EL ENIGMA DE LA RESURRECCIÓN EN LA IGLESIA
ANGLICANA
Resucitó no resucitó si no resucitó lo
digo con san Pablo vana es nuestra Fe. El arcano de la resurrección de Cristo
ha seguido mis pasos desde la infancia. Al igual que el de la procesión
trinitaria el misterio de la Encarnación o el acertijo de los novísimos. Pero
de este mar de dudas me sacó un buen arcipreste anglicano. Era el párroco de la
iglesia de san Esteban en South Ken a cuya congregación pertenecí por algún
tiempo. Todos los domingos maitines la Eucaristía a renglón seguido y al
oscurecer vísperas (Evening Song) en una iglesia semidesértica y congelada.
“Mira, Antonio, me dijo el que resucitara o no es indiferente y está por encima
de la realidad de nosotros mismos; se trata de una cuestión histórica, los
apóstoles fueron los primeros escépticos y Tomás no creyó hasta que metió el
dedo en la llaga. Lo importante se centra en creer en Cristo. Si miras
alrededor te darás cuenta de que el Redentor es nuestro alfa y omega el
principio y el fin de la historia.”
El lenguaje bíblico es anfibológico y
metafórico escritura dirigida a mentes rudas incapaces de asir en su
entendimiento el pensamiento de Dios. “An
existential commitment to Christ as Lord is what matters ▬ la aceptación
del cometido existencial de Cristo como nuestro Señor”.
Aquel buen capellán me sacó de atascos,
puso en mis manos una brújula para caminar por el laberinto. La iglesia
militante es un anticipo de la iglesia triunfante. Extra Eclessiam nulla salus[1] había
aprendido yo en el seminario de Segovia.
Inglaterra, por su parte, me alejó del
dogmatismo autoritario y tajante del católico, aunque al igual que Blanco White
añora la grandeza de la liturgia romana en Sevilla.
Encontré en el anglicanismo y en los 39
artículos de la Fe ▬ un expurgo de la poliantea barroca y de esa hojarasca de
ciertas creencias católicas los árboles no nos permiten ver el bosque; el
purgatorio, las peregrinaciones, la confesión auricular, la devoción a ciertos
santos, las indulgencias, comulgar por pascua florida, llevarse bien con el
vecindario como eje fundamental de la vida cristiana en comunidad, etc. ▬. La
máxima agustiniana de ama y haz cuanto quieras impregna la espiritualidad
anglicana.
Al menos aquel parson[2]
que se llama Fr. Avril me trató con más caridad y tolerancia que todos los
curas católicos que conocí. La iglesia anglicana no es una iglesia reformada
sino readaptada a la idiosincrasia nacional. Guarda las esencias del
catolicismo y a sí misma se proclama católica (universal) como la romana pero
no cree en la primacía papal. En la cúspide está la reina de Inglaterra
asistida por los obispos de Cantorbery y York junto con el Santo Sínodo.
Cree en la comunión de los
santos y en la efusión de la gracia sacramental pero de su epacta elimina a la
mayor parte de los santos de la lista del año quedando reducida a unos pocos
como san Juan Bautista y san Esteban. Suprime el culto de hiperdulía a la
Virgen María. Se cerraron las capillas de la Madona en las grandes catedrales
inglesas ▬ Lady Chapel ▬ conservan la mayor parte del canon pero sin
consagración. No creen los ingleses en la transubstanciación.
Fue desterrado el latín, se
suprimieron todas las ordenes religiosas excepto algunos monasterios de frailes
benitos. La gran flexibilidad y pragmatismo de los británicos permite dentro
del anglicanismo dos ramas: La high
church sus sacerdotes se revisten de casulla y capa pluvial en la sacristía
y la low church o iglesia de la
predela sus sacerdotes aparecen con roquetes blancos y la estola presbiteral de
color negro.
Aquellos domingos de hace poco
más de cuenta años de mi vida londinense
un vaho de tristeza me invadía al asistir a los ritos. Tenía el presentimiento
de estar asistiendo al final de una era. Barruntaba el síndrome de la iglesia y
de los seminarios vacíos. En la actualidad muchas de aquellos hermosos templos
(rural churches) de estilo normando
diseminadas por toda la geografía de las islas fueron cerradas al culto han
sido vendidas para transformarlas en hoteles, viviendas comunales o en ▬ lo que
es peor ▬ mezquitas. El cristianismo padece como en toda Europa una fuerte
crisis en Reino Unido.
Paradójicamente en Rusia ocurre
todo lo contrario. Es la tierra de la resurrección y allí gracias a Putin
parece haber resucitado y esto es algo más que una metáfora para aliento de
esperanza de los creyentes
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