Cum ipsa particula signat ter super Calicem, dicens:
Pax Domini sit semper vobiscum.
R. Et cum spiritu tuo.

38
Then the priest takes the paten between the first and second finger and says:
Deliver us, we beseech Thee, O Lord, from all evils, past, present, and to come; and by the intercession of the Blessed and glorious ever Virgin Mary, Mother of God, and of the holy Apostles, Peter and Paul, and of Andrew, and of all the Saints, He signs himself with the paten, and then kisses it. mercifully grant peace in our days, that through the assistance of Thy mercy we may be always free from sin, and secure from all disturbance.
He places the paten under the Host, uncovers the Chalice, and makes a genuflection; rising, he takes the Host and breaks It in the middle over the Chalice, saying:
Through the same Jesus Christ, Thy Son, our Lord.
He puts the Part which is in his right hand upon the paten, and breaks a Particle from the other Part in his left hand, saying:
Who with Thee in the unity of the Holy Ghost liveth and reigneth God,
He places the Half which is in his left hand on the paten, and holding the Particle which he broke off in his right hand, and the Chalice in his left, he says:
P. World without end.
S. Amen.
The priest makes the Sign of the Cross with the Particle over the Chalice, saying:
P. The peace of the Lord be always with you.
S. And with thy spirit.

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Particulam ipsam immittit in Calicem, dicens secrete:
Haec commíxtio, et consecrátio Córporis et Sánguinis Dómini nostri Iesu Christi, fiat accipiéntibus nobis in vitam ætérnam. Amen.
Cooperit Calicem, genuflectit, surgit, et inclinatus Sacramento, iunctis manibus, et ter pectus percutiens, intellegibili voce dicit:

39
He puts the Particle into the Chalice, saying:
May this mixture and consecration of the Body and Blood of our Lord Jesus Christ be to us who receive it effectual unto eternal life. Amen.
He covers the Chalice, genuflects and rises; than bowing down and striking his breast thrice, he says:

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Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi: miserére nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi: miserére nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi: dona nobis pacem.

40

Lamb of God, who takest away the sins of the world, have mercy on us.
Lamb of God, who takest away the sins of the world, have mercy on us.
Lamb of God, who takest away the sins of the world, grant us peace.

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Deinde, iunctis manibus super Altare, inclinatus dicit secrete sequentes Orationes:
Dómine Iesu Christe, qui dixísti Apóstolis tuis: Pacem relínquo vobis, pacem meam do vobis: ne respícias peccáta mea, sed fidem Ecclésiæ tuæ; eámque secúndum voluntátem tuam pacificáre et coadunáre dignéris: Qui vivis et regnas Deus per ómnia saecula sæculórum. Amen.

41
With his hands joined and resting on the altar, standing inclined, he says the three following prayers:
O Lord Jesus Christ, who saidst to Thine Apostles: Peace I leave you, My peace I give you: regard not my sins, but the faith of Thy Church; and vouchsafe to grant her that peace and unity which is agreeable to Thy will: Who livest and reignest God, world without end. Amen.

Dómine Iesu Christe, Fili Dei vivi, qui ex voluntáte Patris, cooperánte Spíritu Sancto, per mortem tuam mundum vivificásti: líbera me per hoc sacrosánctum Corpus et Sánguinem tuum ab ómnibus iniquitátibus meis, et univérsis malis: et fac me tuis semper inhærére mandátis, et a te numquam separári permíttas: Qui cum eódem Deo Patre et Spíritu Sancto vivis et regnas Deus in saecula sæculórum. Amen.O Lord Jesus Christ, Son of the living God, who, according to the will of Thy Father, with the cooperation of the Holy Ghost, hast by Thy death given life to the world; deliver me by this Thy most sacred Body and Blood, from all my iniquities and from all evils; and make me always cleave to Thy commandments, and suffer me never to be separated from Thee, Who livest and reignest, with the same God the Father and the Holy Ghost, God, world without end. Amen.
Percéptio Córporis tui, Dómine Iesu Christe, quod ego indígnus súmere præsúmo, non mihi provéniat in iudícium et condemnatiónem: sed pro tua pietáte prosit mihi ad tutaméntum mentis et córporis, et ad medélam percipiéndam: Qui vivis et regnas cum Deo Patre in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia saecula sæculórum. Amen.Let not the partaking of Thy Body, O Lord, Jesus Christ, which I, though unworthy, presume to receive, turn to my judgment and condemnation; but let it, through Thy mercy, become a safeguard and remedy, both for soul and body; Who with God the Father, in the unity of the Holy Ghost, livest and reignest God, world without end. Amen.
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Genuflectit, surgit, et dicit:
Panem coeléstem accipiam, et nomen Dómini invocábo.
Deinde parum inclinatus, accipit ambas partes Hostiæ inter pollicem et indicem sinistræ manus, et Patenam inter eundem indicem et medium supponit, et dextera tribus vicibus percutiens pectus, elata aliquantulum voce, ter dicit devote et humiliter:
V. Dómine, non sum dignus, Et secrete prosequitur: ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanábitur ánima mea
V. Dómine, non sum dignus, Et secrete prosequitur: ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanábitur ánima mea.
V. Dómine, non sum dignus, Et secrete prosequitur: ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanábitur ánima mea.

44
The priest genuflects, rises and says:
I will take the Bread of heaven, and will call upon the Name of the Lord.
Slightly inclining, he takes both halves of the Host between the thumb and forefinger of his left hand, and the paten between the same forefinger and the middle one; then striking his breast with his right hand, and raising his voice a little, he says three times devoutly and humbly:
V. Lord, I am not worthy that Thou shouldst enter under my roof; say but the word, and my soul shall be healed.
V. Lord, I am not worthy that Thou shouldst enter under my roof; say but the word, and my soul shall be healed.
V. Lord, I am not worthy that Thou shouldst enter under my roof; say but the word, and my soul shall be healed.

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Postea dextera se signans cum Hostia super Patenam, dicit:
Corpus Dómini nostri Iesu Christi custódiat ánimam meam in vitam ætérnam. Amen.
Et se inclinans, reverenter sumit ambas partes Hostiæ: quibus sumptis, deponit Patenam super Corporale, et erigens se iungit manus, et quiescit aliquantulum in meditatione Sanctissimi Sacramenti.

45
Then with his right hand, making the Sign of the Cross with the Host over the paten, he says:
The Body of our Lord Jesus Christ preserve my soul unto life everlasting. Amen.
He then reverently receives both halves of the Host, joins his hands, and meditates a short time.

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Deinde discooperit Calicem, genuflectit, colligit fragmenta, si quæ sint, extergit Patenam super Calicem, interim dicens:
Quid retríbuam Dómino pro ómnibus, quæ retríbuit mihi? Cálicem salutáris accípiam, et nomen Dómini invocábo. Laudans invocábo Dóminum, et ab inimícis meis salvus ero.
Accipit Calicem manu dextera, et eo se signans, dicit:
Sanguis Dómini nostri Iesu Christi custódiat ánimam meam in vitam ætérnam. Amen.
Et sinistra supponens Patenam Calici, reverenter sumit totum Sanguinem cum particula. Quo sumpto, si qui sunt communicandi, eos communicet, antequam se purificet

46
Then he uncovers the Chalice, genuflects, collects whatever fragments may remain on the corporal, and purifies the paten over the Chalice, saying:
What return shall I make to the Lord for all He has given to me? I will take the chalice of salvation, and call upon the Name of the Lord. Praising I will call upon the Lord, and I shall be saved from my enemies.
The priest takes the Chalice and making the Sign of the Cross with it, says:
The Blood of our Lord Jesus Christ preserve my soul unto life everlasting. Amen.
Then he receives all the Precious Blood, together with the Particle.

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Communio


Anima Christi, sanctifica me. Corpus Christi, salva me. Sanguis Christi, inebria me. Aqua lateris Christi, lava me. Passio Christi, conforta me. O bone Iesu, exaudi me. Intra tua vulnera absconde me. Ne permittas me separari a te. Ab hoste maligno defende me. In hora mortis meae voca me. Et iube me venire ad te, Ut cum Sanctis tuis laudem te. In saecula saeculorum. Amen.

47
Communio


Soul of Christ, sanctify me. Body of Christ, save me. Blood of Christ, inebriate me. Water from Christ's side, wash me. Passion of Christ, strengthen me. O good Jesus, hear me. Within Thy wounds hide me. Suffer me not to be separated from Thee. From the malicious enemy defend me. In the hour of my death call me. And bid me come unto Thee. That I may praise Thee with Thy saints. and with Thy angels, Forever and ever. Amen.

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Postea dicit:
Quod ore súmpsimus, Dómine, pura mente capiámus: et de munere temporáli fiat nobis remédium sempitérnum.
Interim porrigit Calicem ministro, qui infundit in eo parum vini, quo se purificat: deinde prosequitur:
Corpus tuum, Dómine, quod sumpsi, et Sanguis, quem potávi, adhaereat viscéribus meis: et præsta; ut in me non remáneat scélerum mácula, quem pura et sancta refecérunt sacraménta: Qui vivis et regnas in saecula sæculórum. Amen.
Abluit et extergit digitos, ac sumit ablutionem: extergit os et Calicem, quem, plicato Corporali, operit et collocat in Altari ut prius: deinde prosequitur Missam.

48
The priest says silently:
Grant, O Lord, that what we have taken with our mouth, we may receive with a pure mind; and from a temporal gift may it become to us an eternal remedy.
Then he holds out the Chalice to the server -- in Solemn Masses to the deacon -- who pours wine into it for the first ablution, then the priest proceeds:
May Thy Body, O Lord, which I have received, and Thy Blood which I have drunk, cleave to my bowels; and grant that no stain of sin may remain in me, who have been fed with this pure and holy Sacrament; Who livest and reignest for ever and ever. Amen.
The priest then washes his fingers and receives the second ablution. Then he covers the chalice and folding the corporal, places it on the chalice, as at the beginning of Mass, and goes to the right side of the altar to say the prayers from the Missal.

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Communio
Matt 16:18
Tu es Petrus, et super hanc petram ædificábo Ecclésiam meam.

49
Communion
Matt 16:18
You are Peter, and upon this rock I will build My Church.

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Postcommunio
Dicta antiphona ad Communionem, osculatur altare, et versus ad populum dicit :
S. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Deinde, reversus ad altare, dicit :
Orémus.
Lætíficet nos, Dómine, munus oblátum: ut, sicut in Apóstolo tuo Petro te mirábilem prædicámus; sic per illum tuæ sumámus indulgéntiæ largitátem.

Pro S. Paulo
Sanctificáti, Dómine, salutári mystério: quǽsumus; ut nobis eius non desit orátio, cuius nos donásti patrocínio gubernari.
Per Dominum nostrum Iesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.
Commemoratio Feria Quinta infra Hebdomadam I in Quadragesima
Tuórum nos, Dómine, largitáte donórum, et temporálibus attólle præsídiis, et rénova sempitérnis.
Per Dominum nostrum Iesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.

50
Post Communion
The priest kisses the altar. Then he turns to the people, and says or sings:
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
Let us pray.
O Lord, may the gift we offer bring us joy, that as we praise Your wondrous work in Your Apostle Peter, so through him may we share Your generous forgiveness.

For St. Paul
Made holy by the sacrament of salvation, we beseech You, O Lord, that the prayers of him under whose patronal care You have granted us to be ruled may never fail us.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, ever one God, world without end.
R. Amen.
Commemoratio Feria Quinta infra Hebdomadam I in Quadragesima
May Your generous grace sustain and help us, O Lord, in this world and make us new for the world to come.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, ever one God, world without end.
R. Amen.

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Conclusio
Dicto, post ultimam Orationem,
S. Dóminus vobíscum.
M. Et cum spíritu tuo,
dicit pro Missæ qualitate, vel Ite, Missa est, vel Benedicámus Dómino. Deo grátias.

51
Conclusion
He turns to the people and says:
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.

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V. Ite, Missa est.
R. Deo gratias.

52
V. Go, the Mass is ended.
R. Thanks be to God.

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Tunc celebrans inclinat se ante medium altaris, et manibus iunctis super illud, dicit secrete:
Pláceat tibi, sancta Trínitas, obséquium servitútis meæ: et præsta; ut sacrifícium, quod óculis tuæ maiestátis indígnus óbtuli, tibi sit acceptábile, mihíque et ómnibus, pro quibus illud óbtuli, sit, te miseránte, propitiábile. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.

53
May the performance of my homage be pleasing to Thee, O holy Trinity: and grant that the Sacrifice which I, though unworthy, have offered up in the sight of Thy Majesty, may be acceptable to Thee, and through Thy mercy, be a propitiation for me, and for all those for whom I have offered it. Through Christ our Lord. Amen.
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Deinde osculatur Altare: et elevatis oculis, extendens, elevans et iungens manus, caputque Cruci inclínans, dicit:
Benedícat vos omnípotens Deus,
et versus ad populum, semel tantum benedícens, etiam in Missis sollemnibus; In Missa Pontificali ter benedicitur, ut in Pontificali habetur. Deinde prosequitur:
Pater, et Fílius, et Spíritus Sanctus.
R. Amen.

54
He kisses the altar, and raising his eyes, extending, raising and joining his hands, he bows down his head and says:
P. May almighty God the Father, Son, and Holy Ghost,

bless you.
S. Amen.

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Deinde sacerdos in cornu Evangelii, iunctis manibus dicit:
V. Dominus vobiscum.
R. Et cum spiritu tuo.
Et signans signo crucis primum Altare vel librum, deinde se in fronte, ore et pectore, dicit:
Initium sancti Evangélii secúndum Ioánnem.
R. Gloria tibi, Domine!
Ioann. 1, 1-14.
Iunctis manibus prosequitur:
In princípio erat Verbum, et Verbum erat apud Deum, et Deus erat Verbum. Hoc erat in princípio apud Deum. Omnia per ipsum facta sunt: et sine ipso factum est nihil, quod factum est: in ipso vita erat, et vita erat lux hóminum: et lux in ténebris lucet, et ténebræ eam non comprehendérunt.
Fuit homo missus a Deo, cui nomen erat Ioánnes. Hic venit in testimónium, ut testimónium perhibéret de lúmine, ut omnes créderent per illum. Non erat ille lux, sed ut testimónium perhibéret de lúmine.
Erat lux vera, quæ illúminat omnem hóminem veniéntem in hunc mundum. In mundo erat, et mundus per ipsum factus est, et mundus eum non cognóvit. In própria venit, et sui eum non recepérunt. Quotquot autem recepérunt eum, dedit eis potestátem fílios Dei fíeri, his, qui credunt in nómine eius: qui non ex sanguínibus, neque ex voluntáte carnis, neque ex voluntáte viri, sed ex Deo nati sunt. Genuflectit dicens: Et Verbum caro factum est, Et surgens prosequitur: et habitávit in nobis: et vídimus glóriam eius, glóriam quasi Unigéniti a Patre, plenum grátiæ et veritatis.
R. Deo gratias.
Finito Evangelio sancti Ioannis, discedens ab Altari, pro gratiarum actione dicit Ant. Trium puerórum, cum reliquis, ut habetur in principio Missalis.

55
Then turning to the Gospel side of the altar, the priest says:
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
He then traces the Sign of the Cross, first upon the altar, and then upon his forehead, lips, and breast, and says:
The beginning of the holy Gospel according to John.
R. Glory be to Thee, O Lord.
Joann. 1, 1-14.

In the beginning was the Word, and the Word was with God, and the Word was God. The same was in the beginning with God. All things were made by Him, and without Him was made nothing that was made: in Him was life, and the life was the Light of men; and the Light shineth in darkness, and the darkness did not comprehend it.
There was a man sent from God, whose name was John. This man came for a witness, to testify concerning the Light, that all might believe through Him. He was not the Light, but he was to testify concerning the Light.
That was the true Light, which enlighteneth every man that cometh into this world. He was in the world, and the world was made by Him, and the world knew Him not. He came unto His own, and His own received Him not. But as many as received Him to them He gave power to become sons of God, to them that believe in His Name, who are born not of blood, nor of the will of the flesh, nor of the will of man, but of God. Here all kneel. And the Word was made flesh, and dwelt among us: and we saw His glory, the glory as of the Only begotten of the Father, full of grace and truth.
R. Thanks be to God.

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Oratio Leonis XIII

S. Ave Maria, gratia plena, Dominus tecum, benedicta tu in mulieribus et benedictus fructis ventris tui, Iesus.
O. Sancta Maria, Mater Dei, ora pro nobis peccatoribus, nunc et in hora mortis nostrae. Amen.
S. Ave Maria, gratia plena, Dominus tecum, benedicta tu in mulieribus et benedictus fructis ventris tui, Iesus.
O. Sancta Maria, Mater Dei, ora pro nobis peccatoribus, nunc et in hora mortis nostrae. Amen.
S. Ave Maria, gratia plena, Dominus tecum, benedicta tu in mulieribus et benedictus fructis ventris tui, Iesus.
O. Sancta Maria, Mater Dei, ora pro nobis peccatoribus, nunc et in hora mortis nostrae. Amen.

O. Salve Regina, Mater misericordiae, vita, dulcedo, et spes nostra, salve. Ad te clamamus, exsules filii Evae. Ad te suspiramus gementes et fientes in hac lacrymarum valle. Eia ergo, Advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte. Et Iesum, benedictum fructum ventris tui, nobis, post hoc exilium, ostende. O clemens, o pia, o dulcis Virgo Maria.
S. Ora pro nobis, sancta Dei Genitrix.
O. Ut digni efficiamur promissionibus Christi.

S. Orémus. Deus, refúgium nostrum et virtus, populum ad te clamantem propitius respice; et intercedente gloriosa, et immaculata Virgine Dei Genitrice Maria, cum beato Ioseph, eius Sponso, ac beatis Apostolis tuis Petro et Paulo, et omnibus Sanctis, quas pro conversione peccatorum, pro libertate et exaltatione sanctae Matris Ecclesiae, preces effundimus, misericors et benignus exaudi. Per eundem Christum Dominum nostrum. Amen.

O. Sancte Michaël Archangele, defende nos in proelio; contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium. Imperet illi Deus, supplices deprecamur: tuque, Princeps militiae Caelestis, satanam aliosque spiritus malignos, qui ad perditionem animarum pervagantur in mundo, divina virtute in infernum detrude. Amen.

S. Cor Iesu sacratissimum.
O. Miserere nobis.
S. Cor Iesu sacratissimum.
O. Miserere nobis.
S. Cor Iesu sacratissimum.
O. Miserere nobis.

56
PRAYERS ORDERED BY THE POPE Leo XIII
To be said kneeling after the celebration of Low Mass.
P. Hail Mary, full of grace; The Lord is with thee; Blessed art thou amongst women, And blessed is the fruit of thy womb, Jesus.
A. Holy Mary, Mother of God, Pray for us sinners, now and at the hour of our death. Amen.
P. Hail Mary, full of grace; The Lord is with thee; Blessed art thou amongst women, And blessed is the fruit of thy womb, Jesus.
A. Holy Mary, Mother of God, Pray for us sinners, now and at the hour of our death. Amen.
P. Hail Mary, full of grace; The Lord is with thee; Blessed art thou amongst women, And blessed is the fruit of thy womb, Jesus.
A. Holy Mary, Mother of God, Pray for us sinners, now and at the hour of our death. Amen.

A. Hail, holy Queen, Mother of mercy, our life, our sweetness, and our hope. To thee do we cry, poor banished children of Eve. To thee do we send up our sighs, mourning and weeping in this valley of tears. Turn then, most gracious Advocate, thine eyes of mercy towards us. And after this our exile, show unto us the blessed Fruit of thy womb, Jesus. O clement, O loving, O sweet Virgin Mary.
P. Pray for us, O Holy Mother of God.
O. That we may be made worthy of the promises of Christ.

P. Let us pray. O God, our refuge and our strength, look down in mercy on Thy people who cry to Thee; and by the intercession of the glorious and immaculate Virgin Mary, Mother of God, of St. Joseph her Spouse, of Thy blessed Apostles Peter and Paul, and of all the Saints, in mercy and goodness hear our prayers for the conversion of sinners, and for the liberty and exaltation of our holy Mother and Church. Through the same Christ our Lord.

A. Holy Michael Archangel, defend us in the day of battle; be our safeguard against the wickedness and snares of the devil. -- May God rebuke him, we humbly pray: and do thou, Prince of the heavenly host, by the power of God thrust down to hell Satan and all wicked spirits, who wander through the world for the ruin of souls.

P. Most Sacred Heart of Jesus,
A. Have mercy upon us.
P. Most Sacred Heart of Jesus,
A. Have mercy upon us.
P. Most Sacred Heart of Jesus,
A. Have mercy upon us.

Post Missam

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