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lunes, 21 de octubre de 2019

PUTAS HAN LLEGADO IRLANDESAS



















TROTERAS Y DANZADERAS
Antonio Parra
“Han llegado irlandesas” escribe Quevedo en carta a un amigo. El autor de los Sueños era  buen espadachín. Su pluma a veces sarcasmo químicamente puro cortaba igual que un estilete.  Y debía frecuentar los garitos, abundantes en Madrid casi desde sus comienzos. Cuando habla de la casa donde no se come ni se bebe en las Zahurdas de Plutón creo que estaba aludiendo a la Casa del Tócame Roque. Este lugar en la villa era toda una institución. Tenía muchas puertas y era difícil de guardar. Lógico. Estuvo abierta y funcionando al lado del mercado de San Antón hasta bien entrado el siglo XIX. Era casa de chispas y de chisperos. Fragua del viento. Brasas encendidas del amor airado.
Yo creo que el que quiera controlar la prostitución en este Madrid castillo famoso quiere arar en el mar. Ponerle puertas al campo. Claro es que entiendo en parte los bandos del alcalde Gallardón y los buenos arbitrios y desvelos de la señora Botella para meter en vereda a los clientes de estas pobre magdalenas que en este mundo pecador han sido, fueron y la que te rondaré morena pues eso no tiene solución.
Ahora bien muy cierto es que Madrid se ha convertido en una gran casa del Tócame Roque. La quemaron los franceses y un dos de mayo de aquel falansterio salió todo el heroísmo de la exaltación popular que alzó a España contra Napoleón. Majas y chisperos peleando contra los mamelucos y polacos de Murat. Y Agustina de Aragón todo el temple y paradigma del espíritu nacional acabó sus días mal después de haber tenido que ejercer en Barcelona el oficio más viejo del mundo. España a veces es desagradecida a veces con sus mejores hijos pues eso está ya en el Cid. Castilla face sus hijos y los desface. ¡Dios qué buen vasallo si hubiese  buen señor!


San Agustín defendía a las meretrices diciendo que ellas son un poco el baluarte de la república. De niño oí decir que el cariño ni se compra ni se vende. Un axioma que he encontrado falso para mi desilusión al correr de los años pues hoy todo tiene un precio y el puterío mayor no sale a la calle a hacer la carrera sino que se encierra en los altos aposentos del poder. Cristo bendito andaba siempre rodeado de publicanos y pecadoras. Magdalena fue la única mujer por la cual se dejó tocar. Sólo Pedro y ella tuvieron el privilegio de lavar los pies al Salvador. Los fariseos y sacerdote, los puros, los incontaminados, toda esa gente que dan en llamar de buen tono y de bien -los políticamente correctos- los que a lo mejor no se van de putas en su vida o, si echan una cana aire, no lo harán concejeramente sino en el mayor de los recatos, tienen mucho más peligro. Que no se diga. Que no se sepa. Si no pueden ustedes ser castos, sean al menos cauto recomendaba el general Camilo Alonso Vega a los guardias civiles, recibieron del Señor todas las reprobaciones. Les llamó raza de víboras y sepulcros blanqueados. Con una sentencia libró Jesús a una pobre mujer de ser dilapidada por los judíos. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Y a ellas las liberó. Amasteis mucho pecaseis menos. Los hervores de la naturaleza a veces son incorregibles
Izas rabizas y colipoterras. Ninfas del canto y del cantón, daifas puñeteras, saludadoras del amor que trotan y danzan castigando el firme de las aceras. Contoneos y meneos de diguidón. Madre mía qué retaguardia. ¿Y todo eso es tuyo, nena? Ya ves compañero todo me lo dio Dios. Y si Él nos lo dio y no nos lo quitó es para que lo pongamos en circulación. Vale. Vale. Ya estamos Cuando yo iba a trabajar me las encontraba en el camino al pasar por la calle la Cruz. ¿Qué subimos un ratito? No, prenda; hoy no que ando algo alcanzado de tiempo y de dineros. Otro día. Me pedían un cigarro y se lo daba y ellas lo que me daban a mí era compasión. Claro que las troteras y danzaderas del Fontán ovetense y de la galdosiana calle la Cruz pues ya había allí un convento cárcel de amor en el siglo XVI nada tiene que ver con esos monumentos que se ven por Madrid en los pródromos de la vigésima primera centuria.
 ¿Y que será que el lenocinio se sitúa siempre frontero o al costadillo de las iglesias, las ermitas, las catedrales y las casas de oración. Este fue el caso por ejemplo de la calle del Caballero de Gracia hermoso reclinatorio y humilladero católico donde el Santísimo está expuesto doce horas al día pues en tiempos hasta que se convirtió el caballero que la donó a los frailes fue casa a la malicia. Debe de ser su sino pues por allí siguen pasando las “reinas” de la calle La Montera.
Y la Casa de Campo es un escándalo. Horrísono espectáculo aunque las hermosas Venus negras traídas desde Nubia las pecadoras hijas de la Reina de Saba la que hizo pecar a Salomón, pupilas rubias de Afrodita, llegadas desde Rusia con amor del otro lado del Amazonas y al sur del Niger nada tengan que ver con aquellas cantineras de A mí la legión que yo conocí pero nunca probé cuando estaba en la mili más que por virtud todo sea dicho por miedo a coger unas purgaciones. Cuando estábamos en el Fijo de Ceuta ni las hacíamos caso.


 El ejercito español es una tradición en nosotros llevaba una retaguardia de estas princesas consuelo de los guerreros. Hasta cobraban dietas por los desplazamientos cuando la tropa iba de maniobra.  Aquellas las pobres eran feas. Sin embargo estos arrimos de las eslavas que trotan por las orillas del lago de la Casa Campo nada tienen que ver con aquellas “madres” de nuestra juventud.  De Echegaray o el Cerro la Plata.
Ama y haz lo que quieras. Cristo bendito las condonó la deuda porque los pecadillos del amor siempre se perdonan. Los que se cometen contra el Espíritu Santo esos ya no. Vivimos angustiosos tiempos de pressura gentium no sirve darle vueltas. Son los días de la Gran Meretriz. Se va arrastrando la Gran Culebra. Pero estas pobrecillas mujeres que vienen a España engañadas a mí me parece que no pecan. A veces pienso que la peor fornicación no es la del cuerpo sino la del corazón como la  de los fariseos. La de las feministas montunas con ese espíritu contumaz de odio al hombre. De destrucción de la familia. Ellas pecan contra el Espíritu porque profanan el sagrario del amor.


Él se quedó con nosotros hasta el fin de los siglos. Siempre tendréis pobres. Y putas se sobrentiende. Ay magdalenas de mi vida y me corazón. Yo también os perdono pero a esa tía que sin serlo o sin parecerlo es la gran daifa del desamor quae in cáthedra pestilentiae sedes y que me llamo buey ayer por la mañana, pues tampoco. Y buey soy. Bos mutus como el Angélico al que me gustaría parecerme de alguna manera.  Y me hace la vida imposible convirtiéndome en blanco de todos los dicterios (el espíritu del odio es mucho más temible que el de la fornicación) a esa creo que no la perdonaré. Que te perdone dios o doña Ana Botella. El poder toca moqueta. Les tengo mucho más miedo a esa señoras con aire pudibundo que parece que no han roto un plato ni echaron un polvo en su puta vida pero que nos están jodiendo mentalmente a todos,  no paran de joder en el mal sentido que tiene en castellano este verbo constante en labios españoles, que a todas esas mercenarias y esquineras de cantina. Tirso ya lo decía. Si la naturaleza les hubiera dado armas a las mujeres no sé lo que sería de la humanidad. Don Tirso de Molina que como buen fraile conocía el percal - y estos conocimientos no los adquirió en el confesionario sino por otros caminos- sabía bien lo que se decía y yo le entiendo aunque nunca me considero un misógino. No se refería a estas pobres magdalenas generosas hasta lo indecible pues ofertan su cuerpo y acaso su alma en la entrega los siete dones de la mujer. Sino a esas feministas que han renunciado a ser madres pero hacen tortillas, pústulas del odio. Su flujo vaginal empaña la vida y llena el mundo de miasmas. Funcionarias de vía estrecha, gente de viso en apariencia y siempre por la derecha. Se acerca un tiempo de purificación. Van a andar muy pronto más derechas que un huso. Esas son las putas que más me preocupan. No las de la Casa Campo ni las de la Montera. Han llegado irlandesas, rusas, japonesas, polacas, colombianas, polinesias. Madrid es un revoltijo de ninfas del amor. Hijas mías de mi vida. Nunca me pude imaginar que cupiesen tantas en tan poco sitio. Su número debe de superar las doscientas mil, pero ellos son el testimonio de la gran conspiración, el señuelo de los negreros y de las mafias explotadoras que trafican con carne joven y fresca. A esos mirlos era a los que había que meter mano. El trato torpe es fómite. Se peca y propaga cual la peste. Pero el cohen internacional y globalizado es muy listo. El trato torpe mueve millones y millones y ellos cantan en un nido y empollan los huevos en otro. Saltan de país a país. Hoy no hay fronteras.
Hipócritas, taimados, raza de víboras que clamáis contra la prostitución de las pobres mujercilla que este invierno se arrecirán por la Gran Vía. Sin embargo, nada decís de las de alto standing. No hay más que echar un vistazo a nuestros periódicos. Los anuncios de masaje son el fundamento financiero y fuente de ingresos por publicidad de las publicaciones españolas. Y de los curas ya ni se hable. Para ellos quedaron reservados los mejores bocados. Acabo de leer los Diálogos de Mercurio y Carón que junto con la Lozana son una verdadera prueba de que Roma pudo ser la gran P
Putana que deslumbró a Lutero y habiendo consultado los archivos de Arévalo allí queda constancia de que en nueve parroquias que había en la villa todos los nueve párrocos, arciprestes, excusadores y coadjutores todos tenían moza. Criadas jóvenes y cojonudas. Algunos de estos clérigos ni lo disimulaban siquiera. No la llamaban ama. La decían la parienta a secas y sin ningún rebozo.
La cosa no tiene enmienda. Ay Señor. Señor. Izas y rabizas. Hijas mías de mi vida reinas absolutas de mi corazón. Visitar ermitas. Recorrer monumentos. Doña Ana del alma mía Botella y  botellón. Gallardón con su cupiditas aedificandi y el Faraón que quieren quitarnos las buenas para que nos vayamos con las malas. Pues en verdad en verdad os digo que la mayor casa de putas está en nuestra televisión. Y ahí tenemos a media tarde cuando los niños vienen del cole a la Schilichting de la Cope haciendo hablar a la sexóloga de erecciones, de sexo anal y de múltiples copulaciones o de la masturbación en general. Con condón. Jope y esa emisora la pagan los curas. ¿Sepulcros blanqueados?  Tanto no diría yo pero que existe una doble moral sí. O que la moral ha cambiado. Antes era todo pecado. Ahora todo vale. Son los tiempos de la Gran Barragana que reina con su cetro de desamor sobre el escabel del dinero y la lujuria.
Kyrie, eleisón. Amén




















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