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miércoles, 29 de diciembre de 2021

 RATIÑOS LA NIÑA DE LOS EMBUSTES

 

A los del Bierzo otrora ratiños se les llamaba pasado Astorga eran coritos y más allá gallegos a secas de Ponferrada o por mejor decir de Cangas de Morrazo era Catalina Cascabelos y lo mismo que la lozana andaluza que era de la peña de Martos las putas también van por la vida con denominación de origen.

Castillo Solorzano en esta obrita "La niña de los embustes Teresa de Manzanares" dechado de los primores y amarguras de la novela picaresca vierte su sabiduría y su buen humor al abordar un tema tan viejo  y escabroso como el mundo: el amor a pago.

A Catalina Cascabelos, su madre, “Catuxia” para los amigos, la hizo un chico un arriero segoviano que pasaba por allí. Ella dijo que el “chichón” era debido a un atracón de castañas en un magosto de  aldea pero la barriga fue creciendo, naturaleza siguió su curso y a eso de los nueve meses malparió.

Sus progenitores para lavar la culpa  mandaron a la muchacha a servir a Madrid y este es el comienzo de la aventura. La cabra tira al monte y al cabo de algún tiempo la moza leonesa rubia y garrida se convirtió en una de las cortesanas más famosas y generosas del Madrid de Felipe IV.

 Confeccionaba pelucas al portador.

 Castillo Solorzano data su libro en 1632.  Es la historia del ascenso y caída al hilo de una historia de amor/desamor.

Entremedias infinidad de enredos y follones, duelos y espadachines que se baten a muerte por las calles del viejo Madrid, narrados tales lances con mucho donaire y el desenfado propio del género picaresco cuyos protagonistas antagonistas y heterognistas pusieron siempre al mal tiempo buena cara. Trata de blancas. Los negocios de la carne. Esa es la fija. Todas terminaban en el Hospital de la Sabana Blanca donde unos frailes curaban el mal francés a las arrecogidas. 

Dijo Cristo que habló muy poco de sexualidad y de escribir no escribió prácticamente nada (sólo con un dedo en la arena) lo siguiente: “Preciso es que venga el escándalo pero ay de aquel por quien viniere el escándalo. Mejor que lo atasen al cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar”.

Roma la ciudad de los papas era el principal punto de destino de estas pobres mujeres que llevaban, engañadas, a ejercer prostitución. Enseguida, Estambul.

Los turcos tan libidinosos practicantes de la ley de Mahoma acrecían su demografía violando a todas las muchachas de los territorios que conquistaban en el Este europeo llevándolas luego a sus serrallos, lo mismo hacían con los efebos porque un turco hace siempre a pelo y a pluma.

A Paris venían desde Escandinavia, Alemania y Polonia a servir al monarca cristianísimo y en Madrid llegaban de toda Europa y del Nuevo Mundo a retozar en la corte de Su Católica Majestad. A Londres no hacía falta proceder a esta clase de importación, salvo alguna que otra irlandesa descarriada, porque Inglaterra siempre estuvo bien surtida de daifas, trotonas y tusonas de cualquier índole.

Catuxia era una gallega aseada y limpia a la que Tadeo, el  peraile del Azoguejo (de Segovia ni la burra ni la novia) que así se llamaba el rufián que la sedujo y enamoró cantándole coplas a la oreja con la música de una bandurria o discantillo para dejarla luego tirada por los caminos. ¡Ah Maruxiña, Maruxiña… eu quería me casare…

En el Madrid de los Austrias las mozas de partido eran galaicas, para amas de cría las asturianas, las fregatrices de Burgos, y las aguadoras de Toledo aunque en Castilla antes se dijo que para putas Toro. Ellas no tenían que pasar el puerto de Rabanal para marchar a la Corte. Ni besar la cruz do ferro que se alza en lo alto y donde rezan una oración los gallegos que parten a tierras ajenas.

 Era la niña incauta y bozal en caminos pero pronto aprenderá.

El Tadeo buen punto filipino que acompañaba como mozo de mulas al deán de Compostela desapareció pero la providencia no desdeña  a la pobre Catuxia, “sedutta e abandonata” que camina con paso firme sin admitir requiebros ni martelos hasta la ribera del Manzanares y alcanza por fin a lomos de un mulo romo que le prestó un tratante de las Rozas la puente Castellana, ingresa en aquel Madrid que denomina el autor “gomia” de sabandijas y se pone a servir en el Mesón de la Hermosas sito en la Cava de san Francisco (hoy Cava Baja).

Aldonza una compañera la inicia en el arte de la prostitución pero este no es el final de la historia sino el principio: galas, abalarios, van a vestirla en los bodegones de tela que había en la calle Toledo; la calzan de chapines, ponen en sus dedos sortijas y hala todas a hacer hacer la carrera al Prado o a la ribera del Manzanares.

Nada les gustaba tanto a las aldeanas recién llegadas a la corte como  disfrazarse de señoras. Les salen no pocos pretendientes que el autor denomina "pretensores"

 A Catalina le gusta un buhonero francés que vendía hilos y baratijas. Casa con él y de la unión nacerá la Niña de los Embustes. Pronto enviuda porque su marido muere a causa de una borrachera. Crónicas de la vida airada.

Esta es una de las novelas picarescas más realistas donde se hace una relación circunstanciada de la topografía urbana y la demografía del Madrid durante el reinado del cuarto Felipe, mecenas de las artes y muy putañero que era el buen rey y también devoto porque en la España de aquel tiempo religión y sexo andaban puerta por medio, y lupanares y conventos eran vecinos pero en el ambiente según reflejan los tramos de este libro no podía ser más distendido aún en medio de un mundo cruel.

A centones y tolondrones nos pone al hilo de las tretas y estratagemas en que habían de emplearse las muchachas de provincias para sobrevivir en aquella villa y corte trufada de matones buscavidas, beatas, maridos cornudos, letrados picapleitos, clérigos de mala fama, azacanes, taberneros, hidalgos pobretones. Tenían que emplearse a fondo en subterfugios infinitos. Así que la gallega del Bierzo la ratiña pronto deja de ser bozal en caminos y se vuelve una experta en el oficio de solicitud.

Maldice a su violador con un conjuro en gallego " doucho demo al home" (Solorzano debía de ser la terriña) y haciendo de tripas corazón se embarca en múltiples embustes o tretas para salir adelante en aquel Madrid que era gomia de sabandijas. allí hay que oler bien segun decía Paco Umbral y para bien parecer cuidar el atuendo porque a la persona, segun se la ve, asi se la trata.

Catuxia se pone de punta en blanco: manteo azul con su poca de guarnición pajiza, basquiña y jubón de estameña, mantellina de bayeta de Segovia, camisas valonas y cofia y chapines de plata adquiridos en la almoneda de la plaza de la Cebada.

Apacible era la gallega y graciosa en su lengua, pronto aprendió a bailar la capona y acudir a las meriendas veraniegas que tenían lugar en las riberas del cristalino Manzanares. Se va a casar con su francesillo, un buhonero gascón de buen porte y bien vestido ropilla de veintidoseno de Segovia, capa terciada que rondaba la calle de la gallarda gallega un tal Pierre y se van a vivir a la calla Majadericos donde nace Teresa, la niña de los embustes, depósito de chanzas y diluvio de los chistes que va a ser.

A los diez años queda huérfana, pelos postizos, un amante que se llama Tristán que se va a vivir a una casa a la malicia en la Red de san Luis por no pagar impuestos, se casa con un septuagenario que la mata de hambres y de celos pero burla al marido con el estudiante y aprendiz de cómico Sarabia. Y esa es a grandes rasgos la periegis de esta pícara historia

miércoles, 22 de diciembre de 2021

 POEMAS DE YORK Y DONCASTER

 

 

SOBRE LA PINTURA

 

Despacio bajaron los ángeles

Batiendo sus alas

Pintaron las tinieblas de Toledo

Corazón místico de Hispania

Iba la niebla deshilada

Por los riscos

Y las cárcavas del Tajo

No sabemos si era Goya o Velázquez

Si era el Greco

Pero en sus pinceles

Sentíamos la pasión

De los ecos

De una voz que me llamaba

Sonando dentro

De un paisaje con alma

Domenicos Theotucopoulos

Pintó el tiempo

Plasmándolo inmóvil

Sobre estos cuchillares

Esos caballeros

Enlutados

Con cara de ardiente llama

Las caras transfixas

Mirando a lo alto

De los cielos

Cuerpos levitando

Despojos de la carne

Almas incorpóreas

Cruces rojas

Sobre los pechos

 

 

 

VELÁZQUEZ

 

Señor de la mesura

Dando paz a los triángulos

La vida de la corte

Late en tus retratos

Pintor del aire

Encinares del Pardillo

Y Villafranca

Aura pura de diamante

Paz y equilibrio

De tu estética

Que parece que nos dices

Sosegaos

 

 

 

TEA POT

 

Dios se alza sobre los trípodes

Tea pots

Que calman mis pesares

Siento tus pisadas

Bajando por el cordel de la escalera

Transfiguración de la hermosura

Oh Suzanne cuanto amor

Cuanta belleza

Tengo casa

Pago mi renta

Amor no me falta

Tengo también una tetera

De porcelana de Costwald

Esposa mía luz de la noche

Leyéndote y queriéndote

Viendo tu retrato

Cuando niña jugabas en la arena

De una playa en País de Gales

Dios es uno y trípode

Se oculta en lo alto

Se refleja

En los bellos rasgos de tu cara

En tus ojos ojizarcos

Que miran esta noche

Las estrellas

Yo dejo de escribir

Porque aquí comienza lo inefable

 

 

 

PAX TECUM

 

Prendo el fuego difuso

Conjugo las nostalgias

Beso la blancura de tus pechos

Y tus nalgas

Sabor de miel

Han bajado las hadas

Y cantan en el balcón

Los ángeles arrullan nuestro amor

Podemos pedir oro a las fraguas

De Vulcano

Desenhebrar la madeja de Ariadna

Hilos nos prestan las hilanderas de Velázquez

Hay un quehacer de hermosura fermentando en tu sonrisa

Y las meninas cortesanas

Bailan  para nosotros

Un minué en la gran sala

Se quedan pobres las mitologías

Y nuestro amor ahuyenta las parcas

Hay diamantes y perlas escondidas

En los rincones de esta casa

Nido de amor que nos

Aquí la vida

Que juntos caminamos

Y se está bien acá

Cabe el fuego de la estufa

Leyendo a T. S Elliot

Para yantar algo de cebolla

Y muchas patatas

 

 

 

 

Pax TECUM

 

recibe amada

mi beso de Pascua

Después del ite missa est

Marcharemos a la guerra

De la que hablan los periódicos

 

 

TENGO UN MINICOOPER 850

 

Con cuatro mulillas tordas y un caballo delantero

Y la carretera toda para ti

¿Qué más quieres, carretero? (Rafael Alberti)

 

soy propietario de un auto

un mini color rojo

alcancé el sueño de todo español

ir sobre ruedas

para rasgar los vientos y volar por la carretera

surcaré la transversal que junta Londres con Escocia la AI de mis amores

paradas en los wimpis

y la paz de Hornchurch

tira millas

no hay recodos

la vida por delante

este corcel de hierro

costote 550 libras esterlinas

y Suzanne me riñó por haber invertido

en la compra todos mis ahorros

pero ya tengo coche

estoy motorizado

tira millas

 

8 de febrero de 1971

 

 

 

 

INTERIORIDADES

 

Lo redondeo solo

Pero no me salen las cuentas

Me pierdo en el abismo de los pensamientos

Una voz me dice que dentro se oculta la armonía

La sofrosiné de los griegos

Pero estoy confuso

Sin saber por qué camino tirar

Dando vueltas al laberinto

Me perdí y tú

¿Me encontraste, Suzanne, amor de mi vida?

Hoy pasó por mis sueños un ángel

Y le  dije

—dile que cuando muera

ella venga a cerrar mis ojos

¿Verdad que lo harás?

Entretanto me hundo en la gran sima

De mi perplejidad

En el cielo pediré perdón a Graham Hugh y a Mary Heagerty

Destruí la rosa inglesa que ellos me dieron con la zafia manquedad de mis dedos

Pero ella siempre será para mí mi alga y mi omega

No supe necio de mí que el amor llamaba

A mi puerta

Pasa una vez y no vuelve más

 

 

 

FAIRIES

Las fairies son hadas de los cuentos

Varita de virtudes del amor que hace milagros

Un reflejo de la divinidad

Que se esconde en mi pobre cuerpo

Me miras serena y lejana

Augusta rubia y magistral

Como la Laura de Petrarca o la Beatriz del Dante

Es el amor a ti que me riega y me transita

Y me convierte en hombre nuevo

Hemos superado el tiempo de las palabras dulces

Que se dicen con el vino y afrontamos

Una realidad nueva en la esperanza de los hijos

Estamos más allá de las veleidades y tropiezos

De una boda a cañonazos

Por culpa de los míos españoles

Gente baja que desprecio

Tú sellas mi impronta británica

Con un understatement

Nos cogemos de la mano

Nuestros corazones palpitan al unísono

Y juntos caminamos hacia el valle

De eternidades

Allá donde todo será pleno gozo

Sin crujir de dientes

En esta tarde fría y ventolera

 

 

EL PAN

De qué quejarse si el pan nos llueve

Maná divino

Por la misericordia infinita de los cielos

Nos calentamos al fuego

Tenemos café y sardinas

Una botella de leche en la despensa

Nos alegran la risa

Y los gorjeos

De la dulce Helen

Que ya tiene tres meses

Me aprietan el alma

La inseguridad de un empleo fallido

Y mis remordimientos

Oh Dios mío pon luz en nuestras vida

Que no ganen la partida

Las tinieblas

Afuera hiela

Y ruge el viento

Soy una mula maneada

Que se resiste a tirar del carro

Un tonto que bosteza

Que marcha por la vida

Sin aliento

Sumido en la revancha de mis contradicciones

Lloro en silencio

 

 

NANA

 

Mi niña no está dormida

Los Ángeles ríen la duermevela de sus sueños

Suzanne ya le dio el pecho

Hija, corazón mío

Yo te canto

Yo te velo

Tu padre está aquí

No sé cuanto tiempo

Los cantos de mayo las sibilas

Te harán un nido

Ven aquí toda mía Helen Olivia

En mis brazos te acuno

Al regresar a casa en tardes

De desilusión

La vida es cruel

Y no tiene miramientos

Con este poeta vagabundo

 

 

ÚLTIMO DÍA DE ESCUELA

 

Dos de abril aguas mil

Último día de escuela

Celebramos la fiesta de Academos

No quiero mirar a los cisnes

Del río Ouse

Pienso en los huevos de pascua florida

Easter… Easter

Mis horas me pertenecen

Corazón mío

No lloremos por no ganar el concurso de novela

Ni por no tener correspondencia

Hay huelga de carteros

Todavía me quedan unos peniques

Para llenar el depósito de gasolina

Hacia Hornchurch buscando el sur volaremos

Libemos incienso al viento

Y deprequemos oraciones a los dioses de Inglaterra

Por estar vivos

Y sonriamos cuando nos muerdan los delfines

Los vemos nadar alegremente

Nadadores expertos en el acuario

 

 

DIANA EN EL RÍO IVEL

 

Diana se baña sola

En las aguas del Ivel

Vamos camino de Cambridge

Su cara me recuerda     mi niñez

El ojo de la idea

El seno virgen

Juguetona y esquivando

Los dardos de Cupido

 

 

 

VERSOS

 

Nuestros versos y poemas

Cifra y compendio de este vicio de escribir sin esperanza

Duermen en glúteos y baldas empolvados

Son carne de mi carne

Alma de mis sueños

Esperando la rueda viril

De las linotipias

Que las desvirgue

Nunca se cumplirá ese anhelo

 

 

 

ALBRICIAS AL DIA QUE ES LA PASCUA ES MIA

En este día la pascua es mía

Huelga la flor en los caminos

Un ruiseñor se asoma a lo alto de un seto

Mañanas de Edenthrpe

Huevos fritos y tocino entreverado

desayuno y tabaco negro

En la mesa de segunda mano

Yo quisiera ser sacerdote de la primavera

Erré la vocación

Los flamines de Júpiter no me quisieron

Deme paciencia el dios de mis fracasos

No tengo la culpa de ser como soy

 

 

HORNCHURCH

 

Una iglesia del siglo XII

Con la carcasa de un ciervo en el tímpano de piedra

Hornchurch de mis amores

Aquí me trajo el destino

Hay paz en las barriadas casas de dos pisos con un jardín trasero

Justo lo que yo soñaba

Ciudad dormitorio de dulce vivir

Avenida de Harrow Drive cuando atardece

Y se va el sol de la pascua

Un petirrojo salta en las ramas del castaño

Y cuenta el cuento del colorin

Pues colorin colorado el cuento se ha acabado

 

 

 

DUERME SUZANNE

 

Mi niña cuando duerme

Es una amapola en un trigal

Entre los brazos del viento

Entro en tu cuarto y te beso

Sueña Suzanne que el amor nunca acabe entre nosotros

Duerme y que Dios nos guarde a los dos

En el verde silencio puro de este amor infinito

Imposible y casi adolescente

 

 

 

PORTAL DE TUS OJOS

 

Portal de tus ojos puerta del cielo

Nido de amor

Silencio en la tarde

Esos ojos que me embelesan

Y en los que acudo a bañarme

Oh Suzanne eres tan dulce y tierna como la Virgen Pura

A la que yo rezaba en la infancia

Toda blanca y toda azul

Bajo la niebla de Hull

Entonces lejana y ahora puedo acariciarte

Se opero una triunfal metamorfosis

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tengo un mini de color rojo