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sábado, 3 de junio de 2023

LO MEJOR DE LA MEDICINA EN ESPAÑOL SON LAS ENFERMERAS EN CUBA SE SIENTEN PIONERAS

 

La seño Norma Mora Ramírez no deja de regalarle sonrisas a cada paciente o acompañante que la necesite. Foto: Giráldez, Laura Mercedes

Caracas, Venezuela.–Toda de blanco, la cofia inmaculada sobre su cabello perfectamente recogido y la mano siempre dispuesta para ofrecer aliento o aceptar un agradecido abrazo. Aunque atareada, la seño Norma Mora Ramírez no deja de regalarle sonrisas a cada paciente o acompañante que la necesite en su constante ir y venir a través de las salas del Centro de Diagnóstico Integral (CDI) Alberto Granados, de la comunidad de El Limón.  

Cuarenta años salvando vidas y haciendo germinar la esperanza han dejado huellas en el alma sanadora de esta profesional de la Salud; sin embargo, una historia late en sus recuerdos, la regocija cada vez que vuelve a su mente. «El caso que no olvido fue aquí, en Venezuela. Llegó al cdi una señora ya en proceso de parto. Tuvimos que extraer la criatura en el mismo carro que la trajo. Fue complejo, porque la niña venía con dos circulares en el cuello. Pero las salvamos, a ella y a su mamá».

Asistir y cuidar a quienes la necesiten ha sido la labor diaria de esta enfermera cubana que ha prestado servicios en varias naciones. «Mi primera misión internacionalista la cumplí en Bolivia, desde el año 2008. Tuve la oportunidad de trabajar en Valle Grande, en la Ruta del Che. Allí conocí a varias personalidades, entre ellas a la enfermera que bañó al Guerrillero Heroico tras su muerte».

Más adelante, por sus conocimientos de inglés, le vio la cara a la muerte en Emiratos Árabes Unidos, cuando atendió a los contagiados con la covid-19 allí. «Estuvimos en un hospital de campaña por algunos meses, donde salvamos muchas vidas».

En Venezuela estaba cuando debió volver a la Isla, para ayudar en la emergencia, y luego regresar a la patria de Bolívar y de Chávez, a seguir dando de su sapiencia.

La seño Norma Mora Ramírez sabe que la profesión que tan tempranamente escogió es la más noble de todas, que su dedicación y humanismo son las más certeras vacunas contra toda dolencia. En cualquier rincón del mundo, su mano curandera y amorosa estará siempre extendida. «Me siento una persona realizada. Gracias a que soy enfermera, he cumplido muchos de mis sueños».

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