bibliognosta.blogspot.com

jueves, 9 de octubre de 2025

 

Escucha el mar en las líneas

Sobre el potencial oculto de la poesía

La entrevista fue realizada por Valeria Bogdanova 

¿Qué es más importante en una canción: la música o la letra? La poeta y cantautora Oksana Matina ( en la foto ) lo tiene claro: cree que la letra es más importante, ya que contiene el significado y el contenido ideológico de la obra. Hablamos con ella sobre literatura, música y colaboraciones creativas.

Oksana, te consideran una autora clásica. Has mencionado que te criaste con las obras de Pushkin y Yesenin. ¿Cómo crees que la tradición clásica puede y debe interpretarse en el contexto de la literatura contemporánea para que sea relevante para una nueva generación de lectores?

La poesía ha sido y sigue siendo la forma más profunda de transmitir una idea central al lector. El propósito mismo de escribir un poema es mostrar al lector la belleza de este mundo, sanar traumas emocionales y dar esperanza. Por lo tanto, es crucial que los autores eviten saturar sus obras con giros lingüísticos vacíos, sin sentido y difíciles de leer. Un poeta debe saber exactamente lo que quiere decir y mantenerse enfocado. Hoy en día, es raro encontrar obras significativas de autores contemporáneos que combinen una estructura versicular profesional, una sonoridad hermosa y un contenido ideológico. ¡Este es el objetivo que me propuse! Transmitir mi mensaje al lector a través de poemas bellamente construidos, fáciles de leer y comprensibles.

Eres miembro de varios importantes sindicatos de escritores. ¿Cómo valoras el papel de estas comunidades profesionales en la era digital, cuando los autores pueden promocionarse de forma independiente, eludiendo las instituciones tradicionales?

Las asociaciones creativas no solo amplían las posibilidades de distribución de las obras de sus miembros, sino que también permiten a cualquier autor recibir comentarios críticos de expertos, críticos y académicos literarios. Colaboro estrechamente con los tres sindicatos de escritores a los que pertenezco e interactúo con personas increíblemente talentosas y seguras de sí mismas que me inspiran a emprender nuevos proyectos.

Trabajas en la intersección de la poesía y la música. Tu carrera como cantante también está en su apogeo. ¿Crees que la poesía contemporánea se está volviendo cada vez más performativa, requiriendo voz en off, acompañamiento musical y recursos visuales para expresarse plenamente, o el habla pura aún conserva un papel dominante?

Les cuento un incidente que me ocurrió mientras discutía el repertorio con otros músicos. Estábamos eligiendo qué canción grabaríamos a continuación.

Llegó el momento de la canción "Soul-Puppy". Esta pieza lírica para voces masculinas desató inmediatamente la discusión, y los chicos exclamaron: "Tiene un aire marino", "Huele a mar".

¡Literalmente temblé! ¿Cómo? ¿De dónde? ¡No hay ni una palabra en la canción, ni una sola alusión al mar! ¡Pero la escribí allí mismo, a la orilla del mar en Dyurso, el verano pasado! Y, por supuesto, tengo sentimientos, emociones y recuerdos asociados a esta canción que están conectados con el mar. Pero ¿cómo la escucharon y sintieron otras personas?

Lo primero que quise averiguar fue qué desencadenó estas asociaciones: ¿la música o la letra? Envié la letra a quince amigos, ¡y varios reaccionaron igual!

¡Este hecho me impactó, como mínimo! La gente solía decir que percibía mis emociones al leer poesía, pero esto se justificaba por la presencia de un significado correspondiente en el texto. ¡Pero aquí! ¡Tonterías!

Por supuesto, esto me cautivó y comencé a explorar las posibilidades de la poesía más profundamente.

Y hoy, con un vasto conocimiento sobre el tema, puedo afirmar con seguridad que la letra es el componente más importante de cualquier canción. Sin embargo, la música y los arreglos embellecen y complementan la letra, ayudando a transmitir el mensaje con mayor facilidad y rapidez. Y la música verdaderamente talentosa también enriquecerá la pieza con su propia imaginería y la hará memorable.

Uno de tus proyectos a gran escala es la creación de una ópera rock. ¿Por qué elegiste esta forma de expresión compleja y sintética?

He escrito varias sinfonías de rock que podrían fácilmente unirse en una sola trama, creando una obra hermosa y armoniosa. Y como actualmente mantengo un contacto frecuente con profesionales del teatro y cantantes de ópera, la idea ha cobrado vida y tiene un gran potencial. Ahora tomaré todas las medidas necesarias para llevar este proyecto a buen término, comenzando con la producción de un fragmento corto interpretado por cuatro o cinco actores. Este será el lanzamiento del proyecto y una buena presentación.

Como periodista, tiene una visión privilegiada de los medios. ¿Cómo influye esta experiencia en su comprensión de la crítica literaria y en su propio enfoque sobre la representación mediática del desarrollo literario contemporáneo?

Veo que se distribuye y se difunde mucho material sobrevalorado. Es doloroso darse cuenta de que muchos poetas se embarcan en esta tarea sin comprender las reglas y principios básicos.

Realmente quiero que los autores verdaderamente talentosos reciban apoyo en su promoción y que los autores ambiciosos en ciernes reciban apoyo en su formación.

¡La poesía tiene posibilidades ilimitadas para expresar sentimientos y emociones y percibir la realidad!

Amigos, esta información es difícil de obtener, pero está científicamente comprobado que la poesía, en su impredecible complejidad, exhibe las características de la vida. Precisamente por eso cada uno ve un significado diferente en la misma letra. Y a veces, incluso la misma persona, al releer un poema en distintos momentos, evoca imágenes diferentes y percibe el texto de forma distinta a la lectura anterior.

¿Es posible subestimar la importancia de la poesía? ¿Es posible escribir y leer cualquier cosa sin pensar? ¡Claro que no! ¡Incluso es un poco peligroso!

Por lo tanto, al comenzar a trabajar en su próxima obra maestra poética, el autor debe considerar primero el significado que desea transmitir y sus sentimientos. ¿Esta obra traerá alegría o felicidad al lector? ¿Incorpora los valores morales correctos?

Los poetas, por un lado, poseemos un gran don que nos permite expresarnos, pero por otro, debemos recordar siempre nuestra responsabilidad por el destino de nuestros lectores. Y, por lo tanto, ¡debemos esforzarnos por mejorar el mundo mediante nuestra creatividad!


jueves, 2 de octubre de 2025

 

el peor diablo es ababdon el que tienta a los judíos. Tiene a los sionistas entre sus manos

 CUELGO LA SOTANA

Aquella década de mediados de los cincuenta, yo era latino, fue un tiempo de ilusión clerical, era yo un seminarista fervoroso que trataba de no mirar para las chicas aun cuando la Mary la hija del maestro armero me traía por la calle de la amargura, dejé de jugar con ella a la pídola y cuando la veía echaba mano al cilicio que me mandó poner mi director espiritual en la región lumbar y formulaba una jaculatoria:

─Señor, antes morir que pecar

Pero pecaba con los ojos, con la mano, con el hocico, con toda mi carne enfurecida. Un descuido. Me venía la imagen de sus bragas saltando sobre mí cuando yo hacía de burro y zas. Como sentía escrúpulo después de cometer aquel pecado mortal, y me daba vergüenza ir a confesar mis trasgresiones de la pureza tenía que bajar al Parral. Allí un fraile jerónimo, fray Paja, administraba el sacramento de la penitencia a los seminaristas que se la meneaban. Era un penitenciario de manga ancha pero algo sospechoso de mariconería. Hacíamos cola ante el confesonario de fray Paja y las confesiones duraban la tira, se arrimaba todo lo que le permitían las reglas, yo percibía el aliento apestoso y el cerquillo de su cabeza rapada tocando mi frente. Parecía que en vez de ir a reconciliarte con Dios bajabas a la alameda que así se llamaba el lugar bellísimo donde se emplazaba el monasterio mandado construir por don Enrique de Villena (ni palabra mala ni obra buena) en el siglo XV. a bailar el tango. 

Los periódicos traían noticias del concilio y hablaban del papa buena San Juan XXIII el cual a posteriori se comprobó que no era tan bueno ni tan santo. El Vaticano II iba a ser el viaje a ninguna parte, una tarjeta de auto demolición de la iglesia que yo amaba. Fuimos los últimos de las misas en latín, la hermosa liturgia que había inspirado la devoción y el recogimiento durante siglos se fue al carajo. Todos decían que era necesario el idioma vernáculo para entender los ritos. Sin embargo, suprimido el misterio de lo sagrado y secularizada la religión católica, con el anhelo de ponerse al día, los seminarios quedaron vacíos, a las iglesias no iba nadie y las parroquias se quedaron sin curas. Hubo una fuerte pugna entre tradicionalistas y aperturistas que ganaron estos últimos. Mi corazón se llenó de tristeza viéndolas venir. Cuando empecé los cursos de Filosofía noté que mi vocación flaqueaba pero seguía los veranos ayudando a misa al cura chiquito, el coadjutor de don Benito, el párroco de Santa Eulalia, poniendole la banqueta a la hora de alzar, acompañándole en sus paseos largos hasta Baterías con el deán Fernando Revuelta, el bibliotecario don Cristino canónigo pertiguero y bibliotecario que me hablaba de los tesoros bibliográficos guardados en la catedral de Segovia en particular partituras musicales. El tercero de la terna era el beneficiado don Benedicto que era un alma de Dios, gordo y macizo con cara de hogaza. Ver a aquellos buenos clérigos subir la cuesta de la Pista siempre a la misma hora después de las Vísperas en verano y del oficio de Tercia en invierno era todo un espectáculo que inspiraba veneración y ternura por el contraste de estaturas. El capellán don Valerio no levantaba diez cuartas y el deán medía algo menos de dos metros y el beneficiado Benedicto pesaba más de cien kilos el gordinflón mientras don Cristino era un jijas, tan delgado que cuando soplaba el cierzo de la sierra, parecía que se lo llevaba el aire. Detrás de los clérigos, y según una tradición que provenía del uso y costumbres catedralicias antañonas, era conveniente que caminasen los acólitos cubriendo carrera. Así que Gonzalo, Teófilo el que sería mi alfaqueque como inspector de policía en la ciudad donde yo tuve una novia y venía para casarme, que me sacó de la cárcel cuando fui llevado al talego y yo ibámos detrás. 

El oído atento, sacamos grandes provechos de lo que decían aquellos sabios. El cura chiquito era un oráculo en demonología. Satanás se transfigura en ángel de luz, decía.

─Tú ¿sabes cuantos diablos hay, Fernando?

El deán decía que muchísimos tantos como ángeles y muchos más que el número de hombres habidos y por haber y habrá desde que el mundo es mundo.

─A ver nombres, díganme nombres

─Está claro: Lucifer

─Ese es el más nombrado pero hay otros desconocidos verdaderos enemigos del género humano, epígonos de la iniquidad,

─Ya está Su Eminencia con sus palabros raros, don Valerio ─el deán Revuelta al capellán del cementerio siempre lo trataba de usted, no sabemos por qué─ No me toque los cojones

─Habla bien, Revuelta, que cuesta poco─ medió el canónigo pertiguero ─Yo lo que sé es que le llaman el Vetus, el viejo al cual se aplica el refrán de que más sabe el diablo por viejo que por el diablo

Los cuatro curas vestidos de talar con dulleta, teja y balandrán, se sentaban en una peña y allá seguía el cura chiquito con su discurso:

─Los más dañinos son Belcebú el que tentó a Jesús, Samael, Sacla, Belial, Nasbodeo y Apolión el demonio griego pero el más inicuo de toda esta cuadrilla es Ababdon el diablo judío y no miento.

─Claro que no mientes, Valerio, ese demonio el peor de todos tiene cátedra y trono en las sesiones del Vaticano II donde va de oyente y a la agachadiza. Nos van a dejar a todos con el culo al aire. Tendremos una iglesia que no la va a conocer ni la madre que la parió, dominada por Ababdon el satanás judaico, pero dame un cigarro. 

El señor deán se quedó pensativo, sacó la petaca y lió un cigarrillo, de caldo de gallina. Despues ofreció tabaco a los compañeros. El beneficiado Benedicto no fumaba. Los demás sí. Los cuatro fumaron a gusto sobre las peñas y de atardecido regresaron con paso indolente y cansino a la ciudad. Eran un ritual, un espectáculo. Algunos niños se acercaban a besarles la mano. Ellos volvían a casa en silencio conscientes de que se acababa un ciclo de que la iglesia no iba a ser la misma aunque la barca de Pedro, Cristo lo predijo, zarandeada por las olas de la tempestad, no naufragaría pero terminaba una era. Yo decidí entonces colgar la sotana sin que haya podido arrojar lejos de mí el alma de aquel pobre seminarista gordito y mofletudo, tan crédulo e inocente que fui. Ababdón el diablo judío sigue más de medio siglo después dando guerra y haciendo de las suyas en Gaza, Ucrania y en España no va más.

Jueves, 2 de octubre de 2025