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lunes, 27 de septiembre de 2021

 DOSTOYEVSKI THE GREAT INQUISITOR

One day our Lord Jesuschrist decided to come back to the world incognito. It was not the Second Coming but a private visit.

In Sevilla a girl of fifteen years had died and in the cathedral her burial ceremonial was taking place. The crowd all of of a sudden recognized Him, his manners, his eyes full of compassion, his divinity. The afflicted mother of the child crying and shouting of affliction knelt down in front of the Saviour:

Please, Lord, you have powers over life and death, you are the life and resurrection, give me my child back.

Christ was moved by the faith and pain of the poor woman and approaching the hearse asked the sexton to remove the pall. “She already stinks; it is five days since she passed away”. Then the Lord uttered the ritual words He said when he resurrected the Daughter of Jairo:

Talipha kumi (rise again, my child)

Suddenly the deceased opened her eyes, smiles and standing up gave back the bunch of white flowers whose mother had deposited in her hands as a farewell.

The multitude excited by the phenomenon clustered by the bier claiming miracle… miracle.

Erupted then a mob in Seville. In the middle of the uproar appeared an old man ninety years old, tall, erected, aloof, ascetic. He was a friar. The sinister collaborators the burrows of the Santo Oficio came with him. He was the General Inquisitor.

Frizzing his thick eyebrow ordered the crowd to disperse and to arrest Xto. Under the accusation of mobbing:

Take him up

His bailiffs carry Jesus to the dungeons of the Tribunal of the Faith. A long conversation took place but our Lord did not uttered a word. His silence was a condemnation of the external church but praising the mystical nothing to do the apparatus preachers, sermons, cannons, Popes, cardinals, corruption, hypocrisy. It is clear that the Inquisitor was de devil disguised as a friar.

Dostoyevski in this magnificent story plays with the theological concept of esoteric (the accidental of the message of the gospel) and exoteric (the inner part, the essence of his presence in History).

Tomorrow you will be burned in the fire of the inquisition. Jesus did not said a word. You are a mobber. The devil remained Him of the three temptation of Lent after fasting in the dessert. Lent. “convert those stones in bread”. Our savior kept silence.

We give the people bread, tranquility of mind, when they sin we pardon their sins and promised Paradise in after life.

Xto also renounced to the miracle. Throw yourself from the heights of the pinnacle ot the Salomon temple.

 Also no answer.

God contempt´¨s of human glory, fame, wealth radiates from heaven. His kingdom is not from this world, it is divine.  That is one of the mysteries of Christianity its divine assertion. Every thing I will giveto you if prosternating in front of me give adoration, said the devir it was the third temptetio the power of the glory. Xto said go away Satan you only will adore and revere your God. This temptation is the promise of the triumph of the Cross over the Perversity (Zlo in the Oerhodox theology) in other words the victory of Christ over the Devil.

However the Popery is a world power, miracles, mystery, authorities. The Great Inquisitor talked on his long speech to the global fraternity human rights to appease the minds and control their body.

The replying mutism of the Lord contravenes the ideal of the utopia of the antichrist who came to enslave the human kind of his false promises of perpetual harmony and happiness above the differences of race, credo, gender and color of the skin.

 But the Christ gave no reply.

His silence perturbs the Great Inquisitor especially when his prisoner dauntless to his insults and threats lowering his head kissed the lips of the old man.

This act was the triumph of his doctrine of love and charity. Horrified the great inquisitor broke down and opened the jail shouting:

“Go away und never come back” But it is impossible. He never went away. Our Savior is here hidden in the Eucharistic bread and wine

Dostoyevsky shows himself in this piece not only a master of the novel but also a prophet.

The silence of the Xto is a confirmation of his presence in the world to the end of time in spite the prevarication of Popery and the external Church, and the attack of the global free minders.

The action of this story should not have realized in Seville but in Rome.

Monday, September 27, 2021

 

 

                                                        

   

miércoles, 22 de septiembre de 2021

 


NICOLAI GARIN UNA MUJER EXTRAÑA

 

El verano marchó por la senda de Cronos, no volverá. Dias de orvallo, miro a los ojos coruscantes de las estrellas. El cielo astur no desvela sus misteriosas lejanías e invita a soñar. Vigilo la noche desde mi candelacho como un labrador que guarda su viña asediada por el jabalí.

Esta choza o candelacho es la celda sublime del escritor.

Leo un cuento misterioso de Nicolai Garin en portugués. Se titulada: “una misteriosa mujer”.

La lengua lusitana guarda en sus delicadas y melosas sinuosidades un gran parecido con el alma rusa. Nadia Alexandrovna se enamora de un estudiante que se aloja en su casa a pupilo. Ella está todavía de buen ver. El marido se encuentra enfermo y a punto de morir lo que no es óbice para que los dos amantes se refocilen a la espaldas o abiertamente del esposo sin ocultar su procaz pasión. Se trata de la crónica de un adulterio contada delicadamente.

 El amor es eterno y cruel pero siempre estás el “otro”. pasean ambos por las calles de Petersburgo visitan la isla de Ostrok.

La noche de pascua celebran un gran convite que acaba en orgía sexual. Se juran amor eterno pero siempre está el “otro”. de ella le habla Natalia y dice a su amante que le recuerda a él que parecen hechura de un templo de Apolo. El estudiante es un idealista hombre puro con el alma fragil de cristal que sabe poco de los misterios ocultos en el alma de una mujer.

El dinero que le mandaba su padre se lo gasta en francachelas con la adultera, deja de atender sus clases en la universidad, descuida su atuendo, se emborracha, vive como en una nube poseído por esa locura del deseo que es como una bruma dentro del cerebro.

Natalia bella y coqueta se preocupa por el paso del tiempo, la belleza corporal no es eterna se marchita estando abocada a la enfermedad y la muerte. Yo te juro amor eterno quiero ser tu esclava. Son palabras de mujer promesas que nunca cumplen. Un día descubre en el tocador de su dama un anillo de oro y un collar de perlas. Dime de quien es. Nadia se excusa con mentiras. Extraña mujer.

Se descubre la trampa y se separan al cabo de muchos gritos lagrimas y bofetadas. La dulce amante se convierte en una hiena que grita cual basilisco. Prorrumpe al fin durante su último encuentro en una carcajada carcajada cruel. “Tú no eres nada para mí, yo amo al otro”.

 Garin viene a decirnos en este magistral cuento que el amor romántico es una locura, una entelequia y una trampa y una hoguera a la cual se lanzan los incautos. Que la carne humana es fragil sobre todo cuando se reviste de mujer. Sexo. Viento. Llama. Nube. Trueno que estalla de repente para desaparecer después. Una añagaza que tiende la naturaleza para la conversación de la naturaleza. Pero estas crueles y acibaradas verdades se endulzan cuando se dicen de forma artística en lenguas tan delicadas como es el ruso y el portugués

domingo, 12 de septiembre de 2021

 Leonidas Andreiev el diario de satanás

 

 

 

Como un regalo de Pentecostés he vuelto a leer a Andreiev autor ruso del cupo de los nihilistas muy traducido al castellano años veinte, una obra que tenía olvidada y que es de sumo interés a la hora de entender los avatares por los cuales atraviesa la SRI y el cristianismo en general. En el “diario de satanás” se muestra Andreiev clarividente y profético acerca de la crisis que aflige a la iglesia romana de la misma forma que en “Sacha Yegulev” pronosticó la guerra de Yugoslavia con todo lo que traería aparejado dicho conflicto (desasosiego interior, pansexualismo terrorismo, antisemitismo) como una execrable panacea en la que vivimos paganizada Europa, perdidos de los antiguos valores”. En el primer caso, redactado en 1914 poco antes del estallido de la guerra.

 

Se trata de un viaje realizado por un rico banquero de Illionois a la Ciudad Eterna, un tal mr. Wunderhood que no es un hombre de negocios como los demás. Sino el mismo Belcebú. La gira comienza el 18 de enero de 1914 y el personaje no huele a azufre ni es peludo o aparece con pezuñas, se presenta como un gentleman de buenas costumbres y de gustos exquisitos.

 

A bordo del buque que le transporta a tierras europeas, “el atlante”, dice que ha vuelto a la tierra a mentir y a recitar. En Roma el millonario se encuentra cual pez en el agua porque ama el poder y el lujo, se entrevista con los dos papas reinantes- un poco como el día de hoy- y se hace amigo de los cardenales.

 

Con un miembro de la curia tiene un romance homosexual pero obras son AMORES QUE NO BUENAS RAZONES dejémonos de opiniones, los hechos a la derecha y las ideas a la izquierda porque el lugar de donde viene él- el infierno- se halla empedrado de buenas intenciones. Tiene un escudero, Tuppi, al cual gusta el diablo de besarle detrás de la nuca en el occipucio. ¡Cosas  del pateta! La obra tiene un halo misterioso y febril que hace pensar en las cuartetas de Nostradamus.

 

Tuppi declara que su amo no ama a los hombres que eso del amor es una debilidad y que llega de un país donde se están fabricando cárceles y patíbulos en cantidad. ¿America? Allí lo importante es el oro y el progreso. Ha transformado el odio y el interés en la moderna religión. El ángel caído encontrará no pocos adeptos a su propuesta.

 

Wunderhood, aficionado a la crisopeya alquimista y al ocultismo, ha encontrado una forma para transformar las cabezas de ganado de cerda en oro. Y vengan piaras y más piaras que pastan en las montañas de California pues hay que dar de comer a los cerdos. Entonces el magnate le regala al arzobispo Magnus un sacacorchos porque a su juicio la verdad está en el vino “porque la cordura sirve solo para los pobres de espíritu.

 

Encuentra un extraño hedor en la capital del imperio. “Roma huele a Nerón y a antorchas humanas” (¿Se refiere al Shoah?) y habla también de la mercancía –mujeres traídas de todas las partes para ejercer la prostitución- y de los rincones oscuros en la penumbra de los templos que incitan al trato torpe en el confesionario.

 

Andreiev parece intuir el panorama cien años antes los escándalos sexuales que afligen e la actualidad al Vaticano. El diario de Satanás es un prontuario en el que el autor anota visiones y profecías, escribe sobre el disgusto que siente ante los reporteros con su nuevo periodismo salaz enojoso y destructivo que institucionalizado lo mundanal y “estos pobres redactores a mi servicio no saben que yo soy el amo del mundo”. Resuenan las carcajadas del diablo en la capilla Sixtina y advierte, blasfemo, que todos esos Pios y Sixtos que se llaman a sí mismos vicarios de Cristo no son más que un legado de la paganizad romana.

 

No son más que sacerdotes del legado de Júpiter y sus “bendiciones valen tanto como los besos que le doy yo a mi escudero en el occipucio”. Hasta la tiara que portan sobre la frente los papas es una herencia de la cidaria o mitra con ínfulas por detrás de aquellos pontífices romanos que se consideraban el puente entre los hombres y la divinidad en las religiones sincretistas.

 

La novela tiene un ritmo deslavazado como si hubiera sido redactada en medio de un rapto o frenesí diabólico. Una borrachera continua.

 

Cabe recordar que el príncipe de las tinieblas es un ángel caido y no piensa como los hombres sino que su poderoso intelecto va más allá a la manera de los espíritus puros. Va abriendo compuertas secretas de las cámaras vaticanas,  analiza signos ocultos, realiza astutos guiños de una manera similar a André Gide que también lanzó una novela que resultó prohibida contra el poder eclesial de los guardianes de la tumba de san Pedro, llegando a la conclusión de que el colegio cardenalicio es pura propaganda. Su negocio es la muerte. “mientras exista la muerte la Iglesia será indestructible. ¿Y el pueblo?

 

-Vulgus vult decipi (el pueblo quiere ser engañado) le contesta al diablo un monseñor con la cara afeitada de mona. Terrible propuesta pero el vulgo quiere ser engañado mediante las orgías, los cuentos, la religión, el pan y el circo. La gente no quiere complicarse la vida porque el pensamiento allega dolor y en este caso, a falta de la certinidad de las verdades eternas, la fe del carbonero sería lo mejor.

 

Andreiev parece darle la razón al padre Astete cuando contesta en su catecismo a una pregunta difícil con el remoquete de eso no me lo preguntéis a mí que soy ignorante doctores tiene la Iglesia, etc… “La Santa Sede necesita dinero mister Wunderhood. ¿No es usted socialista? Hoy todos somos socialistas, al lado de los hambrientos. Que se coma mejor  y cuanto más saciados estén, más muerte, ¿me comprende? Contesta irónico Belcebú al cardenal X. Todos buscan la libertad pero libertad y muerte son sinónimos apostilla el príncipe de la iglesia en este pasaje memorable. Tales paradojas deslumbrarán a cualquier lector ávido de buena y profunda literatura.

 

No hay que negar que los del colegio cardenalicio son gente enterada y sibilina. Les gusta leer el Libro Mayor e las cuentas más que el evangelio.

 

Sin embargo en medio de esta vorágine de dislates y de invectivas contra la institución eclesial verdaderas en parte va a ocurrir un milagro: el Enemigo del Género Humano va a encontrar a una muchacha que habita en la villa Orsini a la vista de una hermosa muchacha virgen por nombre María de la que se enamora y tratará de seducir. He aquí el nudo de la cuestión de esta genial obra de pensamiento que sólo puede salir de la pluma de un ruso y cuyo desenlace veremos en la siguiente entrega

 

 

 

Ha de continuar

 

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viernes, 3 de septiembre de 2021

 

28 DE AGOSTO SAN AGUSTIN DE HIPONA PARA EL SANTO ARZOBISPO EL CATOLICISMO ES UNA LITURGIA MELODICA EL ALMA BUSCA A DIOS EN LA BELLEZA SUMMUM BONUM

 SOLILOQUIOS AGUSTINIANOS FRENTE A UN HIERÁTICO TETRAMORFOS

Dios, la existencia del mal, la intervención diabólica en el mundo, el poder de la gracia, lo engañosas que pueden resultar las formas terrenas para un ser creado para la eternidad son algunas de las ideas que repetidamente y con pulido decoro, a lo largo de párrafos impregnados de retórica, va dejando caer el divino Aurelio Agustín en el transcurso de su dilatada obra.

Con parsimonia platónica advierte que no existe el mal (todo un golpe de claxon al mundo actual) sino que consiste en la privación del bien y de la libertad.

Para el obispo de Hipona éste se cuenta íntimamente relacionado con el Verbum Bonum como entidad creadora. Quiere decir lo mismo que Dios, un concepto que entrevera el autor con las equipolencias trinitarias.

Y a ese Dios, por lo mismo, trata de definir a base de una concatenación de cualidades negativas: insondable, indeterminable, no circunscrito, intemporal, inefable, imperceptible, inmutable.

Luego lo trasvasa a la categoría de potencia creadora puesto que la divinidad inmanente y trascendente es toda vez trascendente, pasible, activa, contemplando al hombre como criatura asomada, supeditada y revertida hacia ese Verbum del que depende y que se nos ha manifestado por su epifanía en la persona de Cristo.

Aquí puede haber truco pero todas las religiones e incluso la de Agustín que es la más perfecta se reservan el derecho de sus propias añagazas a la hora de dar explicaciones a lo inexplicable. Es el derecho a la duda y al beneficio de la trampa.

Sin embargo, el lenguaje de Agustín tiene un aroma de eternidad tanto cuando se refiere a ese dios centro de la creación como un figulus (alfarero) como cuando se compadece de aquellos que desconocen a Cristo, no lo buscan, no le aman y viven en el infierno de su lejanía, desterrados del amor. Viven alejados del sumo bien y enajenados con la libertad llevando una existencia anodina e insípida que los convierte en seres devorados por sus propias pasiones. Aquí Agustín puede que esté haciendo sonar los timbres de cara al hombre moderno al que reprocha su voracidad (edacitas) y el vivir empecatados, que no es vivir, de nuestra sociedad.

Pero en tiempos del santo obispo, sepamoslo para nuestro desconsuelo, era también lo mismo que en la rabiosa actualidad. El hombre no tiene solución. Es como Israel.

Llevamos una existencia anodina e insípida que nos convierte en alimañas devoradas por sus propios semejantes. Somos siervos de las pasiones y alentamos en la cueva de los propios vicios.

Echa el escritor una mirada a cuanto le rodea y no puede por menos de sentir angustia. Las cosas transitorias del presente han de ser toleradas, nunca buscadas, porque esta vida no es sino un destierro, el que brinda la concupiscencia y las cosas del cuerpo.

De ahí brota el drama trágico del ánima agustiniana que con entusiasmo de verdadero neoplatónico observa y canta la obra de la creación y hasta llegó a amarla cuando se enamora de aquella esclava númida que le dio a su hijo Adeodato, aunque nunca pudo desvestirse jamás del lenguaje retórico y de los resabios maniqueos de su juventud.

El mundo no es mas que un reflejo imperfecto del Súmmum Bonum, exclama cuando desengañado de las cosas humanas y de los estragos que debió de causar en él su pasión amorosa opta por la conversión. El amor humano nunca será capaz de saciarnos - es su conclusión- porque cuanto más lo gozas más estraga.

Se echa de ver como el platonismo de los griegos en el obispo de Hipona se une en comunión a la religión de los nazarenos. Este neoplatonismo es toda su fuerza y su savia teológico-filosófica. Una añoranza del edén perdido, una nostalgia del dulce jardín del que fuimos expulsados junto con deseo de contemplar a Dios de frente y sin los óbices de los espejos, enigmas y miramientos constituye el meollo y la enjundia de toda la obra literaria de este romano de provincias.

Es el primero en cantar la melancólica belleza, que siente el eco que le convoca a la eternidad y lo transfigura a causa de un deseo inalcanzable hasta que la muerte rompa ese espejo que nos garantiza visión tan imperfecta del sumo bien y se desaten los nudos de los sentidos que coartan el ángulo de mira. En su pluma resuenan los melifluos coros y los “versos entonados durante la felicidad perpetua que vendrá”. Es así que una de los pilares de la iglesia occidente se nos vuelve completamente oriental. Era de rito ambrosiano y el rito del santo obispo de Milán miraba hacia Bizancio como la puerta de la nueva Roma y la Jerusalén celeste. Hay en toda la obra agustiniana como en la de san Isidoro un gran sentido litúrgico.

El mundo moderno no aspira a esa luz que vendrá sino a la que ahora y en este lugar baña sus pupilas. El mundo actual no cree en las lagrimas. Es fanático de su propia tecnología pero no entiende la estructuración jerárquica con que contempla el autor de la Ciudad de Dios el mundo de los poderes sensibles subordinado a lo preternatural.

Por eso no se extasía con los angeles agustinianos que luego plasmaría Frá Angelico pulsando el arpa de la salmodia incesante. El rasero de medir en ese libro es el illic et tunc (allá y entonces) de los neoplatónicos pero hoy estamos calados hasta los huesos del dios semita que atronó en el Sinaí y para quien los planteamientos no son iguales ni predican la trascendencia sino el hic et nunc de los huesos y de la carne viva. El cristianismo, salvo en las excepciones del jesuitismo y del Opus Dei, que preconizan una justificación por las obras y avenencia con el mundo, no ha conseguido romper con ese estigma, esa tremenda dualidad. Las dos corrientes mentadas se sitúan en una dinámica protestante de moral utilitaria. Pero esto no es católico. Lo verdaderamente católico es la tesis formulada por san Agustín.

Moisés y Mahoma desoyendo la voz del Querubín cifran su esfuerzo en amarrar una existencia y un buen pasar acá abajo. Pero el evangelio grita: “ el que busca su vida la perderá”. Ni judíos ni moros ni protestantes podrán nunca comprender la utopía agustiniana a la escucha de los coros del más allá. Como tampoco su irredento idealismo aunque todos ellos hayan de su lado caído en sus propias utopías e irredenciones.

El alma agustina no teme a la muerte, por beber en el torrente de la eternidad. Sus personajes forman parte de una feliz sociedad de ciudadanos supernos los cuales tras las tristes labores de peregrinación en esta vida en el más allá tendrán asegurada su recompensa pudiendo gozar de la hermosura del Verbo. No es el ubi el adverbio de lugar sino el ibi. En esta alternancia de demostrativos está expresada toda una forma esencial de vivir y de pensar. Es hasta allá, ese lugar que nos tiene preparado hacia donde los ciudadanos de la Jerusalén Celeste encaminan sus pasos y dirigen sus miradas. Es allá donde entonarán las loas eternas.

Y ¡qué loas, qué cánticos! ¡Qué instrumentos músicos, qué arpas, qué himnodias - concluye se escucharán en aquel lugar sin interrupción!

Esta idea de la majestad solemne del hieratismo del Tetramorfos sólo podrán entenderla quienes alguna vez hayan asistido a unos oficios solemnes en una catedral ortodoxa. Los coros suenan en Kiev, en Moscú, en Atenas. Para Agustín el cristianismo es una perpetua melodía y el hombre ha nacido para entonar alabanzas a la divinidad en el paraíso. Aquí volvemos a topar con la vieja noción de Fides ex auditu. La religión predicada por el Nazareno pide tener buen oído. No entra por los ojos como acontece en sus dos hermanas gemelas. En ese amor a la himnodia que tantas veces salta a los renglones de la obra del Genio de Tagaste se nos revela un apasionado de la armonía.

El protestantismo y la contrarreforma se encargaron de acabar con ella y nada se diga de la revolución francesa pero es con todo una de las grandes estrofas del pentagrama de la partitura del cristianismo. Dios es la belleza, no se cansa de repetir san Agustín en sus entregas.

Es un poco la máxima juanramoniana de no la toquéis más que así es la rosa. No tiene vuelta de hoja. Cuanto más lo expliquemos menos comprenderemos. El dulce obispo nos recuerda que a Xto sólo se le puede conocer por medio del corazón. Ciertamente que su obra vive una contradicción perenne entre el ubi y el ibi, el hic y el illic, una contradicción que sólo se puede superar mediante la tristeza y el vacío que dejan las cosas de este mundo.

Esto es al menos lo que postula el divino quirógrafo a lo largo de muchos volúmenes de letra apretada. No hace en ellos otra cosa que machacar sobre un par de ideas. Quienes se sumerjan en la lectura de los Soliloquia, del Manual de la Contemplación y sobre todo en la Ciudad de Dios tendrán la sensación de estar leyendo siempre un mismo y único libro, como si fuera una película de José Luis Garci.

El problema en el que cae este torrente de imágenes que conforman el estro y el hipérbaton del hijo de Mónica es la iteración y el peligro de círculo vicioso que tiene todo lenguaje cuando se propone trasladar a los sentidos las ideas que palpitan en los arcanos de lo ultra sensorial.

A veces Agustín da la sensación de perderse en el abismo para encontrarse y emerger de nuevo en el alma que renuncia a los afectos. Por eso resulta nada fácil, aunque grata, premiosa, aunque sublime su obra. La lectura de los textos conviene sacarla adelante sin prisa. Algo punto menos que imposible en estos tiempos. Sobre todo cuando la propuesta que contiene se refiere sólo al oído de la fe inmarcesible no a cosas de ámbito concreto y marcadas por las competencias de una realidad demoledora.

Recomienda con frecuencia vacar de Dios, esto es, sumergirse en el abismo infinito, liarse la manta a la cabeza. Perderse. La lectura en estos días serenos y tristes de octubre de los Soliloquia me ha retrotraído a mí, hombre que vivo en los albores del siglo XXI que leo noticias y escucho informativos como el asalto con toma de rehenes de un teatro de Moscú, no puede por menos de llenarme de melancolía. Las cosas han variado poco desde los cuatrocientos en que redacta este autor, con una diferencia que el diablo parece que tiene más fuerza y que los cristianos, que ya en tiempos de Agustín sintieron estremecerse los muros de Roma, hoy se mueven en precario. Los verdaderos cristianos, digo.

Y he llegado a la conclusión de que, de vivir hoy en día, no dejaría de estar considerado el santo de Tagaste como un pobre hombre. Un perdedor, condenado a la anonimia de escritor fracasado y sujeto a los delirios de su página en blanco. ¡Ay esas páginas en blanco de nuestros fantasmas ensabanados!

Zarandeado por el ubi y el hic et nunc de la actualidad todopoderosa viviría volcado hacia el territorio del ibi del más allá. Se le dejaría vivir angustiado por sus propios denuestos a solas con su Dios, un Dios que no suele bajar de su pedestal a los que con tanto denuedo lo invocan. Ubi est deus tuus?

Él fue el que inaugura el inmenso monologo y le busca el pulso a todos los místicos que han seguido sus pasos. A sabiendas de no andar en un diálogo sin respuesta, dicen los que no tienen fe. Ubi est deus tuus?¿Dónde está tu dios?

Agustín es el primero en llamar al Zeus cristiano por su propio nombre y en dirigirse a él a lo largo de miles de páginas de derretidas dulcedumbres en las que el alma siente el aguijón de este destierro y suspira por la Jerusalén celeste.

Fue el gran maestro de los convertidos que en este mundo han sido pero también un consumado malabarista en las artes del disimulo. Nos maravilla y nos encandila hasta cuando hincha el perro a lo largo de sus tratados de largo recorrido y de sus capítulos espirituales, los cuales, pese a todo, siguen sentando plaza de añoranza por ese Dios ausente en nuestra época. Quedaban casi quince siglos para que, cual energúmeno, se alzase Nietzsche contra el teósofo norteafricano pero para sus lectores, entre los cuales me cuento, y que después de cerrar sus Soliloquia nos enfrascamos en este caos audiovisual del siglo de Nietzsche, el Dios de Agustín no ha muerto. Vivirá eternamente aunque sea falso.


 

 

jueves, 2 de septiembre de 2021

 

China instó a Estados Unidos a reflexionar sobre las palabras de Putin sobre la situación en Afganistán

 
 
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El gobierno de Estados Unidos debería reflexionar profundamente sobre las palabras del presidente ruso Vladimir Putin sobre las trágicas consecuencias de la misión de paz de Estados Unidos en Afganistán. Así lo anunció el jueves 2 de septiembre el representante oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin.

En la víspera del líder ruso señaló que Estados Unidos durante 20 años intentó implementar sus estándares en Afganistán, el resultado es solo tragedias y pérdidas. Además, el jefe de Estado consideró que es imposible imponer nada desde afuera, es necesario ayudar y esperar a que la situación madure.

"El punto de vista del presidente ruso, Vladimir Putin, merece que la parte estadounidense lo piense adecuadamente", dijo Wenbin en una sesión informativa.

Más temprano en el día, RT informó que los senadores republicanos de Estados Unidos Marco Rubio, Roy Blunt y Ben Sasse enviaron una carta al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, criticando sus políticas en Afganistán. Según ellos, la decisión de retirar las tropas estadounidenses de Afganistán condujo a la aparición de "condiciones terribles", como resultado de lo cual el ejército estadounidense y los afganos se volvieron vulnerables a los ataques terroristas.

El 30 de agosto, el jefe del Comando Central de los Estados Unidos, el general Kenneth McKenzie, confirmó la salida del último avión de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos de Kabul y la finalización de una misión estadounidense de 20 años en Afganistán.

Un día después, el representante oficial del Politburó del movimiento talibán (reconocido como terrorista, prohibido en Rusia) Mohammad Naim dijo que todos los militares extranjeros habían abandonado el territorio y ahora el estado está completamente bajo el control del movimiento.

El 15 de agosto, militantes talibanes entraron en Kabul, y luego declararon el fin de la guerra. El 23 de agosto, se anunciaron planes para formar un consejo para gobernar el país. Se señaló que estaba previsto incluir a algunos miembros del anterior Gobierno del Afganistán. Según una declaración fechada el 28 de agosto, Kabul tiene la intención de anunciar la composición completa del nuevo gobierno dentro de una semana.

viaje a la provincia de santander no quiero ver al lechero rivilla